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Salimos del estudio del amigo de Aron cuando ya se hizo de noche. El vestirnos fue un gran desafío ya que con las bromas no paramos de tirarnos pintura y reír, así que agradecí infinitamente el quitarme toda la ropa, menos la interior. Lo bueno de esto fue, que nos pudimos quitar la pintura como buenamente pudimos en el baño.

Ahora mismo, Aron tenía su brazo alrededor de mis hombros agarrando mi mano al final. El chico me estaba hablando de que Marco estaba hablando con un chica que le parecía bastante simpática, pero que Marco era un gilipollas con ella.

En uno de los silencios aproveché para resoplar fuerte.

–Aron, necesito sentarme, no importa el lugar.–Dije de manera dramática haciendo reír al rapado.

–Uf palabras peligrosas Dani.–Movió su cabeza un poco, riendo de forma baja.–Tengo un lugar perfecto en donde puedes dejar caer tu culo.

–Que lugar sería ese?–Dije con una sonrisa genuina.

Hay unos segundos de silencio que si bien son cortos, se sienten infinitos y cuando él se muerde el labio inferior para después sacudir su cabeza, dejo ir una lenta respiración que no sabía que estaba conteniendo.

–Mi coche.–responde señalando el BMW negro justo enfrente de nosotros, pero debido a la sonrisa que lo acompaña intuyo que sabe que durante pocos minutos estuvimos jugando a las insinuaciones.

–Bien, no se diga más, dejaré caer el culo en tu coche.

Le ví rascarse la nariz como si quisiera decir algo más que al final, no dijo, pero a cambio recibí una risa y un apretón en mi mano.

Apretó el botón en el pequeño mando para desbloquear las puertas y me senté en el asiento del copiloto, esperando unos segundos hasta que llegó él al del conductor.

Aron arrancó y casi se me salen los ojos de las órbitas al ver la hora que era.

–En que momento han llegado a ser las doce menos cuarto?!–Dije exaltada parandome a pensar en la de cosas que tenía que hacer mañana.

–Anda calla, que a mí el tiempo se me ha pasado rapidisimo también. Pensaba que era más temprano.–Dijo el chico centrado en la carretera.

Murmuré un joder encendiendo mi móvil y escribiéndole a Lucía.

–Te puedes quedar en mi casa si quieres.–Ofreció el rapado dejando ir una de sus manos del volante para ponerla en mi muslo.

Tuve que contener una sonrisa porque sabía perfectamente las intenciones de él, que si era honesta, no iban a ser muy diferentes que las mías.

–No lo sé Aron, mañana tengo mucho trabajo y si me quedo en tu casa no voy a estar concentrada para mañana.–Aclaré intentando ser responsable.

–Venga Dani, yo te llevo a la hora que sea, mañana tengo que grabar algunas canciones y listo, puedo ir a la hora que quiera allí.–Insistió parandose en un semáforo en rojo.

Dejé el móvil a un lado contemplando ambas posibilidades. Podía irme a mi casa, descansar y mañana ir a trabajar normal, o podía irme con Aron, descansar lo mínimo y que luego me lleve a trabajar.

Sin duda sonaba mejor la última.

–Vale, pero sólo si me prometes que me vas a dejar dormir.–Le advertí viéndolo sonreír por mi asentimiento.

–Prometetelo a ti misma mejor.

Rodé los ojos apoyando mi cabeza en el cristal de la ventana. El semáforo se puso en verde y Aron aceleró.

YOUR VIBE. (Arón Piper) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora