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El viaje en el coche fue tranquilo. Ninguno de los dos hablabamos, simplemente estabamos allí escuchando la radio mientras conducía por las calles de Madrid.

Nunca me di cuenta de lo transitada que era mi calle hasta que una multitud de gente se encontraba pasando justo delante de mí portal.

Aron aparcó en doble fila esperando que me bajara. Era algo que tenía pensado hacer, sinceramente tenía ganas de llegar a mi casa, pero no quería ser noticia al día siguiente por la persona que me había traído.

–Quieres que mejor vayamos a mi casa?–Preguntó el chico como si hubiera leído mis pensamientos.

Quité mi vista de la ventana para pasarla a él que me miraba con cautela.

–Lo digo por la gente y eso, después puedo traerte.–Aclaró–Solo si quieres. Es una proposición.

–Sí, claro, vamos.–Murmuré algo sorprendida por la actitud del chico.

A que venía tanta timidez por parte de los dos? Nunca hemos sido así. Cuando Aron me recogía para ir al set siempre poníamos canciones y las cantabamos tan fuerte como la garganta lo permitía.
Y ahora tan sólo se escucha el tráfico.

–No aguanto este silencio.–Dije al fin.

La expresión de Aron cambió a una algo tensa, pero sin dejar de mirar a la carretera.

–Pues es bastante cómodo.–Habló sin más.

Intenté ocultar mi decepción al sentir que él no quería hablar. Pero yo si, necesitaba hacerlo, necesitaba saber en qué puto punto estamos o si ni siquiera estabamos en ninguno.

–No, no lo és. Parece que nos acabamos de conocer.

Desvíe mi vista hacia la ventana hasta que el chico rompió el silencio.

–A lo mejor si que nos hemos acabado de conocer.–Dijo indiferente.

Solté una risa seca. Vamos esto no me podía estar pasando a mi. Intenté por todas mis fuerzas no explotar, quería mantener la compostura. Los dos teníamos carácter y si uno lo sacaba probablemente no acabemos bien.

–Que quieres decir con eso?–Pregunté intentando llegar al punto del asunto.

–Eso, que dejé de conocerte cuando te dije te quiero y saliste corriendo.

La manera de hablar del chico mostraba que le daba igual pero su lenguaje corporal decía todo lo contrario. Su mandíbula apretada y su mirada evitando conectar con la mia, afirmaban que le dolía.

–Y que querias que hiciera? Habías dicho que estaba bien para una noche y que no tenias pensamiento ninguno de estar conmigo. Pero como la estrella del momento me dice te quiero, yo se lo tengo que decir de vuelta. De verdad que no lo entiendes?–Hablé lo más calmada posible.

Resopló.–Pues yo que se Daniela. Es que me confundes todo el tiempo.–Se excusó.

–No, no lo hago.–Dije ofendida.

–Si, si lo haces.–Imitó mi voz. Pasó su mano por su barbilla mientras la otra seguía sujetando el volante y rió seco.–Lo haces todo el tiempo joder.

–Tú también lo haces.–Ataque de vuelta.–No se lo que quieres de mi, quiero llegar a ti de alguna forma y ganarme tu confianza pero no puedo hacerlo si siempre estas poniendo una pared de por medio.

Suspiré. Estaba bastante sorprendida porque ninguno habíamos gritado, teníamos un tono bastante neutro y algo dolido.

Llegamos a su calle, aparcó pero no se bajó del coche, entonces yo tampoco lo hice.

YOUR VIBE. (Arón Piper) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora