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-Vamos! Arriba con alegría!

Ni siquiera tuve que abrir mis ojos para notar el punzante dolor en mi cabeza, mucho menos para que mi estómago reaccionara y quisiera devolver todo lo poco que había en mi estómago.

Me levanté de un salto ignorando todo el malestar, corriendo al baño para vomitar.

-Debería decirle buenos días a la resaca también.-Ironizó Danna agarrando mi pelo.

Sentí la bilis salir y a partir de ahí intente calmarme un poco tomando respiraciones suaves.

-Hacía años que no vomitaba tanto...-Murmuré tirando de la cadena.

Me senté en el suelo al lado del inodoro, apretaba mis piernas dobladas contra mi pecho mientras apoyaba mi cabeza entre mis piernas.

-Vamos sweety, Aron te ha hecho un café. Date prisa que tenemos que ir al hospital a ponernos las vacunas.

Salió del baño y poco después escuché como cerraba la puerta de mi habitación. Suspiré, intenté recordar algo de la noche de ayer pero nada llegaba a mi mente. Recordaba comprar algunas copas y lo último es yo con Aron, pero no recuerdo la conversación.

Me vestí sencilla, el calor ya se podía hacer notar en Madrid a pesar de estar en plena primavera todavía. Escogí una camiseta de tirantes negra que se ceñía perfectamente a mi pecho, unos jeans de tiro alto y unas deportivas. Me cepille los dientes, maquille mi cara levemente, por lo menos para tapar la cara de trasnochada que tenía y por último planché mi pelo dejándolo suelto.

Salí de mi habitación encontrandome con Danna, Itzan y Omar en el Salón. Los saludé a todos y me senté en las piernas del último.

-Estas preparada para la vacuna de la fiebre amarilla?-Preguntó sacudiendo sus piernas.

-Estoy preparada para que me entierren.-Respondí.-Como podeis estar tan bien vosotros?

-A nosotros con un café se nos pasa.-Sonrió Itzan de manera chulesca.

-Ya sabes Dani, noches de desenfreno mañanas de ibuprofenos.-Alzó sus hombros Danna.

Me levanté de las piernas de Omar para ir a la cocina a beberme mi café y por supuesto a tomarme un ibuprofeno.
En la cocina vi a Aron y Ester riendo mientras miraban algo en el móvil de la rubia.

Los saludé a ambos con un beso en la mejilla agarrando el café de donde Aron me había dicho. Me senté al lado del rapado que hablaba feliz de todo lo que nos esperaría en Tahití.

Al parecer, el hotel es bastante guay, es una casa con varias habitaciones dentro y está muy muy cerca de la playa. Carlos había decidido aportar algo aunque él no viniera, decía que esta temporada era bastante buena y que nos lo merecíamos, así que nos ha pagado una limusina con un chófer para movernos por allí.

Después de que terminara de desayunar, cogimos el metro para ir al hospital para vacunarnos. Itzan era el que más vacunas se tenía que poner porque no lo vacunaron de pequeño, lo que provocó que hasta la enfermera riera de las quejas del pelinegro.

Cuando llegó mi turno casi me caigo de boca del miedo. Estabamos todos juntos en una misma sala en la que habían varias sillas en las que vacunaban.

Me senté girando mi cabeza hacia un lado en la dirección contraria de la enfermera que ya estaba poniendo la cinta en mi antebrazo.

-Daniela, no duele tanto.

Danna rió enfrente mia con los demás. Con la mano con la que me tapaba los ojos le saqué el dedo de en medio, los chicos empezaron a reír dándome algunas palabras de apoyo con las que evidentemente se burlaban de mi.

YOUR VIBE. (Arón Piper) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora