Capítulo I

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—¿Por qué te gusta tanto esa tonta novela? —habló el mayor sentándose en la cama a unos pocos centímetros del otro.

—El crimen de amar, fue el último regalo que recibí de mamá —respondió tras cerrar el libro y mirarlo con detenimiento, al colocar su mano sobre el mismo acarició  la portada con el pulgar—, para serte sincero cada vez que lo leo es como si hablara con ella.

La madre del castaño falleció en un accidente automovilístico cuando él tenía solo siete años. Desde entonces estuvo viviendo de orfanato en orfanato hasta ser trasladado a "flor de loto" un año más tarde. Lo único que logró conservar fue aquel viejo libro que ella le compró en una venta de garage.

—Es extremadamente larga ¡incluso más que una biblia!, la protagonista muere y no consigue su preciado objetivo, además ella renuncia a sus sueños por estar entre los brazos del detective. Una gran estafa, ¿Cómo es que la has leído más de 10 veces?

El chico mientras hablaba podía notarse como el coraje lo consumía. Había tardado tres semanas leyendo el extenso libro solo porque a Minghao le fascinaba. Quería entender la razón y aprovechar la oportunidad para acercarse más a él, pero para su sorpresa fue vilmente engañado. El escritor luego de estar día y noche haciendo una gran trama, se emborrachó y escribió un final incoherente, tanto así que la protagonista es asesinada antes de ejecutar el robo que planeó a largo de los capítulos, y lo peor de todo es que ni siquiera se descubre quién fue la persona que le arrebató la vida.

—Estas equivocado, no sabia que fueras tan ciego Shua —sonrió y dejo a un lado su preciado tesoro para acto seguido mirar a los ojos a su amigo.

Tras aquella acción, Joshua no pudo evitar sonrojarse al instante. El único que lo llamaba así era él, y cuando esa palabra salía de entre sus labios derretía su frágil corazón.

La mayoría del tiempo Minghao se la pasaba encerrado en su habitación, con sus lentes circulares, leyendo sin descanso. No hablaba mucho y por ello no era bueno relacionándose con otras personas. Sí quería llamar su atención debía ser por el ámbito literario.

—¿Ciego? ¿Yo? —respondió fingiendo estar ofendido—, no importaría cuántas veces lo leyese mi opinión nunca cambiaría.

—Shua, la protagonista si logró su cometido, ella robó aquello que tanto anhelaba sin darse cuenta —un pequeño destello apareció en sus esferas color miel y con algo de cautela tomo la mano del contrario.

—¡Es imposible que no me haya dado cuenta! ¿De qué estás hablando? —su voz tenía un pequeño hilo de nerviosismo.

—En el final, ella descubre que nunca deseo tanto algo como el ser amada. No importaba cuanto oro robase, nada de eso la hacia sentir satisfecha o bien consigo misma. El corazón del detective le pertenecía, no solo un lugar en su cama por las noches. Él jamás pudo olvidarla e incluso meses más tarde decide quitarse la vida para buscarla en el más allá —sonrió con ternura y besó la mano que sostenía hace un momento.

Anonadado, Joshua se paralizó ante el repentino contacto, aun podía sentir los suaves labios del chico en su piel. Si antes le quedaba algo de cordura la perdió por completo tras aquel gesto. Sin palabras permaneció inmóvil hasta que el otro soltó su mano algo extrañado.

—Shua, deberías ir a tu habitación, ya es tarde —susurró desviando la mirada al relog colgado en la pared.

—¡Espera! —respondió con rapidez para evitar ser consumido por el miedo—, hay algo que quiero hacer desde hace mucho tiempo.

Siendo exactos, desde hace un año que conocía a Minghao y nunca había sentido algo similar por otra persona. Su corazón se aceleraba sin motivo alguno ante insignificantes gestos o acciones, haciendo que su tez pálida pase a un tono cereza y en el acto muera de la vergüenza.

—¿Y por qué me dices eso ahora?

—¿Podrías concederme mi más grande deseo?

Tras ver su rostro codicioso y lleno de vitalidad, Minghao asintió. Shua solo tenía 11 años y ya poseía un deseo que lo hacia así de feliz, resultaba imposible que Hao diera una respuesta negativa.

—¿De qué se trata?

—Quiero ser el primero —hablo con total sinceridad.

—¿El primero en que?

A pesar de que el menor tenía una apariencia serena, era alguien bastante carismático. Eso era lo que más le gustaba a Joshua.

—Quiero que siempre me recuerdes y dicen que el primer beso nunca se olvida, así que mi más grande deseo es...tener el privilegio de...

Antes de que el mayor terminase de hablar, Minghao cortó la distancia entre ambos deteniéndose a un par de centimetros de sus labios. Sus respiraciones se mezclaron e incluso sus miradas se conectaron.

—¿En serio criticaste de tal forma el Crimen de Amar, cuando tu anhelo era besarme? —musitó y considero volver a alejarse pensando que el mayor no sería capaz de hacerlo. No obstante, sin darse cuenta, ya no podía hablar. Sus labios fueron abruptamente silenciados.

The Rain [HaoShua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora