Capítulo XXIII

25 5 0
                                    

Un juego.

Por ilógico que resulte, la vida se resume a eso, a tomar decisiones y esperar que la suerte esté de tu lado.

No importa si cuentas con las capacidades o si tu rol es bueno, al final siempre caerás en la trampa de alguien astuto y el salir de allí, es cuestión de azar.

El que sigas de pie va a depender de que tan útil seas para otro.

— ¡Lo hiciste! ¡Lo hiciste! —dijeron al unísono los gemelos.

¿A qué se debía esa alegría?, pensó Hao mientras los terminaba de desatar.

Antes de que pudiera decir algo, uno de los niños se apresuró a abrazarlo mientras que el otro se limitó a hacer una reverencia, aún no sabía diferenciarlos por lo que se abstuvo de intentar adivinar quién era quien.

—¿Se encuentran bien? —preguntó angustiado aún sin asimilar el horrible recuerdo del arma apuntando sus cráneos.

—Ganamos —Yoongi sonrió victorioso—, y ahora pasaremos el fin de semana con el tío Jisoo.

—Y comeremos helado —añadio Jihoon al apartarse para celebrar junto a su hermano—, no olvides el helado —volvio a recordarle.

Confundido, Minghao permaneció en silencio y los examinó con la mirada. No entendía de que estaban hablando, pero se sentía agradecido de que no tuviesen ninguna herida.

—Asi que creen que fue un juego...—pensó en voz alta y al captar la atención de los niños se sobresaltó.

—Policia y ladrón —cofirmo uno de ellos.

—¿Y quien más estaba jugando?—intento indagar.

—Hannie —respondió Jihoon sin pensarlo—, pero no deberíamos hablar de esto —por precaución Yoongi cubrió sus labios.

—¿Por qué no?

—Te pondrías celoso  —dijo Yoongi con picardía.

—Imposible —carcajeo—, su tío y yo solo somos amigos.

—¿Y que otra cosa serian, tonto? —en un descuido Jihoon se libró de su hermano y corrió tras el castaño en busca de protección—, no es como si fueras su novia.

Avergonzado Minghao se encogió de hombros, la oscuridad no permitía que fuese tan obvio su sonrojo.

—Hannie no quería que te dijéramos porque harías enojar al tío Jisoo.

—Él le prometió que nos quedaríamos en casa, pero luego invito a uno de sus amigos a jugar con nosotros en el parque —contó Jihoon un tanto culpable al aferrarse con fuerza a una de las mangas del suéter del chico—. Su plan era convencer a nuestro tío de que debía alejarse de ti.

—Bueno, espero que el helado valga la pena. No escogan el de chocomenta —bromeó para reprimir el horrible sentimiento que lo invadió.

Su expresión decaída fue fácil de percibir para los niños, pues no tardaron en intercambiar miradas y llegar a la conclusión —casi por telepatía— de que debían disculparse.

Minghao los detuvo al notar sus intenciones, solo eran niños no podía culparlos de nada. A fin de cuentas, lo que le dolió fue, que quien los manipuló tenía razón, era una persona peligrosa que debía ser eliminada. Cualquiera a su alrededor salía mal herido por no decir muerto, el mejor ejemplo de ello eran sus padres. Ni siquiera necesitaba que le pidieran alejarse, desde hace un buen tiempo había planeado hacerlo.

Más allá de eso, lo preocupante era el hecho de que el amigo de Jisoo conociera a Jun, y que tanto sabía este de la relación que tuvo con el mafioso, porque si, esa misma noche cortó de raíz todo lazo que los unía. El cariño que alguna vez sintió por él se esfumó con el cinismo de sus acciones o al menos eso quería creer...odiaba imaginar recaer igual que un adicto ante el vicio.

The Rain [HaoShua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora