The Rain [HaoShua]

Capítulo XXXV

Dar marcha atrás, vagar en la oscuridad, escapar de la realidad con un buen trago de coñac. Ese habría sido el mejor final.

—Quiero ir a casa. Con Junnie.

Pero, al arrastrar consigo un niño complicó el plan. Tal vez se equivocó en alejarlo de su hogar.

—Cariño, por favor no hagas esto más difícil. Volveré pronto.

Mintió sin descaro alguno. Abandonó a su hijo para darle un mejor futuro. Con la esperanza de borrarlo del sistema y así salvarlo de la miseria.

Era demasiado cobarde para evadir el problema, bestias aguardaban por devorar, el legado de todo un clan. Jun no podría controlar el poder sin ceder, era débil. Cómo ella. En cambio, ese pequeño, lo más cercano a una obra maestra, tenía la astucia e inocencia que un asesino requiere.

El veneno se esparció con el pasar de los días, asumir el papel de víctima, aumentó la agonía.

Debía alejar las sospechas, sustituir las huellas para caer a ciegas en las tinieblas.

Una noche, no menos aburrida que el resto, recorrió las calles con un terrible pensamiento, la desesperación desquició la mente de aquella desafortunada mujer. Nunca le importó menos cometer un error, la muerte rondaba alrededor, ansiosa por corroer la poca dignidad que le quedaba.

Satisfactorio fue encontrar a la víctima adecuada, un niño que compartía características similares, perdido entre la neblina de un frío domingo.

Sobrevivencia básica, lo llamó.

Lo obligó a suplantar el lugar de Hao por si alguna vez, al verse en un callejón sin salida, hacer el sacrificio necesario.

La pieza que escogió mover en el tablero de poder, jugó muy bien los años que permaneció a su lado. La estrategia para derribar al rey fue inquebrantable, el miedo fue sustituido por amor con el tiempo, el niño aceptó su destino.

Poco fue lo que pudo ofrecer, al pequeño Joshua que aguanto las sombras.

Dio acabada la partida al convencer a todos de la terrible mentira, lo que jamás imaginó sería, que ese niño después pondría fin, al legado de una familia maldita.