The Rain [HaoShua]

Epílogo

La luna no alumbraba con su luz habitual, al alzar la mirada al cielo no veía mas que oscuridad, incluso las estrellas dejaron de titilar, de seguro había un mensaje oculto que no era capaz de descifrar, puede que el humo del cigarrillo fuera la razón principal, últimamente fumar reducía la mayoría de mis sentidos a un mal chiste que no se acaba de contar.

Volví a visitar aquel puente y no precisamente por casualidad, ahora yo manejaba los hilos del destino y decidía por los demás. Shua nunca dejó de ser un factor recurrente, su recuerdo regresó cada tanto a agitar mi mente, casi que puedo escucharlo al ejercer justicia por mi propia mano, Minghao esto Minghao aquello, siempre decepcionado, cómo cualquiera que estuvo a mi lado y luego se marchó para mantenerse a salvo. Quisiera decir que estoy acostumbrado, que el abandono me conforta, pero el insomnio deja en claro que aún me afecta.

La calle estaba desierta, la voluntad de la gente de un tiempo para acá permanece amarrada al terror, dejan velas para conmemorar los caidos y huyen despavoridos. Así son las cosas ahora, de no seguir la corriente te ahogas.

"Polvo eres y en polvo te convertirás", les cuesta aceptar que aquello que amas se reduce a cenizas por una simple chispa.

Sin motivo.

Sin razón.

Sin una tonta explicación.

"Debemos irnos", Hoshi insistió, interrumpiendo mis pensamientos, me ví en la obligación de prestar atención a las señas, detuve el pincel con poca satisfacción para admirar perplejo su rara expresión, "la policía viene en camino".

-¿Y?

Algunos hablan de la incapacidad de estar solos, de como el hombre pierde la humanidad ante la soledad, de los escasos días que bastan para desquiciar una persona. Soonyoung me encontró en el bosque, Jun lo había mandado a seguirme, a diferencia de lo que le hizo creer a todos, no lo fue mutilando para chantajear a Jisoo, le perdonó la vida a cambio de proteger la mía, y hasta al son de hoy es como una especie de voz de la razón, me mantiene cuerdo. Le debo la vida.

La sangre que continuó escurriendo del cuerpo arruinó la pintura, frustrado le reclamé al moribundo, de haber permanecido quieto, la herida no habría derramado líquido innecesario.

"Le prometí a Jun que te mantendría a salvo", como de costumbre volvió a sacar el tema, me ayudó a levantar al notar la dificultad de mantener el equilibrio.

-Mi hermano murió hace mucho tiempo en la cárcel -dije sin ánimos, observando al ya no tan pequeño gatito que adopté, probar la carne del anciano-, eres libre de irte, lo sabes ¿No?

Extraño los debates internos, las largas discusiones con el resto de identidades, The8 fue el último en fusionarse, tarde en aprender a vivir sin el ruido. No podría asegurar que se han ido por completo, a veces los siento conmigo, me arrepiento de desear con frecuencia cuando era solo un niño, la ausencia de mis queridos amigos. Porque si bien representaban los peores momentos de mi miserable existencia, ellos hicieron menos doloroso el camino. Quiero creer que aún conservo la inocencia de Hao quien soportó el abandono y los maltratos en el orfanato, y que The8 quién estaba tan desesperado por pertenecer, que terminó herido por innumerables bestias en la adolescencia, sea el que me dió fuerza de avanzar entre tantos eventos desafortunados.

En serio espero, que sigan siendo parte de mi y yo de ellos, porque al final siempre fuimos uno.

A la organización le tomo más de una década recuperar el control en las calles, la ausencia de una figura de poder le permitió a los de cuello blanco mover con astucia las fichas, aquellos que salían en los periódicos eran los mismos que robaban a la gente. Desconozco el momento en que asumí el rol de Jun, supongo que la culpa hizo de las suyas, pero no vale la pena ondear en aburridos detalles, dejamos de ocultar huellas, y de ejecutar deliberadamente los que caían en la red, quería que descubrieran nuestro paradero, jugar a las escondidas ya no me es divertido.