La fría pintura sobre las cerdas del pincel, con lentitud fue creando diseños aleatorios en la piel de Minghao, quien desconocía el propósito de su pareja, pero no protesto ante la idea de estar bajo el cuerpo ajeno. Los trazos que descendieron desde la longitud de su cuello y no tardaron en abrirse paso a otras zonas, le provocaron un cosquilleo.
Empezar una relación no cambio mucho la situación, siguieron fingiendo ser amigos frente al resto, la comodidad que les ofrecía mantener el secreto y la adrenalina de tener intimidad a escondidas, los convenció por completo.
En teoría, Jisoo terminó huyendo del hospital, firmó el acta de salida y se fue sin intención alguna de decirle a su familia dónde estaría, Minghao accedió sin chistar a dejar que se quedará en su casa en lo que se recuperaba.
—¿Qué se supone que haces?—dijo divertido ante la concentración del contrario, extendió uno de sus brazos para acariciarle el rostro, le era difícil apartar la mirada de su novio—, voy a tardar horas en el baño por tu culpa.
—No te preocupes, te ayudaré a quitar la pintura —Jisoo sonrió, tras girar levemente el cuello, beso el dorso de la mano que con dulzura lo mimaba—, ese fue el plan desde un inicio. Crear una excusa para admirar tu figura desnuda.
—¿Ah, sí? —cuestionó con picardia.
Siendo controlado por un impulso, Jisoo dejó de lado el pincel para enfocarse en el hermoso lienzo frente a el. Al inclinar un poco el torso, logró disminuir la distancia que tanto ansió recorrer. La cálida respiración del chico y el como este espera atento presenciar el siguiente movimiento, eran esos pequeños detalles que al detenerse a centímetros de su objetivo, amaba con locura. Porque sin importar el momento o lugar, cuando sus bocas se encontraban, nada podía compararse con esa pequeña alteración, que hacía que el palpitar de su corazón aumentara de ritmo, debido a la inmensa atracción entre ambos.
La mayoría de las veces Minghao cedía el control, prefería fluir con la corriente que ir contra ella, pero cuando el deseo superaba la fuerza de voluntad, perder el aliento en el proceso con tal de saciar la ansiedad, no era un obstáculo. La diferencia en experiencia era notoria al tomar las riendas ese lado suyo, por momentos lo devoraba sin vergüenza, y luego se detenía a succionar con suprema inocencia sus labios en son de provocarlo. Jisoo acabó jadeando al apartarse, incrédulo por llegar a pensar, que debía tener cuidado con Hao, cómo al regar una flor, pues él se asemejaba más al radiante sol, que no modera la temperatura.
—Oye, ¿Puedo decirte un secreto?—murmuró Minghao, luego de llenar de pintura su dedo índice y dibujar en el mayor algunos corazones.
—Por supuesto.
—Tengo miedo de despertar y que todo esto sea un sueño, es tonto, lo sé, puedes burlarte si quieres.
—Sería peor no poder recordarnos.
Hao no era fan del romanticismo, creía ser incapaz de vivir en carne propia ese dulce e intenso amor que se relata en aquellos escritos. Ahora las cosas habían cambiado, pero aún así, sentía que estaba sustituyendo al protagonista y al final, descubriría que el villano siempre fue él.
Las dudas. Inseguridades. Seguían ahí.
Pero quería convencerse de que esa historia le pertenecía.
En verdad quería hacer las cosas bien está vez.
.
.
.Entre caricias y besos furtivos transcurrió el tiempo. Estaban cubiertos totalmente de pintura, un desastre sin duda, era difícil distinguir el color que un principio cubrió sus pieles, incluso el pequeño gatito aprovechó el desorden y dejo un camino de huellas azuladas hacía el sofá donde dormía.
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The Rain [HaoShua]
Fiksi PenggemarSu alma gemela. Su otra mitad. Aquella persona a quien le pertenecía el extremo contrario de su hilo rojo del destino. Jisoo no creía en ninguna de esas tonterías. Sin embargo, al darse cuenta de quién era él..., eso cambio por completo. Pero el...