Capítulo XIII

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Oficialmente Hao había perdido en su propio juego, en ese punto ya no podía negar que se estaba enamorando de Jisoo.

Sentía que estaba dentro de un laberinto y no existía otra salida más que caer en su dulzura.

Aunque caminara por calles familiares, al estar a su lado se convertía en un mundo totalmente diferente. Podía pasar días enteros pensando en él y seguir sonriendo por cosas sin sentido.

—¿Qué te gustaría hacer? —cuestionó Jisoo sacándo de sus pensamientos al menor.

—No lo sé —sonrió—, pero deberías cambiarte.

Considerando que su imagen pública se podía ver afectada por la más mínima tontería, no se atrevió ni a tomar su mano en la calle mientras portara el uniforme.

—Mi casa no está muy lejos —sugirió.

—¿Y qué estamos esperando?

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Jisoo vivía en un buen vecindario, se mudó junto a su hermano mayor después de cumplir la mayoría de edad. La casa constaba de dos pisos y un terrorífico sótano al que nunca entro por temor, tenía una estructura bastante moderna y en su interior destacaba el minimalismo.

—Imaginaba tu casa diferente —habló Hao asombrado mirando su reflejo en el piso.

Parecía que recién terminaron de limpiar y se esforzaron en pulirlo.

—Lamento decepcionarte.

—¿No me quieres hacer un pequeño tour?

—Esta bien, pero deberás responder una de mis preguntas por cada habitación que te enseñe.

—Me parece justo —acerco su mano dudoso y sujeto la del mayor tras entrelazar sus dedos.

Jisoo se sorprendió en un principio, pero una vez se acostumbró y entro en confianza incluso acarició con su pulgar la tersa piel del castaño.

Puesto que, no tenía ni la más mínima intención de enseñarle su sótano ni que después se burlara de él, empezaron por la segunda planta. Subieron las escaleras con cuidado hasta llegar arriba. El mismo color blanco abundaba, pero a diferencia del otro piso había una especie de murales del cuerpo humano en cada una de las paredes. Minghao se maravilló ante el realismo de los dibujos, cada órgano estaba hecho con sumo detalle.

—Antes que lo preguntes, debo aclarar que mi hermano es médico.

—Esto es genial y perturbador al mismo tiempo, yo le habría dado un acabado más fuerte, que pareciera que sangre escurre desde el techo.

—Creeme que eso no me dejaría dormir por las noches —susurro imaginándoselo.

—¿En serio? —carcajeo al soltarlo—, bueno ahora que lo pienso si es un buen lugar para grabar una película de terror.

Ni siquiera habían ventanas, solo un sofá blanco frente a un televisor.

—¿Crees en lo sobrenatural?

—¡Por supuesto! —se acercó— de hecho, soy una persona muy propensa a vivir experiencias paranormales.

—¿Por qué dices eso? —el nerviosismo se empezó hacer presente.

—A mi mejor amigo le gusta malgastar su dinero, así que alrededor de dos veces al año mientras están grabando una película de terror consigue que nos permitan quedarnos una noche o dos en el set —cambio su tono de voz a uno más tétrico para asustarlo—, y te puedo asegurar que en cada ocasión en efecto vimos algo. Una madrugada, Vernon y yo estábamos dentro de un sótano, solo teníamos una linterna y estaba apagada, él es un escéptico en todo su esplendor y al aburrirse propuso irnos, la pared a nuestra derecha se iluminó al instante, la luz provenía de las escaleras, pero allí no había nada, una sombra se reflejó y tenía la forma de un conejo, pero no uno que harías con las manos, era una figura humanoide con grandes orejas y afiladas garras —lo observo con detenimiento— ¿Sabes que significa eso?

The Rain [HaoShua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora