Xu Minghao no suele salir mucho de casa, pasa días enteros sentado frente a un lienzo plasmando en pintura aquello que su corazón oculta por medio de diseños abstractos, al igual que escribiendo capítulos inconclusos de un libro que anhela publicar. La mayoría diría que su vida es bastante aburrida, ya que en teoría es un ermitaño, pero él se conforma con sus cómodas pijamas y la compañía de Zhao Shu Yu, el pequeño gato cálico que le regalo la señora Jiang —quién viene los fines de semana a limpiar—, y no menos importante Jun, su actual pareja.
Generalmente, esta variación en el pelaje de la raza gatuna se ve nada más en hembras, es muy rara la existencia de un macho y en su defecto los mismos son estériles, tal como Zhao Shu Yu.
El castaño se encontraba recostado a su cama mirando el techo con una expresión confusa en su rostro, el delicioso aroma a café proveniente del apartamento de al lado lo estaba matando, si no fuera porque la noche anterior gastó su reserva de tres días a causa de la ansiedad, hoy tendría en su mesa una taza con aquella bebida oscura que tanto adora. Jun siempre hacía las compras, nunca daría lugar a que faltase la preciada obsesión de Hao, pero ya había transcurrido un mes desde que partió a esos molestos "viajes de negocios", y el artista como todo un asocial en su esplendor se negaba a salir tan siquiera a una tienda de conveniencia cercana.
Aunque no lo dijera a menudo, extrañaba a Jun como un demonio, se había acostumbrado a despertar en sus brazos, a tener su beso de buenos días e incluso a verlo devorar el desayuno que se esforzaba en preparar para impresionarlo, y si este no tuviera un trabajo tan peligroso al menos podría estar seguro de que regresaría a casa con vida.
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.Después de darse un relajante baño y secarse el cabello, aún con la bata cubriendo su delgado cuerpo se dirigió a la cocina, para acto seguido destapar una lata de atún y depositar su interior en el plato de Shu Yu.
—Qué te haga provecho joven maestro Zhao —susurro mientras acariciaba su cabeza.
Tras levantarse, caminó a su habitación para buscar en el clóset un atuendo adecuado, como no era muy bueno tomando decisiones terminó en ropa interior con muchas prendas a su alrededor que arrojo frustrado.
Acabó colocandose lo único que quedaba en el clóset. Una camisa manga larga blanca un poco ancha y un pantalón marrón de un tono pastel que traía unos tirantes del mismo color. Luego, corrió a buscar una boina en su estudio y no tardo en regresar para ponerse su anillo, que permanecía en una caja en la mesa de noche junto a su cama.
Cuando era un niño tuvo que amarrar el objeto circular a una cuerda para utilizarlo de collar, ya que era tan grande que se resbalaba de su dedo, pero a medida que fue creciendo pudo usarlo como se debe. Tenía veintidós años y aún no se daba por vencido, Shua podria estar en cualquier lugar.
A Jun le molestaba de cierto modo que su pareja nunca se quitara ese anillo a no ser que fuera a dormir, ya que sabía con certeza que el corazón del castaño le pertenecía a otra persona, pero la última vez que intento esconderlo Minghao terminó con una extraña crisis, así que prefirió fingir demencia que verlo sufrir.
Al ir a la sala de estar se colocó sus fieles botas negras corte alto y tras despedirse del adorable gatito salió del departamento para tocar el timbre del vecino de enfrente —su único amigo—, para que lo acompañase a comer algo.
Al cabo de un tiempo se escucharon unos cuantos pasos y la puerta se abrió dejando al descubierto un rostro que nunca había visto.
—¿Le puedo ayudar en algo? —cuestionó el tierno chico recostado al marco de madera.
Minghao debía admitir que parecía un modelo, solo portaba una camisa dos tallas más grande que le pertenecía a su amigo, pero tenía un lindo cuerpo. Se atrevería a decir que es la persona más atractiva con la que se ha involucrado el mayor.
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The Rain [HaoShua]
FanfictionSu alma gemela. Su otra mitad. Aquella persona a quien le pertenecía el extremo contrario de su hilo rojo del destino. Jisoo no creía en ninguna de esas tonterías. Sin embargo, al darse cuenta de quién era él..., eso cambio por completo. Pero el...