Capítulo XXXVI

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Final parte I

Independientemente de la leyenda que se crea, ya sea que se comparta un vínculo por el pinchazo de una flecha o que un dios unió dos almas al atarlas con un hilo sagrado, los amantes que escoge el destino, no cumplen la función de complementar al otro en la eternidad, ni tampoco renacen una y otra vez solo para experimentar el amor. Llegan y se van, de manera fugaz, para revelar una verdad que nos aterra aceptar, que nos pide vivir en libertad. Son un espejo, la mitad faltante para ver nuestro reflejo.

Marcan un antes y un después.

—No debí venir —Minghao se desahogo queriendo contrarrestar el pánico, sujetó tan fuerte la mano de Jisoo que se sintió apenado—, me odian. Me ven como un fenómeno.

—Oye, es cuestión de tiempo. Les cuesta ser empáticos, la gente con dinero es superficial, cuando te conozcan se darán cuenta porque me enamore de ti. 

—Pero soy un desastre aún peor por dentro —dijo preocupado por encajar, avanzó con pesadez por el sendero procurando nunca llegar a la fogata.

—No comparto la misma opinión, tengo el mejor novio del universo.

—Eso lo dices, porque para ti no existen los defectos.

—La perfección es un concepto ridículo.

Detienen todo, alteran la realidad.

Cuan hermosa era aquella noche, en que el bosque los acogió, las hojas de los árboles caían con suavidad, cubriendo el camino, cómplices de la oscuridad, para despistar al desconocido.

Minghao mantuvo distancia, las dinámicas familiares no eran su pasatiempo preferido, se quedó junto a los gemelos, que ajenos a las discusiones jugaban voleibol, aceptó unirse siempre y cuando fuese el árbitro. El partido resultó entretenido, se preguntó porque nadie se detuvo a hacer apuestas y reír por las rabietas. Tenían un gran espíritu competitivo.

—¡Señor Minghao! —uno de ellos se acercó corriendo, curioso por los resultados—, ¿Verdad que voy ganando?

El artista falló en reconocerlos, cuando cambiaron de lugar lo confundieron, buscó las diferencias como al resolver un acertijo.

—Emmmm, creo que es un empate —afirmó sin fundamento por la duda—, si un empate.

—¡Imposible! —Yoongi estuvo tentado a justificar sus anotaciones, pero al recibir una mirada recriminatoria de su tío, desistió.

—Yo fui el ganador —susurro Jihoon mientras disimulaba un baile de la victoria, ansioso por provocar a su hermano.

—No, claro que no.

—¡Que si!

—¡Que no!

Llevarse la contraria era su naturaleza, Jisoo aprovechó la distracción para volver a tener la atención de Hao, una caricia bastó, el chico volteó de inmediato ante la calidez del contacto, riendo a carcajadas por los tontos argumentos.

—No sabes quién es quién, ¿Cierto?

—Hice mi mayor esfuerzo, lo juro.

—No estoy tan seguro de eso —le susurro al acercarse a su oído—, pero sé que ambos queremos irnos de aquí ¿Deberíamos...?—Jisoo detuvo la propuesta al ver de lejos venir la pelota, un ataque sorpresa como advertencia. Un lanzamiento limpio, que con toda la intención fue enviado en dirección a Minghao, alcanzó a interponer su cuerpo, por suerte, pero la obvia tensión en el ambiente y las falsas disculpas dejaron en claro las cosas.

The Rain [HaoShua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora