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Los recuerdos le estremecieron la mente con una sacudida brutal, tanto que ni siquiera pudo controlar su expresión, que seguramente sería muy antinatural para un animal. Se quedó congelado en su sitio viendo hacia el público, y se tardó un rato en reaccionar a los llamados de su domador, que quería sacarlo de ahí porque la función debía continuar con otros trucos, otra gente y en realidad, otros títeres.

Salió de ahí en contra de su voluntad, pero no podía olvidar lo que había visto en esa noche.

Estando en su jaula, miró a su alrededor en busca de quienes consideraba su familia, pero no los veía por ningún lado, así que supuso que estarían cumpliendo con la función dentro de ese asqueroso lugar. Seguía deprimido por su situación actual, pero el haber visto a esa persona ahí lo hizo tener esperanzas, no sabía de qué exactamente, pero algo había.

De repente, escuchó un sonido a la distancia con su agudo oído y aunque trató de descifrar de qué se trataba, no tuvo tiempo antes de que viera como un feroz lobo negro llegaba cerca de su jaula con sigilo.

Sorprendido y casi emocionado, miró hacia afuera en busca de alguno de los guardias, pero sorprendentemente no había nadie cerca.

— ¿Cómo lo hiciste? —preguntó con una ligera alegría— ¿cómo...

Antes de que terminara su frase, una suave luz morada como el neón iluminó la estancia, siendo ahogada por una gruesa capa negra que llevaba puesta encima. Entonces frente a él quedó una apuesta persona con una profunda mirada, que por alguna razón tenía las mejillas empapadas de lágrimas.

— ¿Qué demonios haces aquí Jooheon? —cuestionó con la voz rota— ¿por qué estas en un maldito lugar como este?

Jooheon se quedó sin palabras al escuchar su pregunta. Definitivamente eso era algo a lo que no podía responder, solo le recordaba a la forma en la que había sido llevado ahí, y todo lo que había perdido por ello.

— Eso... —suspiró fuertemente— no quise venir aquí. Ellos simplemente...

— Sé lo que hacen... —lo interrumpió bajando la mirada al suelo— Creí que me obedecerías cuando te dije que te fueras de la ciudad, que no volvieras a ese lugar y que simplemente te comportaras como ellos... —pegó un manotazo fuertemente en los barrotes de la jaula— ¡¿Cómo es que acabaste aquí?!

De repente se acordó de que debía ser sigiloso para evitar problemas y simplemente suspiró, dejando salir su frustración de una vez.

— Es mi hogar. —afirmó— O era, ya no lo sé. —sus miradas se encontraron por primera vez en esa hora— Changkyun, estoy feliz de que seas libre entre ellos, pero sabes que yo no lo soy. Yo también quería buscar mi felicidad, y la encontré... —su voz se rompió— y la perdí.

En ese momento se escucharon ruidos de charla a lo lejos, como si aquellas personas estuvieran volviendo a sus lugares, entonces ambos se preocuparon.

— Demasiada charla. —habló decidido— Sal de ahí Jooheon, deja de jugar a ser esclavo. Te ayudaré a salir de la ciudad ahora que ellos no están aquí. —en ese momento Changkyun iba a retomar su forma animal para poder salir de ahí a través de la espesa naturaleza de la zona, pero en ese momento notó que Jooheon no estaba cambiando de forma como se lo ordenó.— Jooheon ¿qué demonios haces? —cuestionó molesto— ¡date prisa si quieres salir de aquí!

Jooheon lo miró con tristeza.

— No puedo. —susurró.

Changkyun lo miró, estupefacto por su respuesta.

— ¿No puedes qué? —preguntó exasperado.

Jooheon no respondió sino que automáticamente saltó un poco, dando todo de sí para poder cambiar de forma y convertirse en un gato o algo así, pero tal como saltó, así volvió a caer en el suelo.

El menor lo miró casi con terror.

— ¿Ves? —susurró agobiado y deprimido— No puedo hacerlo, desde que ellos incrustaron esa cosa en mí, no he podido cambiar de forma. No estaría aquí si pudiera haberme ido.

El chico con aura morado neón se quedó pensativo un momento.

— ¿Cosa? ¿Droga? —preguntó preocupado— ¿Te pusieron a dormir? —Jooheon asintió en respuesta, pero él no parecía entenderlo por completo— Eso es absurdo, ¿cómo podría un simple calmante acabar con un poder que te regaló la naturaleza?

Jooheon sonrió con tristeza.

— ¿No has pensado en ello? —susurró echándose en el suelo de la fría jaula— que un poder que te otorga la naturaleza debe ser alimentado con la energía de la naturaleza y no con el suelo de una jaula gris.

El menor mordió su labio inferior para contener el llanto por la imagen tan lamentable que tenía delante. Era verdad, Jooheon tenía razón.
El poder que tenían, era algo que se alimentaba con la energía de la naturaleza, fluyendo y viviendo mutuamente en ella, siendo libres. Y al estar tanto tiempo encerrado en una jaula fría de metal, su cuerpo estaba casi vacío.

Y la peor parte es que a menos de que pudiera salir de ahí por la puerta, nadie podría hacer nada por él.

— Jooheon... —susurró con un par de sollozos, entonces escuchó las voces más cerca— voy a sacarte, por favor espera un poco más...

El mayor lo miró llorar y sonrió con tristeza.

— Changkyun no llores. Ya estuve aquí mucho tiempo, un poco más no puede hacerme más daño. —intentó consolarlo— Pero por favor prométeme algo.

— Dime... —susurró en el llanto, justo antes de convertirse en el lobo negro del principio.

Jooheon soltó un suspiro y lo miró.

— Si me vas a sacar de aquí, saca primero a mi familia. —miró a su alrededor, pero no había rastro de ellos— un león llamado Wonho, un oso llamado Shownu... Por favor. No vuelvas hasta que ellos sean libres y estén a salvo. —en ese momento notó que Changkyun quiso objetar a su petición, pero él se adelantó— Solo hazlo si deseas ayudarme, se los debo. —bajó la mirada— Y si no quieres, entonces déjame con ellos aquí también, de todas formas te agradezco.

No había tiempo para decir nada más.

Los hombres que vigilaban la zona volvían en grupo, haciendo comentarios en voz alta acerca de un buen hombre que los invitó a comprar cervezas a un bar cercano, así que tendrían un poco de diversión esa noche. Por su parte, Changkyun no tuvo más remedio que dar una última mirada hacia el tigre blanco e irse, confundiendo su negro pelaje entre los matorrales y la oscuridad de la noche.

Jooheon se quedó observando su trayectoria y su hermosa aura que ningún humano podía apreciar, hasta que desapareció de su vista.

Se quedó sólo una vez más, y finalmente a lo lejos escuchó un aullido agobiado, ese característico sonido que no había escuchado hace mucho, pues a diferencia de los tiernos sonidos que emitía Minhyuk en su forma de guepardo, el lobo emitía un sonido tan fuerte que podía ser escuchado a mucha distancia.

Y así se quedó, escuchando el sonido hasta que el cansancio lo venció. Entonces cayó dormido sintiéndose un poco más tranquilo a pesar de todo, quizá incluso un poco esperanzado.

Aunque quizá el lobo no volvería.

Aunque quizá el lobo no volvería

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Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora