C: 10

257 63 24
                                    

Estaba dormido profundamente cuando sintió una leve incomodidad que parecía irreal entre sus sueños y es que desde que los dias de gestación estaban llegando a su fin, le era cada vez más difícil mantenerse activo como antes. Afortunadamente ya no tenía que lidiar con todo eso él solo, ahora contaba con la ayuda de su familia, incluyendo al padre de sus cachorros que no se alejaba más de 10 metros de su lado por miedo a que cualquier cosa ocurriera.

Ese día, con su habitual cansancio, terminó durmiendose al contemplar la puesta del sol desde su madriguera, que después de mucho esfuerzo propio y la ayuda de su pareja, logró convertirse en un lugar digno para que sus cachorros vieran la luz de la vida. Incluso ese día se los imaginó ahí junto a él, observando la luz del sol que parecía esconderse en la misma dirección que el lugar de los hombres que Jooheon le comentó una vez, después de eso durmió plácidamente.

Al menos hasta que aquella molestia volvió a presentarse, obligándolo a cambiar de posición pensando en que sus cachorros estaban incómodos de aquella forma. Pero la molestia se intensificó y de repente aquello leve que pareció ser incomodidad, se transformó en una ola de dolor que lo obligó a despertar abruptamente.

Cuando estuvo despierto se dio cuenta que el sol ya se había escondido casi por completo, dejando apenas unos leves rayos atravesando unos trozos de cielo, y que estaba solo.

Comenzó a hiperventilar de repente por el miedo de lo incierto, pero trató de calmarse recordando que Jooheon jamás iba lejos y que normalmente a esa hora iba a buscar algo de comer para traerle.

Se puso de pie aún manteniendo su forma animal y comenzó a caminar con un poco de incomodidad, sintiendo aquel dolor que aunque no era extremo, era constante.

Estaba nervioso, debía admitirlo. Pero saber que quizá ya había llegado el momento y que pronto tendría a sus cachorros con él, le regaló una emoción que no sabía que podía tener en medio de tanto dolor.

Por su parte, Jooheon cumplía con su papel de buen padre y buena pareja siempre eligiendo lo mejor para llevar a la madriguera, sin importar si a él no le tocaba ni un solo trozo. Era feliz.

Desde que recibió la noticia de los cachorros, quizo darle a Minhyuk toda la atención que no le había dado antes. No era perfecto porque era un padre primerizo, pero sin duda hacía un buen esfuerzo.

Ese mismo día mientras Minhyuk veía el sol del atardecer, salió a cazar algo, sabiendo perfectamente que el mayor siempre estaba hambriento por la noche. Por esa razón se encargó de buscar una buena presa y no descansó en absoluto hasta obtenerla, aunque eso le tomó un tiempo y bastante distancia. Pero no se sentía preocupado del todo, porque sabía que los mayores estaban cerca de Minhyuk, o al menos eso prometieron y esperaba que ellos no tuvieran la misma idea que él.

Orgulloso de sus habilidades de cacería arrastró los varios kilos de pesada carne que incluso para él en su forma animal le era un poco difícil, pero sabía que valía la pena si Minhyuk estaba contento.

Notando que le quedaba muy poca luz natural y que la distancia que había que recorrer era relativamente grande, se preocupó un poco e intentó aligerar su paso, pero un sonido en sus bastantes agudos oídos lo hizo detenerse.

El crujido de una rama en el suelo detrás de unos arboles cercanos, fue claro para él. Había algo más ahí que el no había notado antes.

Totalmente alerta soltó a su inmóvil presa y no tardó en retroceder a lugar seguro para poder acechar a lo que sea que estuviera detrás de ese sonido y así reducir su desventaja de ya haber sido visto, pero justo cuando intentaba localizar a lo que creía que era un animal salvaje en busca de robarle la presa, un humano apareció frente a él, sosteniendo una de esas cosas que sabía que eran letales porque ya había visto cosas en el poco tiempo que vivió entre ellos.

Dudando sobre si atacar o correr, se quedó estático en el sitio y cuando por fin decidió que era mejor atacar antes de perder la batalla sin intentarlo, otros humanos salieron de varios lugares, todos ellos portando armas idénticas a las del primero.

A esas alturas supo que algo andaba realmente mal, y aunque quizo sentirse asustado por su propka seguridad, su corazón se estrujó al pensar en Minhyuk, en sus cachorros y en los mayores.

¿Estaban bien?
¿Qué hacían esas personas ahí?
¿Acaso moriría?

Tantas cosas que deseaba saber en ese momento pero que nadie podría aclararle. Estaba asustado, pero iba a atacar de todas formas aunque estuviera muy cansado por su reciente cacería. Sabía que si no ganaba la batalla contra ellos, al menos ahuyentaría a los que quedaran y esperaba que eso fuera suficiente para proteger a su familia.

Con todo su valor reunido, rugió en señal de guerra y el feroz tigre blanco corrió en dirección al hombre más cercano a su posición, pero antes de que pudiera siquiera llegar, sintió una fuerte punzada en el cuello, que por alguna razón comenzó a debilitarlo inmediatamente.

No había sangre por ningun lado, pero sentía claramente como sus fuerzas lo abandonaban hasta que su paso fue detenido por completo y acabó cayendo al suelo sin poder sostenerse sobre sí mismo.

Estaba agobiado. Sabía que el cansancio ya estaba presente en su cuerpo desde hace mucho, pero él era fuerte y no entendía porque estaba cayendo tan fácilmente a los pies de aquellas personas que se acercaban con más confianza que antes, como si no tuvieran miedo.

Las ganas de llorar lo invadieron por culpa de la impotencia que sentía. Quería levantarse y acabar con todos ellos, ser el protector de su familia, pero simplemente no podía.

Justo cuando uno de los humanos estaba por tocarlo, el cielo se iluminó con un fuerte color amarillo que llamó la atención de todos. Pero el corazón de Jooheon se estremeció al verlo.

Minhyuk no había cambiado de forma en días por su falta de energía, ¿por qué de repente aparecía la luz amarilla? ¿Cambió de forma? ¿Por qué? ¿Qué estaba mal?

La impotencia y el enojo crecieron apresuradamente dentro de él, y sacando energías de donde no sabía que tenía logró levantarse levemente y alcanzó el pie del hombre que estaba más cerca suyo distraído mirando en la dirección de la luz amarilla, entonces clavando sus colmillos con la poca fuerza que tenía, lo hizo gritar de dolor y sus compañeros corrieron a auxiliarlo.

Con el rabillo del ojo vio como uno de los muchos hombres que estaban ahí, no dudó en cargar su arma y apuntarle, decidido a dispararle. Pero en ese momento otro rugido los sorprendió y de la nada, un león y un oso comenzaron a atacar a los hombres que querían hacerle daño.

Desafortunadamente eran demasiados y aquellas armas eran algo que ellos desconocían.

Así, mientras Jooheon caía lentamente en la inconsciencia miró en dirección hacia el lugar donde sabía que estaba Minhyuk pidiendole perdon internamente, cuando segundos antes de perder la consciencia vio algo que casi podía jurar que se trataba de una luz azul tiñendo el cielo nocturno, pero no estaba seguro, simplemente se desplomó.

Quién hubiera pensado que el movimiento circular que hizo sobre la panza del guepardo en esa misma tarde sería la última caricia que le haría.

Quién hubiera pensado que el movimiento circular que hizo sobre la panza del guepardo en esa misma tarde sería la última caricia que le haría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora