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Los segundos se sintieron eternos y el silencio tan profundo qué incluso podía escucharse el sonido del viento arrastrando hojas secas a las afueras.

Shownu no dijo nada, simplemente no pudo.

¿Cómo podría explicarle a Kihyun quién era él realmente? ¿Cómo se lo tomaría? ¿Pensaría que estaba loco o se molestaría porque sonaría a mentira?

Hasta ese momento Shownu no se había planteado la idea de desvelar ese detalle a Kihyun, no porque lo omitiera a propósito, era más bien que ya se había acostumbrado al estilo de vida, al trato humano y a comportarse civilizadamente en su presencia, qué quizá en su subconsciente no creyó necesaria una explicación, pero justamente es lo que Kihyun le estaba pidiendo.

Estaba frente a él, mirándolo a los ojos esperando pacientemente a que cualquier titubeo tuviera sentido para comprenderlo. Su mirada delataba qué estaba abierto a recibir una respuesta y a tratar de entenderla, pero ¿cómo se explica algo así?

Es más, ¿por qué lo preguntaba? ¿Había visto algo fuera de lugar? ¿Actuó extraño? ¿Alguien le dijo algo? Si mentía, ¿se daría cuenta?

Claro que lo haría, ¿no?

Al final no dijo nada y Kihyun se cansó de esperar.

La decepción en su rostro fue notoria cuando apartó la mirada, dejó los papeles sobre la mesa y habló sin ganas.

—Alguien dejó un mensaje para ti. —mencionó en voz baja. —Quería que te dijera que... Tu familia te está buscando. —soltó directamente. —Espero que sepas qué hacer con esa información.

Dicho eso sintió la necesidad de estar solo, quizá para no ver la emoción en el rostro de Shownu. Una emoción que no era provocada por él y que le dolía. Sin embargo no fue lejos, se quedó en la habitación contigua, quizá con la vaga esperanza de que Shownu negara la información y le diera una explicación, pero lastimosamente no fue así.

Shownu se quedó en su sitio como una estatua de hielo, su rostro tampoco parecía mostrar reacción alguna y su mirada estaba perdida. Sin embargo, aunque todo podría demostrar una respuesta asintomática, Kihyun sabía que era todo lo contrario. Se trataba del choque de emociones revoloteando en su interior lo que no le permitía exteriorizar ninguna expresión.

Y eso dolió un poco más.

El extraño tenía razón.

El doctor no esperó a que su acompañante le siguiera rompiendo más el corazón, así que simplemente fue a su habitación y se acostó en su cama sintiendo que de repente aquella cama estaba más fría y solitaria de lo normal.

Durante toda la noche trató de conciliar el sueño, pero tan sólo de pensar en que probablemente Shownu ya no estaría en casa al amanecer en los próximos días, lo hacía sentir desanimado y sin ganas de dormir. Aunque para su sorpresa, al día siguiente Shownu estaba guardando silencio como siempre, aunque su apariencia delataba su insomnio de la noche anterior, así que en ese aspecto estaban más o menos igual.

Kihyun atendió a sus pacientes como siempre y Shownu también realizó sus tareas habituales sin remover el tema o preguntarle nada en absoluto, pero el peso en el pecho del doctor sólo creció más y más a lo largo del día. Se sentía culpable de querer privar a un hombre de buscar a su familia y probablemente a su felicidad.

Se sentía la persona más egoísta del mundo, pero al pensar al contrario también se sentía la persona más solitaria.

Cuando la tarde llegó y Shownu salió por unos mandados, Kihyun no pudo con la culpa y sentado en su escritorio tomó papel y lápiz, decidido a tomar una decisión coherente por el bien de Shownu y escribió una carta corta pero clara.

En ella decía: «Tu mensaje ha sido entregado satisfactoriamente y recibí la reacción qué suponías, así que sólo me resta hacer lo correcto y dejarlo ir. Espero que estés diciendo la verdad y no juegues con sus sentimientos. Si es así y todo está preparado, puedes venir a buscarlo y hacer que se reúna con su familia. Espero que todo vaya de maravilla. —Dr Yoo Kihyun»

Sus ojos repasaron la carta una y otra vez durante un largo tiempo, antes de que finalmente pudiera guardarlo dentro del sobre y escribir la dirección del alcalde en él.

Con un suspiro selló el sobre y se dispuso a entregarlo a su lugar correspondiente antes de cambiar de opinión, pero en realidad su pecho estaba ardiendo como si alguien hubiera derramado ácido en su corazón, sin embargo durante toda su vida se comportó como un valiente, incluso cuando su madre lo alejó, cuando su padre falleció y cuando creyó que no tenía más vocación en la vida que ser un robot qué servía a la humanidad, un desdichado qué sólo conocía lo que era trabajar por y para los demás sin beneficio propio, aún así no bajó la cabeza.

Él no lloraba, a él no le dolían muchas cosas. Incluso si trabajaba para personas en pobreza extrema y había visto muchos casos que lo conmovían a la compasión, nunca nadie había entrado tan profundo en su corazón como para desear tan intensamente qué se quedara aunque tuviera a donde ir.

Sus manos depositaron la carta, y con pasos lentos volvió a su escritorio pensando en muchas cosas a la vez. Ni siquiera supo cuanto tiempo pasó así hasta que escuchó qué la puerta principal de madera se abría y se volvía a cerrar poco después, y unos pasos rompieron el silencio del lugar.

Kihyun ni siquiera se molestó en arreglar su postura cuando escuchó qué la puerta del consultorio fue tocada como un aviso de respeto, indicando que Shownu iba a ingresar a la sala. Al contrario, miró fijamente en su dirección casi deseando volver a ver ese rostro inexpresivo.

Shownu ingresó a la sala cargando un par de cosas que fue a conseguir y abrió la boca con la intención de hablar, quizá queriendo explicar algo o contar cualquier cosa aleatoria qué ocurrió en su camino regreso a casa, pero Kihyun nunca lo supo porque su boca volvió a cerrarse tan pronto como su mirada se posó en el doctor.

—¿Qué ocurre? —preguntó el doctor con un poco de cansancio por la falta de descanso y su revoltosa mente.

Shownu se acercó a él, se apoyó en el escritorio y su mirada se entristeció automáticamente mientras llevaba su mano a la mejilla de Kihyun.

—Kihyun... —susurró. —¿Por qué lloras?

El doctor se quedó sin palabras. Sin embargo no podía negar que el dolor puro estaba brotando de su corazón, a través de sus ojos...

 Sin embargo no podía negar que el dolor puro estaba brotando de su corazón, a través de sus ojos

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Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora