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Para un médico que procuraba seguir la ética de su profesión como su padre lo había hecho, el error que Kihyun cometió la noche anterior había sido imperdonable, incluso si él era el único que podía juzgarse. Tanto fue su agobio que le costó conciliar el sueño al recordar la cara triste del indigente Shownu cuando había hecho una pregunta tonta.

De hecho, no sólo el evento de las lágrimas era lo que lo había mantenido despierto hasta tarde, sino también que se sintió cansado al pensar en una situación tan general y en las similitudes que él mismo tenía con aquel indigente. Era extraño si lo pensaba, porque siempre pensó que él era diferente, pero al final hasta un indigente tenía similitudes a él.

Una persona adulta, sin familia, sin hijos, viviendo del amor brindado por la gente a cambio de servicios y ayudas, solo. Las únicas diferencias radicaban en que él tenía un techo donde dormir, y físicamente estaba perfecto, a diferencia de Shownu, que carecía de ambas.

Estaba cansado de pensar, masajeando su sien, cuando una persona lo hizo salir de su ensimismamiento. Un hombre alto, fuerte y con apariencia varonil llegó frente a él cojeando, con la mirada baja y los dedos entrelazados en símbolo de nerviosismo.

—Doctor... —susurró sin mirarlo. —Anoche, yo...

—Yoo Kihyun. —dijo llamando su atención. —Ese es mi nombre, preferiría que me llamaras directamente así.

Shownu se quedó sorprendido y con las palabras en la boca. Desde siempre había sabido que llamar a un desconocido directamente por su nombre era una falta de respeto y desde que vivía en las calles trató de poner esa regla como prioridad. Lo que no sabía es que el doctor todavía estaba tratando de tragarse la culpa de haberlo hecho llorar la noche anterior, por eso requería su confianza para recibir su perdón.

—No puedo. —dijo sinceramente después de balbucear el nombre del médico.

Kihyun sabía que no es que no pudiera mencionarlo, es sólo que Shownu parecía ser una persona muy educada y aferrada a sus principios, que haría lo imposible por respetar sus leyes y seguir su corazón.

—Bien. —dijo soltando un suspiro. —Respecto a lo de anoche, no tienes que mencionar nada si no quieres. Fui yo quien se pasó de la raya. —se sinceró poniéndose de pie. —Lo siento por eso. A veces soy muy confianzudo y pienso que todos me van a corresponder de la misma manera.

Shownu escuchó atentamente y asintió al final, en señal de que todo estaba bien, la disculpa había sido aceptada.

—Dijiste que no tenías a nadie más, igual que yo. —mencionó en tono bajo. —¿También es difícil para ti?

El doctor miró fijamente al hombre delante suyo y supo que al invertir las papeles y ser el que recibe la pregunta a quemarropa, el dolor en el pecho se hacía notorio.

Un suspiro fue lo único que pudo responder.

—Shownu, a pesar de la lesión de tu pierna sigues siendo un hombre fuerte. —dijo dando un par de pasos hacia él. —Este lugar necesita algunos arreglos que no puedo completar por falta de tiempo, además soy un poco desorganizado. Así que estaba pensando que quizá podrías ayudarme. —comentó sin mirarlo a la cara. —Tú me ayudas, y yo te proveo lo que necesitas. Es un ganar-ganar, ¿no?

Hubo silencio después de la propuesta, pero el doctor no se dejó intimidar por la espera y la expresión pensativa de su compañero.

—No creo que sea de gran ayuda en este lugar, además el hecho de tener a un hombre extraño en tu casa de repente, ¿no te traería algún tipo de mala reputación? —preguntó preocupado.

Kihyun no entendió su punto.

—¿Mala reputación? —cuestionó frunciendo el ceño. —¿Por qué lo dices? No logro entender...

—Me refiero a que podrían pensar que soy tu marido o algo así. —dijo directamente.

Las mejillas del doctor se tintaron de rojo intenso tras escuchar tales palabras dichas con una inmutable tranquilidad.

—¡¿Cómo que un m-marido?! —exclamó con expresión de asombro. —Tú, qué cosas...

Su corazón estaba acelerado y tuvo que apartar la mirada e irse de esa sala tan solo de escuchar esa palabra que parecía tan lejana y rara en su vocabulario.

No es que nunca hubiera pensado en el amor, es sólo que creía que de cierta forma no lo merecía, puesto que dedicó todos sus mejores años al estudio y jamás buscó la atención de alguien, y rechazó cada una de las invitaciones que sus compañeras de universidad le hicieron.

Sería muy egocéntrico de su parte decir que merecía ser amado y recibir el amor que entonces rechazó, pero lo raro de toda la conversación no era ni siquiera el amor, sino lo perceptivo que Shownu fue al mencionar sin discreción que lo llamarían su "marido" cómo si supiera que de alguna forma su corazón siempre estuvo inclinado hacia el deseo de ser amado por un hombre y no necesariamente por una mujer.

Nadie había sido tan directo con él antes.

—Sólo es un decir. —dijo el despreocupado Shownu a sus espaldas. —Pero si crees que es buena idea, entonces sólo dime qué hacer. Trabajaré duro para ganarme el sustento.

Kihyun suspiró y asintió.

—Puedes empezar por aquí. —dijo restando le importancia a lo anterior y llevándose al hombre al lugar donde quería que iniciara.

Shownu escuchó atentamente cada una de sus instrucciones y cuando empezó a trabajar dejó ver lo bien que seguía con el mandato. Todo estaba siendo hecho al pie de la letra pese a que algunas cosas le costaban más que otras por su lesión. Sin embargo, en medio del trabajo y del esfuerzo que estaba realizando, su rostro se mantenía sereno, dejando entrever una leve sonrisa provocada por la sensación interior de alivio.

Un alivio que sólo podía sentir al saber que era requerido, que no era tan inútil después de todo y que había alguien que lo observaba fijamente, y que a pesar de todo, todavía veía potencial en él.

¿La vida le estaba regalando otra oportunidad?

¿La vida le estaba regalando otra oportunidad?

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Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora