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Lo último que recordaba era oscuridad y ruido. Había estado inconsciente desde que fue drogado con aquella cosa rara de los humanos, y en realidad ya había perdido la noción del tiempo. Aún así, vagos recuerdos borrosos venían a su mente de lo que ocurrió antes de que todo sucediera. Ambos, Shownu y él siendo obligados a subir a algún tipo de carruaje, ambos forjeceando y luchando por no tener que separarse, pero al final siendo doblegados igualmente.

Le tomó minutos, o quizá horas recobrar la fuerza en todo su pesado cuerpo, y más aún porque no recordaba cuando fue la última vez que comió correctamente, pero eso no fue impedimento para estar alerta, ya que estaba seguro que no estaba en el mismo sitio de antes.

Estaba en una jaula, pero no era tan reducida como la del circo, aunque tampoco más cómoda. La única gran diferencia entre ambas aparte del tamaño, era un enorme manto que cubría cualquier rayo de luz que pudiera entrar. O al menos así fue por un tiempo. Gracias a su oído agudo logró captar un ruido como de pasos acercándose y no bajó la guardia en ningún momento, pues aunque todavía estaba débil, la anestesia ya había salido de su cuerpo casi en su totalidad y de cualquier manera estaba preparado para defenderse y atacar su era necesario. De pronto una ronca voz se sumó al sonido.

— Por aquí. —el sonido de los pasos se detuvo a una distancia relativamente corta— Por favor quiten el manto.

Al escuchar la orden y ver que el oscuro manto por fin se deslizaba, Wonho aprovechó la oportunidad de fingir atacar y rugir, para demostrar que el no era ninguna mascota, sino una bestia que infundiría temor sobre esos débiles humanos. Entonces se abalanzó contra las rejas en dirección a esas personas tan pronto como el manto se levantó, y soltó su mejor rugido.

Lo que no se esperó fue que delante suyo sólo hubiera un delgado chico asustadizo que al ver su acción cayó de espaldas contra el suelo y se cubrió con sus débiles brazos como si eso pudiera impedir el terrible ataque de un león.

Una fuerte carcajada resonó por la enorme habitación de techo alto y su emisor era un cobarde que estaba a una buena distancia de la jaula, claramente riéndose del chico que todavía temblaba en el suelo con un miedo indescriptible.

— ¿Te gusta tu regalo? —preguntó entre risas mientras fingía intentar ayudarlo, pero el chico lo esquivó visiblemente molesto de ser el objeto de sus burlas.

Todavía se notaba pálido y sus extremidades temblaban, estaban tan débiles que incluso una tarea tan simple como ponerse de pie le tomó un buen rato, y aunque habían varias personas más en la sala, nadie lo ayudó.

A pesar de haber sido humillado de tal manera, el delgado se paró frente al hombre y con toda la molestia que sentía, decidió responder a su pregunta.

— Preferiría otra cosa, algo que me fuera útil. —masculló y se dio la vuelta para irse— pero qué más puedo esperar de ti...

En ese momento el hombre que hasta hace momentos había sostenido una sonrisa burlona en sus labios, lo detuvo por el brazo con más fuerza de la necesaria y frunció el ceño mirando a la cara del primero.

—  ¿Algo útil? ¿Como qué? ¿Un libro? —su feroz mirada escudriñó al contrario y aunque no recibió respuesta a sus preguntas, la torpe mirada de ilusión del delgado le comunicó lo que ya pensaba— No me jodas, ¿todavía sigues con esa estúpida idea de que puedes ser un erudito y unirte a la política? —la molesta carcajada volvió a resonar por todo el lugar y en consecuencia, el chico bajó la mirada al suelo, entonces el hombre se aprovechó para acercarse a su oído como si fuese a susurrar, sin embargo habló tan fuerte como lo había estado haciendo antes— ¿Debería recordarte que eres de mi propiedad y por lo tanto haces lo que yo diga? —la expresión del menor delató dolor en el brazo que estaba siendo sostenido, seguramente porque la fuerza se intensificó en eda área— Hyungwon, Hyungwon... —mencionó soltando su brazo lentamente y posando su mano en la mandíbula del chico— Desde que tu familia te vendió a mí, sólo te he pedido que te preocupes por complacerme, ¿es tan difícil? —después de esa pregunta, intentó darle un beso en los labios, pero el otro se negó girando la cabeza sutilmente para evitarlo— Por favor no seas tan arrogante, te doy todo el oro y los lujos que tienes, ¿por qué te comportas como si tú valieras más que yo?

Hyungwon bajó la cabeza al escucharlo. Incluso para Wonho quien no conocía al delgado sentía que ya había recibido demasiada humillación por un día, así que entendía perfectamente su actitud.

— Estoy cansado, iré a dormir. —susurró apartando suavemente la mano del hombre que se había posado en su mandíbula.

Sorprendentemente el hombre no se negó a ese comentario y al contrario pinto una sonrisa que de no conocer la clase de persona que era, uno incluso podría pensar que se trataba de una sonrisa dulce e inocente.

— Me parece una buena idea. —respondió provocando que el delgado detuviera sus pasos y lo mirara con el ceño fruncido— ¡Sirvientes! —les llamó, u rápidamente ya tenía a varias personas delante suyo— Por favor, ayuden a la señora de la casa a darse un baño aromático y a vestir la lencería nueva y la bata de satén rojo que traje de mi último viaje.

Los ojos de Hyungwon delataron sorpresa y casi inmediatamente un profundo repudio en dirección al hombre.

— Si señor. —respondieron los sirvientes casi al unísono y yendo a lugares diferentes, seguramente a preparar lo necesario para que los planes del hombre se llevaran a cabo.

Él por su parte, mantenía una sonriss victoriosa en su rostro.

— ¿Por qué me miras así? —preguntó con su fingida dulzura mientras se acercaba a Hyungwon— Han pasado unos meses desde que vives aquí, ya deberías acostumbrarte a servirme, después de todo eres mi esposa y la señora de la casa. —susurró en tono despectivo miemtras tomaba su cara y lo besaba de forma intensa— Voy a saciarte hasta que te quedes embarazado de mi.

Hyungwon se apartó lo poco que pudo y lo miró con toda la furia que sentía.

— Deja de decir estupideces... —masculló entre dientes— ¡Soy un hombre, y si lo que quieres es un hijo, entonces...

Las palabras no habían terminado de salir de su boca cuando cayó al suelo debido al terrible golpe que recibió en la cara con una fuerza desmedida.

— ¡¿En qué momento te dije que tenías permiso de responderme?! —preguntó volviendo a agarrar su mandíbula sin cuidado, sin importarle el chorro de sangre que estaba brotando de su nariz— ¡Eres mío y no me importa lo que digas! —mencionó soltándolo de nuevo— Deberías agradecerme por todo lo que te doy, así que no le hagas el trabajo más difícil a los sirvientes, o serás la cena de ese animal hambriento. —señaló hacia el león.

No hacía falta ser un experto para notar que el golpe había aturdido a Hyungwon de forma brutal. Parecía mareado y la forma en la que abría y cerraba los ojos, sólo delataban la confusión y el dolor que sentía en ese momento. Por su parte, el hombre sonrió casi cínicamente e intentó besarlo, pero Hyungwon lo esquivó como pudo aunque no por mucho, ya que el hombre agarró su lastimada mejilla y lo obligó a besarlo profundamente frente a todos para finalmente lanzarlo al suelo de un empujón. Después de eso se fue de la sala, sin embargo la orden ya estaba dada y debido a que nadie podía tocar las pertenencias del hombre sin su permiso, entonces nadie ayudó al chico a ponerse de pie, pero aún así él lo hizo lentamente con un porte de vulnerabilidad y elegancia en perfecta armonía, para finalmente seguir a los sirvientes hacia el lugar indicado sin siquiera derramar una lágrima.

Esa fue la primera vez que Wonho conoció
a una persona más fuerte que él.

Esa fue la primera vez que Wonho conocióa una persona más fuerte que él

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Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora