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Se escabulló en medio de los matorrales cercanos intentando usarlo de camuflaje en el camino al refugio, y aunque no había demasiada luz de la luna esa noche, prefirió evitar el camino de siempre e intentar pasar desapercibido. No quería que nadie de su familia supiera que él había salido del refugio en mitad de la noche y mucho menos que supieran sus motivos.

No quería preocupar a nadie.

Un poco adolorido avanzó a paso lento, intentando ser sigiloso para finalmente ingresar a lo que llamaba hogar, intentando recuperar muchas energías que sentía que perdía con facilidad sobre todo cuando tenía que cambiar de forma.

Ese día se había obligado a sí mismo a mantenerse en su forma humana todo el día para poder cambiar durante la noche y dormir, porque sentía que merecía un buen descanso.

Al menos esos eran los planes hasta que al ingresar al refugio vio a Wonho, sentado en el lugar en el que se suponía que él debía de estar dormido. Se asustó y cambió de forma involuntariamente dos veces, convirtiéndose en un felino y viceversa, asustando a Wonho tambien.

— ¿Qué sucede? —preguntó sosteniendolo al ver cómo con algo tan simple Minhyuk había perdido casi toda su energía al punto de tambalearse al estar de pie.

El menor se sentía mareado y aún más agotado y adolorido que antes, sin embargo negó y sonrió recuperando forzosamente su postura.

— Nada, estoy bien. —mintió— Que descanses papá Wonho.

Intentó avanzar pero el mareo que lo invadió, se lo impidió así que sin poder esconderlo más soltó un fuerte suspiro agachando la cabeza. No podía mentirle, no a él.

— Te vi llegar. —admitió el mayor— por otro camino, en mitad de la noche y con toda esta aura que no logro comprender. —lo miró esperando que Minhyuk lo mirara a la cara y le dijera algo más que el silencio que le estaba proporcionando, pero no ocurría— ¿Qué sucede, Minhyuk? Necesito saber si hay un problema. Me preocupo por ti.

Los ojos del menor se cristalizaron y levantó su mirada para pasearla por el refugio donde pudo ver como claramente Shownu y Jooheon estaban durmiendo tranquilos, sin siquiera haberse dado cuenta de que él no estaba, en cambio Wonho se había dado cuenta de todo. Justo él, quien menos quería que lo supiera.

— ¿Podemos hablar un poco allá afuera? —sugirió pensando en que si decía algo ahí, los otros dos lo escucharían y todo el problema se haría mayor de lo que era.

Wonho se lo pensó un poco. Estaba molesto con él porque sabía que le ocultaba cosas, sin embargo ver a Minhyuk así de decaído y pensar en qué quería un poco de privacidad para hablar con él, lo hacía sentir que algo grande estaba ocurriendo detrás.

Salió del refugio y se sentó fuera notando como Minhyuk avanzaba con lentitud, como si estuviera más mal de lo que aparentaba.

— En serio me preocupas. —le comentó ayudándolo a tomar asiento— ¿te sientes bien?

El menor soltó un largo suspiro mientras se abrazaba a sí mismo con muchas ganas de llorar sin saber por qué.

— Si te digo la verdad, promete que no vas a odiarme. —sollozó— y aún si no la digo, prométeme que no me apartarás de tu lado.

Aquellas palabras traspasaron el pecho del menor con tan solo de imaginar la idea de estar separado de su pequeño Minhyuk por sus propios deseos.

— Jamás podría. —mencionó totalmente seguro de sí mismo— Ni siquiera lo pienses, no puedo estar alejado de tu lado.

El menor asintió limpiándose las lágrimas y sonriendo al mismo tiempo, sintiéndose verdaderamente reconfortado al escuchar esas palabras de su papá Wonho. Así que no se contuvo y se acostó frente a él en busca de las suaves caricias de Wonho, como el cachorro mimado que siempre había sido.

Wonho no tardó en enredar sus dedos en el brillante cabello claro de Minhyuk, sabiendo perfectamente lo que él quería, sin embargo la preocupación no se desvanecía ni un poco de su pecho.

— Amo a Jooheon. —soltó directamente provocando que Wonho incluso detuviera sus caricias— y eso es solo lo primero de todo lo que tengo que decir. Pero necesito que lo sepas.

El pelo negro quería molestarse. Quizá sacar su león interior y rugir de furia o quizá pelear contra el chico que había llegado a robar no sólo la atención de su pequeño, silo que también ahora tenía su corazón. Pero luego la imagen de su papá Shownu vino a su mente diciéndole una y otra vez que fuera paciente y que pensara también en la felicidad de Minhyuk, que eso es lo que un buen padre haría.

— ¿Estas seguro? —preguntó decepcionado volviendo a retomar las caricias en su cabello.

Minhyuk asintió.

— Lo estoy. —susurró casi con los ojos cerrados— sé que no te cae bien desde que lo conociste porque desconfías de él pero... Es un buen chico...

Una leve sonrisa se formó en su rostro y no pasó desapercibida para Wonho.

— ¿Eres feliz? —miró hacia Minhyuk quien asintió a pesar de que ya había cerrado los ojos debido al sueño y al cansancio extremo que estaba experimentando en los últimos días— pero aún no me haz dicho qué pasa contigo.

— Estoy cansado... —soltó adormilado— muy cansado, pero feliz al mismo tiempo... —sonrió levemente confundiendo a Wonho— te comprendo ahora, comprendo todo...

La confusión se marcó en el rostro de Wonho al no entender de qué se trataban aquellas palabras, sin embargo antes de que pudiera cuestionar o decir algo más, el cansado Minhyuk usó sus últimas energías para transformarse en un peludo gatito bastante gordo al parecer de Wonho, cayendo en un sueño profundo que el mayor no se atrevió a interrumpir.

Suspiró sabiendo que no tenía más opción que dejarlo descansar y que tendría que preguntarle después, de qué se trataba aquel comentario tan confuso que soltó al azar. Entonces se levantó del lugar donde había permanecido sentado en los últimos minutos y se convirtió en el enorme león que era para finalmente tomar al gatito gordo con sus dientes y llevarlo hacia adentro.

Se echó en el lugar más cálido del refugio y dejó al gatito pegado a sus costillas, sabiendo que el punto más frío de la noche arreciaría en poco tiempo y que aquel pelaje de gatito no sería lo suficientemente cálido para protegerlo. Y en cuanto lo hizo, el felino estiró sus patitas para finalmente enrollarse muy bien buscando su calor.

Él suspiró tranquilo al sentir el calor de su pequeño junto a él. Después de todo, ante sus ojos siempre seguiría siendo el mismo cachorrito que encontró en medio de una fría noche de Noviembre y pudo dormir tranquilo, porque al final las cosas siempre mejoraban.

Al menos eso quería creer.

Al menos eso quería creer

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Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora