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Wonho había tenido que ver un par de agradables amaneceres y otras cosas no tan agradables en todo ese tiempo. A veces observaba desde lejos como la supuesta relación entre el delgado y quien decía ser su esposo parecía ir bien, ya que se reían juntos y a veces hasta compartían besos que seguramente acababan en algo más.

El corazón de Wonho comenzó a llenarse de amargura con los días y sólo podía pensar en cómo el delgado era capaz de olvidar y perdonar todo lo que ese tipo le había hecho en aquella noche. Y también pensó en que todo lo que Hyungwon le había prometido sobre su libertad sólo había sido una fantasía burlona de agradecimiento por no haberlo dañado al haber estado en su faceta mas vulnerable.

El asunto es que se equivocaba.

Lo que no sabía es que detrás de cada interacción, beso fingido y hasta en asuntos de la cama, había alguna pista u información que le ayudaba a avanzar en su plan para poder liberar al león, y aunque al inicio pensó en hacer algo simple como un escape que pareciera accidental, se volvió egoísta y deseó poder obtener también su propia liberación, y esa era la parte más complicada del plan.

Sólo habían dos momentos en los que Hyungwon era libre y podía estar sin vigilancia impuesta por el hombre: una cuando estudiaba sus libros porque el hombre no estaba en casa, y otra cuando estaba con él, ya que el hombre pedía intimidad. Así que debía aprovechar esos dos momentos al máximo para buscar información, planear y no dejar rastros de su plan en ningún sitio.

Estudió vías de escape, leyes, cómo utilizar un arma en caso de tener que defenderse, cómo poder guardar dinero para empezar una nueva vida, cómo poder sacar al león sin fallar en el intento y sin llamar demasiado la atención, cómo evitar ser rastreado, a qué personas contactar en caso de que necesitara ayuda. Todo estaba siendo tomado en consideración, aunque eso no lo sabía el león.

Hyungwon estaba haciendo un tan buen trabajo manteniendo su papel, que incluso el mismo león llegó a pensar en que el delgado no tenía ni la más mínima intención de escaparse. Al menos así fue hasta que en una noche mientras dormía, escuchó donde el seguro de la reja estaba abriéndose de forma cuidadosamente lenta y notó que era Hyungwon quien estaba vestido como uno de los sirvientes.

-Ven bonito, ya casi es hora de irnos. -dijo en un susurro apenas audible mientras dejaba comida frente a él. -Vamos, come porque necesitarás mucha energía mañana. Yo necesito hacer unos arreglos antes, no hagas ruido. -dijo cerrando nuevamente la jaula.

Avanzó hacia un gabinete cercano en donde parecían guardarse ropas viejas y dejó ahí lo que parecía ser una pequeña pero pesada mochila, y además dejó el uniforme de sirviente cuidadosamente doblado, quedándose con su habitual bata de satén rojo que era obligado a usar cada vez que el hombre dormía en casa.

Poco después subió a la habitación y lo dejó sólo.

Wonho estaba sorprendido por todo lo que había visto en poco tiempo, pero sin intención de cuestionar nada por temor a quedarse sin tiempo, aprovechó a recuperar un poco de energía y comer como se le había indicado para esperar el siguiente movimiento por la mañana.

Cuando el sol ya estaba bañando la mañana con sus espléndidos rayos, la casa parecía estar muy animada. Había sirvientes yendo y viniendo, decoraciones ostentosas y mucha comida. Wonho no sabía qué es lo que estaban celebrando pero parecía que era muy importante para todos.

Las únicas dos personas que no habían llegado al lugar eran precisamente aquel desagradable hombre y Hyungwon. Parecía que ellos estaban ocupados en sus propios asuntos y dejaron en manos de los sirvientes las tareas mas pesadas.

Cuando la noche cayó y las lamparas exteriores comenzaron a iluminarse, varias personas elegantes comenzaron a hacer acto de presencia y el león era la atracción principal del lugar.

Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora