Durante los siguientes días las cosas parecían estar fluyendo bien, o al menos no tan mal como antes.
Con la ausencia del hombre y por orden suya, Hyungwon había quedado al mando de lo que parecía ser una mansión. Los sirvientes iban y venían, cada uno cumplía con lo que se suponía que debían hacer pero era notorio el odio en sus ojos cada vez que miraban al delgado.
Wonho, quien se dedicaba a pensar día y noche en una forma de salir de ahí, no podía evitar darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor y de cierta forma, aunque sabía que no le concernía, le molestaba que ellos fueran así. Además sus razones eran estúpidas.
Por lo que había escuchado en medio de las típicas platicas que hacían los sirvientes entre ellos mientras Hyungwon no estaba en esa sala, había escuchado todo tipo de razones por las cuales odiaban a Hyungwon, pero a su parecer ninguna le resultaba válida. Desde el motivo de “me molesta por creerse superior y no llorar”, hasta “por ser un manipulador” y la estúpida envidia por querer tener el título de “la señora de la casa” que Hyungwon tanto odiaba.
Ninguna era válida, al contrario eran absurdas.
Wonho se dio cuenta que Hyungwon sabía todas esas cosas pero que parecía no prestarles atención, sólo evitaba en la mayor medida posible involucrarse con cualquier persona de esa casa. Por eso, en ausencia del hombre dejaba de lado todos sus privilegios y hacía las cosas por su cuenta.
Lo que Wonho siempre se preguntó fue por qué él se veía tan ocupado siempre, yendo y viniendo aunque técnicamente no tuviera permitida ninguna otra responsabilidad más que servir a su esposo. O al menos eso era lo que había escuchado.
Cuando trató de ignorar lo que sea que todos estuvieron haciendo, se sorprendió al oír como la jaula se abría sorpresivamente. Al mirar en esa dirección notó que había un raro y pequeño tunel en la puerta que seguramente daba hacia algún sitio. Por un momento se puso alerta, pero al ver al delgado fuera de la jaula con los ojos llenos de emoción se replanteó el motivo del túnel.
—Vamos bonito. —le susurró desde fuera, mirándolo con ternura. —Ve a ver tu nuevo lugar.
Al ver a Hyungwon, sintió que aquello no era algo realmente malo. Él nunca había querido dañarlo ni lo había visto mal sólo por ser un animal, asi que confiando en un humano por primera vez, recorrió el pequeño tunel que desembocaba en un lugar bastante más iluminado que el anterior. En realidad no parecía una jaula, mas bien era como un patio enorme preparado con muchas cosas que parecían ser para él.
Wonho estaba sorprendido pero no alegre, lo que él quería era salir de ahí pero de cierta forma se alegraba por ser tomado en cuenta en el corazón de Hyungwon y ser el único que recibía su benevolencia.
—¿Crees que le gusta? —preguntó preocupado a otra persona.
El hombre que lo acompañaba no lo miró, simplemente recogió un par de artefactos en su mano.
—¿A quien le importa? Es un león. —dijo enrollando un látigo en su mano. —Si viene de un circo es probable que esté adiestrado pero si lo vendieron significa que probablemente no lo pudieron adiestrar del todo.
Hyungwon lo miró y frunció el ceño.
—Espera, no quiero que lo lastimes. —comentó. —Debe haber alguna forma de adiestrarlo sin...
—No seas ridículo. —lo interrumpió caminando hacia la puerta del lugar donde Wonho estaba entre rejas.
Lo que el hombre no se esperó es que tan pronto como se acercara, el enorme león corriera hacia las rejas de la puerta y se abalanzara con toda la intención de hacerlo añicos.
El hombre cayó al suelo por el susto y no se atrevió a ponerse de pie al ver al león parado en dos patas rugiendo con ganas de romper la puerta y alcanzarlo.
—¡Maldito demonio! —gritó asustado arrastrándose hacia atrás. —¡Te pondré a dormir!
Hyungwon se preocupó al ver el desastre, pero todavía creía que había una forma de calmar al león sin tener que golpearlo o anestesiarlo.
—¡Espera! —pidió mientras se acercaba valientemente a la jaula y miraba al león. —Oye bonito... Sé que estas molesto. —dijo con la voz temblorosa por la imponente presencia del león enojado. —Pero por favor no nos hagas daño, ¿sí? No voy a permitir que nadie te haga daño... —el león dejó de rugir al escuchar la voz y ver al delgado acercándose con las manos extendidas con intención de calmarlo. —Cálmate, ¿sí? Nada malo va a ocurrirte.
El león se bajó de la reja y una vez estando en sus cuatro patas bufó delatando su molestia y finalmente los ignoró, dándose la vuelta y echándose en la esquina más alejada del patio. Todos parecían estar alucinando al ver como el león se calmó obedientemente ante el pedido de Hyungwon.
Toda la gente incluido el adiestrador se fueron de ahí después del espectáculo. El delgado se tomó su tiempo para procesar lo que había pasado antes de soltar una suave risa y rodear la enorme jaula para encontrarse al resentido león mirando a la pared.
A pesar de que era un animal enorme, ante los ojos de Hyungwon era como un pequeño cachorro haciendo una rabieta, entonces al estar frente a él, se agachó y sonrió.
—Oye, bonito... —le llamó. Las orejas del león se movieron y un bufido se escuchó pero se rehusó a mirar a su dueño, cosa que le causó gracia al delgado. —No me ignores... O te hablaré hasta que no quieras escucharme. —dijo dulcemente pero de nuevo no obtuvo respuesta. —Bien, entonces me iré. —dijo con fingida resignación pero tan pronto como soltó esa frase el león volteó con prisas y el delgado se rió a carcajadas. —Así que ese es tu plan... —dijo entre risas. —No te preocupes, te daré todos los cumplidos que gustes siempre que te portes tan bien como lo has hecho hasta ahora.
El león fingió seguir molesto, pero la verdad es que ya no podía apartar la mirada de Hyungwon. Esa era la primera vez que lo había visto tan de cerca y se dio cuenta que le gusta su sonrisa, y mucho.
El silencio reemplazó a las risas y aunque sus miradas quedaron unidas, no parecía ser incómodo para ninguno de los dos, e inesperadamente la mano derecha de Hyungwon se levantó con lentitud queriendo atravesar la reja para poder tocar la cabeza del león. Pero justo cuando su mano estaba a punto de tocar su pelaje, un fuerte ruido obligó a ambos a voltear, y de pronto aquella jodida figura apareció en su campo de visión.
La sonrisa de Hyungwon se borró inmediatamente. No sabía qué ocurría ni que intenciones tenía el hombre, pero a juzgar por su semblante no parecía ser nada bueno.
La luz que había brillado enormemente en el rostro del delgado se apagó de forma inevitable frente a los ojos del león, y el corazón de Wonho dolió.
Si tan sólo fuera capaz de hacer algo
por salvar esa luz, lo haría.
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Need Of Freedom [Monsta X]
FanfictionNinguno sabía su origen o el porqué de cómo eran, pero todos buscaban algo en común; ser felices en libertad. • Parejas principales: Joohyuk Jookyun Hyungwonho Showki. • Consta de 4 historias diferentes con relación entre sí.