B: 10

66 14 3
                                    

Los fríos días de invierno anunciaban su final a medida que el sol tomaba posesión del cielo con más frecuencia, provocando que el hielo empezará a derretirse poco a poco, sin embargo Kihyun seguía sintiendo el frío de una solitaria vivienda día con día, y aunque el sol salía, por alguna razón los días parecían seguir siendo oscuros.

No habían pasado tantos días desde que aquella encantadora figura varonil desapareciera de su vista para siempre. Pero su sombra todavía lo atormentaba.

A veces, al llegar deseaba ver la chimenea encendida, una taza de té humeando en la mesa y una sonrisa cálida que estaba más que preparada para acabar con sus penas en segundos.

Pero nada de eso sucedía y el silencio se había convertido en su amigo más fiel.

La casa se sentía tan grande para él que después de sufrir por la partida de Shownu, decidió que iba a irse de ahí.

Amaba su profesión pero podía ejercer la en otro sitio, sentía compasión por las personas de aquel pueblo pero no se sentía culpable de irse porque sabía que había ayudado a cuantos había podido, pero necesitaba ayudarse a si mismo.

Lo pensó mucho, a todas horas, pero no fijó una fecha para su viaje porque todavía tenía que atender a algunos pacientes con sus tratamientos y debía conseguir algunas medicinas de reserva para dejarle a quienes no podían acceder a tales recursos a pesar de tener enfermedades crónicas.

Antes de que se diera cuenta su agenda se llenó por varios días solo para poder cumplir con los tratamientos pendientes aunque ya no estuviera atendiendo a nadie, o a menos eso es lo que se había planteado porque siempre llegaba alguien pidiendo ayuda con súplica, a lo cual se le hacía imposible negarse.

En uno de esos días que había vuelto de un pueblo cercano para recoger una medicina especial, se encontraba en el lugar que solía ser su consultorio, separando los medicamentos de cada paciente de forma minuciosa, cuando la puerta se abrió de repente.

—¡Doc, ayúdeme! —dijo un hombre musculoso entrando aparatosamente.

Kihyun lo observó y no le pareció conocido.

—Lo siento, el consultorio está cerrado de forma permanente. —dijo pareciendo frívolo. —Le pido que se retire.

El hombre hizo un puchero.

—¿Ni siquiera me va a preguntar qué tengo? —dijo molesto de no recibir ni una pizca de atención.

El doctor lo miró de pies a cabeza y negó.

—Según mi experiencia pareces un hombre saludable, que entró a mi consultorio en sus propios pies, sin ninguna herida sangrante, y ninguna lesión o dolor aparente. —dijo en tono serio. —Si se trata de un dolor de cabeza recomiendo abrigarse, si se trata de resfriado, un té caliente de limón bastará junto al reposo y abrigo necesario, ahora fuera. —dijo haciendo una señal hacia la puerta.

Wonho lo vio impresionado.

—Wow... Pareces un doctor muy bueno. Cuanta percepción con unos pocos segundos de tiempo. —dijo admirado de la habilidad del doctor de identificar cualquier cosa que pudiera estar mal con él desde que entró por la puerta. —En realidad doc, es un poco más complicado. No soy yo el de los padecimientos, es un amigo.

Al decir eso, Kihyun se preocupó genuinamente de que alguien pudiera estar padeciendo alguna emergencia allá afuera.

—¿Qué pasa con él? —cuestionó. —¿Algún síntoma notable?

Wonho asintió.

—Verá... Él se ha quejado de dolor en el corazón durante unos días y a veces llora. —dijo pareciendo triste. —he tratado de ayudar, pero es usted quien debería hacerlo.

Kihyun se preocupó de que pudiera tratarse de algún pre-infarto o algo así.

—¿Donde está? —preguntó, al mismo tiempo que preparaba algunos instrumentos médicos y un par de medicinas en caso de necesitarlas. —¿Sabes si presentaba dolor en su brazo izquierdo?

Wonho sonrió.

—Pregúntaselo tú mismo. —dijo al mismo tiempo que Shownu ingresaba por la puerta.

El doctor se paralizó en su sitio al verlo, e involuntariamente soltó sus materiales.

Shownu suspiró al verlo.

—Hola, yo solo... Entré porque no quería que te asustara más con el asunto de alguien enfermo. —dijo avergonzado. —Esa fue su idea, no pude detenerlo. Lo siento, fue algo muy tonto.

Kihyun miró hacia Wonho y la palabra "Familia" resonó en su cabeza como la primera vez que aquel desconocido la mencionó.

—¿Qué haces aquí? —preguntó apagando repentinamente la emoción que brotó en su pecho al ver a Shownu de nuevo. —Creí que ya estabas feliz de volver a donde querías estar. —dijo viendo con desprecio hacia Wonho.

La acción no pasó desapercibida por Shownu, quien le pidió a Wonho con la mirada que abandonara el lugar para tener privacidad, y él obedeció a su orden inmediatamente, dejándolos solos.

—Kihyun, déjame explicarte. —dijo con voz suave.

El doctor por su parte, se dio la vuelta e intentó volver a su anterior tarea, ignorando completamente al mayor.

—Hace tiempo pedí una explicación, ahora ya te fuiste. —dijo sin mirarlo. —No la necesito. —Shownu bajó la mirada. —Si una persona muere porque no le di la medicina a tiempo, no puedo ir a sacarlo de su tumba para dársela. Se acabó. —dijo suspirando. —Aunque las cosas contigo fueron peor. Me sentí de luto aunque nadie muriera. No hay cuerpo ni tumba, en realidad estas bien, siendo feliz y te fuiste porque así lo decidiste. —soltó una risa triste. —Eso sí es peor.

Shownu frunció el ceño.

—Me fui porque tú querías que lo hiciera. —dijo con molestia. —Yo quería hacerte parte de mi vida, de mi pasado y de mi futuro.

Kihyun se rió.

—¿Ah si? —dijo incrédulo. —¿Cómo? ¿Ocultándome todo tu pasado? ¿Ocultando por qué alguien quiso dispararte? o espera, ¿quizá ocultando todo eso y más cuando te pedí que fueras sincero?

Shownu se dio cuenta que en realidad no había sido sincero con Kihyun en nada. Era muy normal que él quisiera saber de su pasado, que le contará sus anhelos y derrotas, pero todo lo que hizo fue estar ahí, a su lado como un adorno, sin permitirle siquiera el privilegio de conocer quien realmente era.

Estaba claro que Kihyun se sentía limitado, o más bien rechazado. Ni siquiera le dijo que alguna vez tuvo una familia, y cuando aparecieron simplemente se fue sin valorar todo lo que él doctor había hecho por él en todo ese tiempo, no lo esperó y no luchó por él en lo más mínimo así que no tenía derecho a reclamarle nada.

—Tienes razón. —dijo avergonzado de si mismo. —Sé que es tarde pero te debo una explicación y más que nada te debo sinceridad. No tengo derecho a quejarme, y solo espero que mi sinceridad te alivie de alguna manera.

Kihyun se mostró indiferente a sus palabras, al menos así fue hasta que repentinamente una luz verde iluminó la estancia y el confundido Kihyun se girara para ver qué demonios había sido eso. Pero de todos los escenarios posibles, el que menos se imaginó fue el de encontrar a un enorme oso parado en dos patas a unos cuantos centímetros de su cuerpo, justo en el lugar donde Shownu había estado segundos antes.

Kihyun palideció.

Kihyun palideció

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora