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La casa del doctor no parecía ser muy ostentosa pese a lo que se creía, pero cada objeto de la habitación parecía pulcro y valioso por algún motivo. Shownu no quiso especular nada acerca del hombre que lo había ayudado porque definitivamente no se parecía en nada a la gente rica del lugar que había conocido, así que no sería justo meterlo dentro de la misma categoría.

Mientras comía sentado en el sofá de la sala de estar, el doctor se mantuvo en silencio leyendo a la luz de una lámpara el mismo libro que había estado leyendo en el restaurante, y no lo molestó en absoluto. Shownu luchó por mantenerse callado y comer despacio pese al hambre inmensa que sentía con tal de no hacer algo que molestara al lector.

Después de un rato, levantó su vista y notó que Shownu ya había acabado la comida y esperaba pacientemente y en silencio, como un animal recién comprado, así que preparó un poco de agua caliente y lo invitó a tomar un baño.

Shownu estaba sorprendido de tal amabilidad. Para una persona como él, bañarse con agua tibia era algo increíble en medio de aquel invierno, sin embargo esa persona no sólo le preparó un acogedor baño caliente, sino que incluso lo dejó elegir ropa y abrigo entre la mucha ropa que tenía en ese lugar.

Según sus propias palabras había aceptado recibir donaciones con la condición de que no fueran destinadas hacia él, sino para que otras personas pudieran beneficiarse, y así es como tenía tanta ropa de invierno, de todos tamaños y estilos.

Cuando por fin estuvo listo, Shownu salió del baño con una sensación indescriptible en el pecho.

¿Quién era esa persona?

¿Acaso era así de amable con todo el mundo o acaso...? No. Era tonto de su parte pensar en un trato especial.

Se rió por lo bajo mientras pensaba: «¿Acaso estoy tan sediento de amor que me emociono ante la mínima muestra de amabilidad y empatía?»

—Ven. —le llamó el doctor al verlo salir totalmente vestido. —Sígueme.

Después de decir dos simples palabras caminó hacia una habitación que aunque era parte de su casa, parecía que no tenía nada que ver con el resto. Quizá era su consultorio.

Shownu lo siguió tratando de llevar el mismo ritmo de sus pasos, pero como sea siempre sería un poco más lento por su pierna dañada. Kihyun lo esperó con paciencia, y cuando lo tuvo delante le hizo una señal para que se recostara en la camilla.

El mayor obedeció como un perrito y se subió a la camilla sin rechistar, pero justo cuando estaba acomodándose, sintió una ráfaga de viento fresco en la zona inferior de su cuerpo y se sobresaltó.

—¡Ah! —gritó tratando de subirse los cálidos pantalones de nuevo.

El doctor miró su reacción y suspiró un poco impaciente.

—¿Cómo se supone que vea la herida en tu pierna sin quitar el pantalón? —cuestionó con una mirada dura. —Soy un doctor con ética, no te preocupes. No tengo el pasatiempo de abusar de mis pacientes o algo así.

Shownu quiso decir algo ante eso porque no creía que Kihyun fuera una persona de esas, el problema se trataba de su propia vergüenza y lo inusual que era esa clase de acciones para él siendo humano, sin embargo no pudo decir nada porque el médico prosiguió con la examinación, y él sintió que perdió la oportunidad de decir lo que quería.

—Esto... —susurró viendo las cicatrices esparcidas por la parte trasera de su pierna. —¿Cómo te heriste?

El avergonzado oso que estaba puesto boca abajo en la camilla se sentía expuesto en todos los sentidos, así que no podía hacer más que titubear al tratar de esconder su secreto.

Need Of Freedom  [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora