Capitulo 10

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Subimos al taxi, Gaby colocó su cabeza en mi hombro y se quedo dormida todo el trayecto. No pude evitar recordar toda la noche; el momento en el que decidimos salir con esos chicos, el maldito momento donde creímos que sería buena idea. Tal vez Gaby se la pasó a toda madre bailando y con los amigos de Vinnie, pero yo no. Me siento tan culpable.

Al llegar a mi casa despierto suavemente a Gaby y no tardo en darme cuenta que sigue borracha, doy gracias ya que la vomitada y el espectáculo de hace rato me haya bajado las copas. Apoyo su brazo sobre mi hombro y la llevo como puedo dentro de la casa.
Todas las luces están apagadas y aprieto el paso al escuchar la cadena del inodoro. Subimos las escaleras arrastrando y llegamos a mi habitación de puro milagro.

Recuesto a Gaby en mi cama y le quito sus tacones para que pueda descansar mejor. Entro al baño y me topo con mi reflejo.

El rímel de mis ojos está corrido sobre mis mejillas, el labial casi desaparecido de mis labios, unas ojeras de muerte y al rededor de mis ojos hay tonos rojizos. Una vez más la vida me recuerda lo que hice, lo que no se puede borrar, lo que no se puede ocultar.

Tomo las toallas desmaquilladoras y limpio mi rostro bruscamente, esperando borrar cada maldito rastro de mis acciones y decisiones.

Tomo otra.

Tomo dos más.

Tomo cuatro.

Y después solo me desplomo al piso llorando.

Todo dentro de mi se junto para poder salir en este momento; lo seco y lo distante que estuvo Mario conmigo, los malditos celos e inseguridades que eso me causó. El maldito estrés del torneo que ya es la siguiente semana. La escuela y sus materias innecesarias. La noche de ayer y la madrugada de hoy... no hay porque explicar esa parte.

Lloro por todo, lloro por lo que tengo y por lo que no. 

Vació mi mente y mi corazón.

-¡Cayetana!-La voz de mi mejor amiga me hace brincar.

-¡Levántate! ¡Tus papás están abajo ya desayunando!-Sale del lugar.

Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en el baño, me quede dormida en el baño. Mierda.

Me levanto como puedo y me mojo la cara con agua helada, mi respiración se va y mi piel se eriza.

Me quito el vestido y me pongo mi pijama, miro a Gaby y me doy cuenta de la cruda que tenemos, ojalá mis padres no se den cuenta.

Bajamos las escaleras y nos topamos a Mauricio.

-¡Ey! ¿Noche larga?-Su voz irritante hace que mi cerebro retumbe.

-No grites tanto-Le responde Gaby colocando una mano sobre su cabeza.

-¡Demonios chicas! Ustedes si que tienen una cruda de las buenas-Se burla mientras bajamos juntos las escaleras.

-No digas ni una palabra de esto a nuestros padres-Le digo apuntándolo con un dedo y con mirada dura.

-¿Qué no nos diga qué?-Sale mi padre de la sala con una taza de café y con un periódico.

Mierda.

-Am, que Cayetana piensa adoptar a un perro-La salvadora Gabriela sale de su escondite.

La veo confundida, pero después entiendo.

-¡Si! Es exactamente eso, creo que está casa necesita un perro-Digo colocando mis manos sobre mi pecho y miro a mi padre, espero su respuesta ansiosa.

-Tal vez, está casa necesita mucho ruido. Después discutimos eso-Le da un sorbo a su café y se despide para irse a trabajar.

-Carajo casi nos descubre-Susurra Gaby bastante aliviada.

Take Me ||Vinnie Hacker|| EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora