Capítulo 3

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-Hola a mis acosadoras favoritas- dice Martina tras llegar a la gran casa de Calíope, una de sus mejores amigas.

-Hola mujer, casi que no llegas- expresa la de cabello color chocolate.

-No digas eso, sólo que tu casa es un poco retirada- se encoge de hombros –además debía dejar bien recomendado a mi bebé- se disculpa

-Lo consientes demasiado, es un bebé gigante que absorbe todo tu tiempo y dinero, no lo niegues- afirma la de cabello color miel

-Abril no digas eso, debo atender muy bien al único macho que me acompaña en mi vida

-Hola, hola, chicas insaciables- dice una rubia de ojos verdes que acaba de entrar en el lugar

-Todo lo que me dicen y no soy la última- reclama Martina señalando a la recién llegada

-Isabela nos avisó que se demoraba en llegar, estaba en una cirugía y tú no tienes excusa.

-Claro que sí, debía esperar a que llegara Nina para que llevara a pasear a mi Cariño- expresa como si con aquella respuesta solucionara cualquier malentendido.

-Me encanta tu perro es tan lindo- expresa la rubia abrazando y besando a Martina en forma de saludo, para luego saludar a las otras mujeres

-¿Bueno y a qué se debía tanta insistencia en que viniera hoy a verlas?- pregunta la de cabello oscuro

-No seas grosera Martina hieres nuestros sentimientos- se queja Abril

-No hiero nada, sólo que hoy quería estar todo el día en mi casa, disfrutando del placer de no hacer nada y ustedes interrumpieron mis planes.

-Entonces hicimos bien- afirma Calíope, la mayor del grupo –Vamos chicas, vamos embriagarnos un poco y a disfrutar de que la noche apenas empieza ¿qué les parece unos cocteles?

-Me gusta la idea- dice Abril

-Me has convencido- afirma Martina

-Yo quiero algo más fuerte, tal vez un café- dice Isabela y todas la miran levantando una ceja –lo siento chicas he tenido un turno infernal y no he dormido en muchas horas, así que si no quieren que me quede dormida en medio de la plática, es mejor que me surtan de una gran cantidad de café- se encoge de hombros la rubia y sonríe para luego frotarse los ojos.

-Está bien, prepararé unos cocteles para las vivas y un café extra fuerte para la que al parecer está muerta de cansancio- expresa Calíope

-Gracias- dicen todas escuchándose al unísono

Se acomodan alrededor de la piscina y reciben gustosas las bebidas ofrecidas por la anfitriona, en especial Isabela se muestra muy satisfecha por la tasa humeante de café recién hecho.

-Muy bien, hace días que no nos veíamos- dice Calíope

-Desde la salida al bar- responde Martina

-Desde que te embelesaste con ese hombre guapo que luego te tiraste- aclara Abril

-Desde que nos cambiaste por sexo... espero que duro y salvaje y también con algo de dolor lleno de placer- expresa la rubia antes de beber nuevamente de su tasa de café.

-No demuestres tu hambre- la regaña la mayor –Pero es cierto, y no nos diste lujo de detalles- alza una ceja en dirección a la de cabello oscuro.

-Ya les informé todo lo necesario- aclara Martina.

-¿Pero acaso no es importante ahondar en cómo fue tu primer orgasmo por penetración y sin masturbación?- expresa Abril

-Fue bueno, muy bueno, el hombre es un maestro en las artes amatorias, muy bien le queda ese trabajo de gigoló y se ganó cada billete que le dejé como pago por sus servicios.

Martina en busca del ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora