La semana había transcurrido en medio de múltiples ocupaciones por parte de Martina, quien como chef del evento debía atender más responsabilidades, fue así como su tiempo para ser la chef privada de Owen se vio afectado y en vez de pasar tiempo con él en el hotel ahora permanecía en la cocina principal del Restaurante en donde había reunido a un excelente equipo asesorada por el chef Bourdain para que la acompañaran en los preparativos de la cena benéfica que se llevaría a cabo esa misma noche.
Sus tareas habían sido diversas y aunque muy entretenidas también muy angustiosas, debido a que sobre sus hombros ahora cargaba una gran responsabilidad, una que no había anticipado y que había llegado por sorpresa, porque normalmente para ese tipo de eventos se organiza todo con meses de anticipación, pero a ella sólo le habían dado una semana, por lo cual su vida afectiva y familiar se vio completamente relegada para dar prioridad a la elección de las entradas, platos fuertes, postres y demás elementos que dieran cuenta de una exquisita y majestuosa cena con la que quien la probara quedara sumamente satisfecho, o por lo menos esa era la idea que permanecía en la mente de la de cabello oscuro, para quien ese era el primer reto realmente importante en su profesión.
—Lo harás muy bien, lo sé— dijo el hombre mayor a quien ella respetaba y tomaba como su guía.
—Usted debería ser quien esté en mi lugar, aun no entiendo el porqué no asume esta tarea y me dice que todo saldrá bien de forma tan tranquila— El hombre carcajeó ante aquellas palabras que había escuchado un centenar de veces más en los últimos días.
—Deberías confiar más en tus propias capacidades, es momento de que te des cuenta del talento que tienes que es como una perla que aún no se puede observar porque la ostra no lo permite, así que simplemente ábrete y reluce.
— ¡Ay por Dios! No me salga con eso, en este momento no necesito de perlas sino de ingredientes frescos entregados a tiempo, de comida deliciosa y hermosa y que no ocurra nada fuera de lo normal.
—Ya te digo yo que todo saldrá perfecto, has hecho una excelente selección de ingredientes y has organizado de forma adecuada al personal de cocina, incluso el sous chef quien se veía angustiado porque lo mantuvieras ahora está tranquilo.
—Sí claro, él. — Evidentemente ella conocía el motivo de la intranquilidad de Julián, quien al enterarse de que estaría en su equipo se había puesto tan pálido que incluso fue visible en su piel canela, sólo al ella asegurarle que todo había quedado olvidado y que siempre y cuando la respetara Owen jamás le volvería a golpear y mucho menos a despedir parecía haberlo aliviado un poco, no obstante cuando veía que el jefe de jefes aparecía en medio de la cocina para buscarla, aquel parecía desvanecerse en el aire.
—Así que simplemente has tu trabajo, enfócate en tú objetivo y si surge algún contratiempo, porque créeme ocurre, respira profundo y sal a solucionarlo.
—Muy bien, gracias ¿y seguro no puede quedarse un poco más?, su ayuda me es invaluable.
—No querida, verás hoy es un día muy especial para mí pero por otros motivos y por nada del mundo dejaré de hacer lo que tengo planeado y tú no me necesitas, lo que sí requieres es confiar en ti misma.
—Si usted lo dice.
—Por supuesto que lo digo, tengo muchos años más que tú y una vida en la cocina, las cicatrices en mis manos dan fe de eso, y sé diferenciar la excelencia de la basura y tú brillas en lo primero, pero te falta confianza, no sé qué habrá pasado en tu vida para que no lo hagas, pero es momento de dejar eso atrás y concentrarte en el presente que de segura te traerá un hermoso futuro.
—Pues vaya, creo que además de chef también es psicólogo y motivador profesional—El chef volvió a carcajear mostrando en pleno toda su dentadura.
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Martina en busca del O
ChickLitMartina Risso, años atrás su vida no fue sencilla después de quedar embarazada y ser obligada a casarse como consecuencia, para convivir con alguien que nunca la satisfizo sexualmente ni la amó. Pero ahora, como adulta y alejada de su familia es una...