Los pies de Owen ya dolían, por más que había caminado alrededor del hotel y en sus inmediaciones no había encontrado al perro, sólo había logrado ubicar al señor Johnson quien visible consternado, la ropa desajustada y capas de sudor sobre su piel brillante, le había indicado lo sucedido, según sus palabras había sacado a pasear al perro por una zona verde contigua al hotel, pero el perro sin previo aviso empezó a correr con tanta fuerza que le había hecho tropezar y caer soltando la correa en el acto, lo que según su explicación había aprovechado el animal para ir tras otro perro más pequeño y por más que intentó alcanzarlo, eso le fue imposible.
Owen sólo escuchó los errores del hombre y se maldijo mentalmente por haberle confiado a aquel sujeto una tarea tan importante, porque definitivamente lo del huésped VIP había sido un juego de niños comparado con la búsqueda de la bestia. Sus ojos sólo reflejaron ira y decepción sobre los ojos del hombre quien de inmediato sintió aquel enojo sobre sí y no pudo evitar agachar la cabeza aun cuando él era un hombre extremadamente orgulloso y no sabía en qué momento había sido rebajado a ser un paseador de perros y que para colmo de todo se le estuviera acusando por que se le hubiese escapado el animal, pero es que eso no era parte de su trabajo ni responsabilidades, así que definitivamente no era su culpa, además sólo se trataba de un perro, igual se podía conseguir otro igual o mejor y se resolvería el problema, para aquel todo esto era un completo despropósito y en su cabeza no cabía que se estuvieran utilizando tantos recursos humanos para una tarea tan inútil y sin importancia.
—Señor es mejor detener la búsqueda ya aparecerá, o en caso contrario podría comprar otro, incluso una más bonito, pequeño y amable — recomendó Johnson sin pizca de arrepentimiento, al parecer su aspecto no reflejaba la constante búsqueda del animal, sino el desespero propio por hacer aquello que ante sus ojos era un despropósito.
En ese instante Owen entendió la clase de persona que estaba frente a sus ojos, y comprendió que definitivamente no podía confiar en aquel sujeto
—Tú no digas nada, simplemente ve a recoger tus cosas al hotel ¡Estás despedido!— sentenció
—Pero... eso es injusto, no puede despedirme porque se escape un mugroso perro— exclamó el hombre realmente irritado.
—Te despido porque eres una persona en la que no se puede confiar, porque a pesar que hay muchas quejas por parte de otros empleados debido a tu comportamiento arrogante e irrespetuoso se te tuvo en ese lugar por respeto a Donovan, pero es evidente que no eres un buen miembro de mi equipo de trabajo y si no puedo confiar en ti no me sirves para nada- señaló al hombre mostrándose más autoritario e incluso más alto que aquel, quien tuvo que morderse su enojo y salir en dirección al hotel mientras maldecía a Owen y prometía aquello no se quedaría de esa forma.
Owen estaba enojado, irritado y extremadamente molesto, pero había otro sentimiento creciendo en su pecho, algo inexplicable y realmente angustiante, preocupación por la bestia, más cuando pensaba en posibles situaciones como que se lo hubieran robado, que lo tuvieran secuestrado o peor aún que lo hubiese atropellado un vehículo mientras intentaba cruzar la calle, porque aquel era un perro de casa, es decir, un animal consentido que jamás ha tenido que saber qué es vivir en la calle y por tanto no sabe cómo defenderse del mundo sin la protección de su dueña.
Al pensar en Martina volvía a sentir la nube negra sobre su cuerpo. Pero eso no se quedaría así, él lo encontraría y resarciría su error, ahora lo que menos le preocupaba era la represalia de Johnson quien seguramente no dudaría en demandarlo, pero él no se preocuparía de eso, para eso le pagaría a un bufete de abogados y se olvidaría del asunto.
Las horas siguen pasando y la oscuridad de la noche dificulta aún más la presurosa búsqueda, se vio gritando y mostrando su enojo frente al personal de seguridad a quienes ya tachaba de incompetentes y extendía invitaciones para conseguir otro empleo en caso de no encontrar prontamente al can.
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Martina en busca del O
ChickLitMartina Risso, años atrás su vida no fue sencilla después de quedar embarazada y ser obligada a casarse como consecuencia, para convivir con alguien que nunca la satisfizo sexualmente ni la amó. Pero ahora, como adulta y alejada de su familia es una...