Capítulo 25

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-Vamos, no seas tímido- Martina se veía más relajada y hasta risueña, quizás el estar en su propio ambiente le brindaba algo diferente a lo que veía en el hotel o por lo menos eso fue lo que él pensó.

-Bienvenido a mi casa- abrió la puerta y lo empujó hacia adentro para ingresar casi rozando de su espalda, de repente se escuchó un gran estruendo proveniente de lo que él creí era la cocina y giró su rostro para luego asustarse con un gran perro peludo corriendo hacia él.

-Hoo ooo—fue lo único que se escuchó salir de sus labios

Retrocedió un par de pasos como reacción instintiva que trataba de proteger su integridad, pero chocó con Martina quien estaba justo detrás de él, saliendo de aquel lugar para caminar y acercarse al que parecía un monstruo a punto de atacar.

-Hola mi amor, ¿cómo estás cariño?, ¿te hice preocupar? ¿Mami está bien? Discúlpame- le decía con voz tierna y consentidora mientras le sobaba repetidamente la cabeza y aquel parecía tener un ataque que le hacía temblar cada parte de su cuerpo.

-¿Qué es eso?- preguntó Owen aún asustado por la bestia frente a sus ojos, pero que parecía ser convertida en un cachorrito en brazos de Martina.

-Es mi cariño- se levantó aun acariciando su cabeza, ya sabía que aquello podía durar mucho más tiempo del que ella pudiera decidir, porque aquel cachorro sólo se detendría de pedir caricias cuando estuviera complacido, lo cual podría ser cuestión de horas.

-¿Tu cariño?- cuestionó enarcando una ceja

-Sí, te presento a mi bebé, su nombre es Cariño- explicó con una amplia sonrisa en su rostro y tratando de contener una sonora carcajada, que aunque retuvo no tardó en salir de forma estrepitosa.

-¿Ese es el bebé del que estabas hablando?

-Sí- reía

-¿Para el que estabas solicitando una niñera?

-Sí- se encogió de hombros y amplió tanto como pudo la sonrisa que pugnaba por expandirse en su rostro –Lo siento- se disculpó al ver la expresión consternada del hombre.

-Yo pensé que... que..

-Que era un bebé humano- terminó ella la frase que al parecer él no podía formular

-¡Sí!- dijo en un tono más alto de lo normal.

-Pues no, éste no es mi bebé humano, es mi bebé canino, el cual debe estar muy hambriento e inquieto porque no ha salido a correr- le ofreció a manera de explicación y volvió a dirigirse al animal de cabellos castaños

-Mi bebé quiere salir ¿no es verdad?- le preguntó al animal como si aquel pudiera responder y Owen aún no salía de su asombro, no obstante trató de recomponerse y asimilar la situación, sintiendo como si una especie de alivio descendiera sobre su cuerpo.

-Así que vas a sacarlo a caminar

-No a caminar, él ahora necesita correr, debe quemar algo de la energía que tiene en ese hermoso cuerpo peludo- le explicó brevemente.

-¿Quieres acompañarme?- preguntó animada, pero él se observó por completo y se señaló haciéndole entender que no tenía la ropa apropiada –Está bien, podemos caminar hasta el parque y ahí nos esperas mientras corremos alrededor- le ofreció la de cabello oscuro y él no vio más opción que asentir.

-Oh, pero que grosera soy, no los he presentado- se apresuró a decir y Owen arrugó el entrecejo porque él no era de tener mascotas, que recordara nunca había tenido una, su padre no permitía el desorden y un animal era sinónimo de eso y cuando se vio viviendo solo jamás le interesó, así que se sentía en real desventaja en esta situación.

Martina en busca del ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora