La conversación con sus amigas y todo el ejercicio que había hecho el domingo la habían hecho sentir mejor, ya había dejado atrás la vergüenza por el error cometido en la cocina y estaba decidida a enfrentarse a aquel hombre para aclarar la situación, si era necesario le ofrecería disculpas y esperaba que cada uno continuara con su vida y su trabajo como si nunca hubiera sucedido.
Martina había analizado muy bien la situación y esa era la mejor forma de contrarrestar todo lo negativo que aquel encuentro pudiese desencadenar. También había repasado las palabras en su mente,
"Aquella noche en la que nos encontramos en el bar, tuve una información equivocada y por tal motivo dejé dinero como pago, pero ahora sé que cometí un grave error y me disculpo por ello, le pido olvide el incidente como yo también lo haré y permítame continuar con mi trabajo, prometo no volverme a entrometer en sus asuntos"
Lo repetía una y otra vez, eran las palabras más adecuadas y respetuosas que podía encontrar para expresar sus sentimientos. Lo único que no sabía era en qué momento podía decirlas, debido a que ella permanecía en un lugar del hotel lejos de la gerencia, y cuando estaba ahí siempre estaba muy ocupada como para trasladarse a otro lugar y si lo buscaba en una hora fuera de su horario de trabajo, podría ser incómodo para él y se podrían crear rumores.
Así que por el momento había decidido continuar con su trabajo, como ahora lo estaba haciendo.
-¿Martina te encuentras mejor?- le pregunta su amiga Lucy
-¿Mejor?- cuestiona sin saber a qué se refiere
-Sí, me enteré de lo que sucedió en la presentación del nuevo jefe- le ofrece una sonrisa de ánimo
-haaa... yo estoy bien, sólo fue un error que no volverá a suceder, no te preocupes- le guiña un ojo
-Bueno, yo no estaba porque había ido a resolver unos problemas con la entrega de suministros, pero si es como me contaron entiendo qué sucedió y a mí me hubiera pasado lo mismo- le dice la de cabello rizado
-No entiendo a qué te refieres
-Seguramente te sorprendieron los encantos de ese hombre, porque aunque yo aún no lo he visto sí he escuchado de casi todo el personal femenino que ese hombre está como para chuparse los dedos y repetir plato- se muerde el labio inferior –y si está así de bueno, seguramente caíste ante la sexy apariencia de aquel y por eso se te debilitaron las manos y finalmente se cayó el sartén- explica su hipótesis, la cual se hace sonreír
-Sí, seguramente fue eso- le expresa Martina, al no saber qué más decir y evidentemente no podía contarle sobre su encuentro casual, además no podía negar que en realidad estaba tan bueno como decía, sino no hubiera caído ante sus encantos aquella noche.
-Ya he estado investigando, como al parecer lo está haciendo todo el hotel y ya sé que no tiene novia, o al menos eso es lo que se dice.
-Vaya pero qué interesada estás
-Por supuesto, además un poco de información no le hace daño a nadie- afirma
-Y por qué me estás diciendo todo eso
Su amiga intentó hablar, pero de inmediato un grito la silenció y mandó a cumplir con sus tareas, era el gerente Anderson, quien las veía como si estuviera enojado, seguramente pensando que estaban perdiendo el tiempo.
-Ya voy señor- fue lo único que le respondió la morena –Después seguimos hablando, pero no te desanimes, yo creo que lo dejaste impactado y por eso dio esa orden
-¿Orden? ¿De qué estás hablando?- preguntó Martina sin obtener respuesta debido a que el señor Anderson se había acercado hasta ellas para así apurar el trabajo de cada una
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Martina en busca del O
ChickLitMartina Risso, años atrás su vida no fue sencilla después de quedar embarazada y ser obligada a casarse como consecuencia, para convivir con alguien que nunca la satisfizo sexualmente ni la amó. Pero ahora, como adulta y alejada de su familia es una...