Capítulo 42

48 7 0
                                    

Owen se sentía más animado y cercano a su novia Después de un fin de semana un poco extraño, pero con algunas situaciones gratificantes como resultado. Sin duda, el que su hijo se la hubiese llevado sin siquiera informarle aún lo recordaría y le reprocharía por ello siempre que tuviera oportunidad, pero después de acercarse a Cariño, la casi aceptación de Damián y el amor desbordante de los ojos de su novia, le hacía sentirse incluso parte de aquella pequeña familia, algo muy novedoso, extraño, pero de alguna forma también muy gratificante, incluso le hacía sentir más feliz.

Él no era de los que veía a la familia como algo bonito y lleno de amor, sino con desinterés, competencia y miradas reprobatorias, pero la vida parecía darle la oportunidad de entender que no todas eran así, y en el caso concreto de Martina, el estar con ella y con sus seres queridos era muy entretenido y cálido, algo que le hacía sentir gran emoción.

Sin embargo, había algo que le hacía falta y que por culpa de lo celos del hijo no había podido hacer, estar íntimamente con Martina. Aquel jovencito se había instalado en casa de su madre, al parecer estaba en medio de sus vacaciones antes del ingreso a la Universidad, la cual estaría ubicada a gran distancia de esta zona del país, pero cuyo ingreso aún tardaba en realizarse. Aún le sorprendía que un chico tan joven ya estuviera ad portas de empezar una carrera universitaria y más aún que estuviera muy interesado en ello, sin duda la madre tenía una influencia muy positiva en él y también el joven demostraba ser alguien muy inteligente.

Asimismo pensaba que la de cabello oscuro disfrutaba de la compañía de su único hijo, y aún le parecía extraño que ella siendo tan joven pudiera ser una madre abnegada y mostrarse tan afectuosa como lo era con un joven que en cualquier momento podría hacerla abuela, una muy joven y sexy según su propia apreciación, pero a pesar de todo lo que pasaba por su cabeza al mirarlos interactuar, lo cierto era que aquel jovencito a veces parecía un chiquillo pegado al seno de su madre, custodiándola y negándole el contacto que él como su novio tenía derecho.

En medio de su sequía sexual Owen llegó a pensar en que sería muy conveniente conseguirle una novia al chico para que así se interesara menos en lo que podía hacer o no su joven madre.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un sonoro beso en la mejilla que lo hizo reaccionar de inmediato, parecía como si aquel pequeño contacto con su hermosa novia despertara cada terminación nerviosa de su cuerpo, el cual pedía, clamaba, demandaba un contacto mayor y más placentero.

Es así como se vio tomando a Martina por la cintura y en un movimiento extremadamente rápido logró acostarla sobre el cómodo sofá para acomodarse sobre ella, devorándole de inmediato la boca como si estuviese hambriento y ésta fuera su única fuente de comida.

La de cabello oscuro reaccionaba de forma instintiva a sus besos y caricias, se vio ingresando su lengua en la boca contraria y explorándola con verdadero ímpetu, puesto que su cuerpo le demandaba seguir el ritmo y sus piernas se abrieron para darle mayor acceso como si con aquel movimiento le clamara por más.

No obstante el sonido de una puerta cerrándose con mucha fuerza los interrumpió e hizo salir de la bruma del deseo, separándose lentamente y aún en aquella posición tocando frente con frente.

—Vamos Cariño muéstrale a mamá —expresó la joven y cambiante voz de adolescente al entrar en la casa junto al bello animal.

Owen exhaló y se levantó de aquel sofá para darle espacio a Martina de hacer lo mismo, mientras la mujer se reorganizaba la ropa y pasaba las manos por cabello un poco desordenado.

— ¡Oh por Dios! ¿Ustedes no piensan en nada más?— exclamó el joven al entender qué sucedía entre su madre y su novio al verlos en tal estado, su madre toda sonrojada y él evidentemente erecto, porque ni siquiera tenía la decencia de ocultarlo tapando el bulto en su pantalón.

Martina en busca del ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora