Ella se levantó de la cama y se tambaleó un poco pero logró mantener el equilibrio, lo miró sonrojada y sorprendida por la proeza de aquel hombre, quien por primera vez en su vida le había dado tres orgasmos consecutivos, lo cual para ella era casi como un milagro.
-Ven a la cama ¿a dónde vas?- pregunta aquel alargando su brazo.
-Tienes hambre- responde como si con esas solas palabras ya todo estuviera claro.
-¿Vas a prepararme algo?- pregunta sentándose en la cama y ladeando su rostro
-Por supuesto, es mi trabajo-
-Espero que lo que acaba de pasar no lo vayas a considerar como parte de tu trabajo- expresó aquel con una ceja enarcada, pensando en que sería el colmo que ahora ella cambiara los papeles en su cabeza y pensara que es su obligación acostarse con él
-Claro que no- expresa con seguridad.
-Muy bien- sonríe satisfecho por la respuesta.
Martina da un paso hacia la escalera, pero siente cómo un líquido viscoso baja entre sus muslos sin poder detenerlo, ella se observa y luego a él, quien no pierde detalle del suceso y por el contrario aquello le gusta, es como si fuera la prueba de que ha estado dentro de la mujer y ha sido él quien la ha satisfecho.
-¿Puedo utilizar tu baño antes?
-¿Para qué?- pregunta haciéndose el inocente frente a la situación.
-Obviamente para asearme
-No, no quiero, baja así y me cocinas- demanda y ella contrae más sus párpados para mostrar más sus ojos ante la sorpresiva respuesta.
-Pero...- se señala los muslos con algo de vergüenza.
-Después de ayudo a limpiarte, pero ahora realmente estoy muriendo de hambre- se queja tocándose el estómago como si éste le doliera mucho.
-Pero no me demoro.
-Duele, duele- vuelve a quejarse y Martina resignada y algo incómoda baja por las escaleras dejando atrás a un risueño Owen, quien se siente travieso.
Abajo, va en busca de su ropa, pero al alzar la camisa del suelo se da cuenta de que ésta ya no le cerrará porque los botones han desaparecido, se acerca a la tanga, pero ésta está destrozada, y definitivamente no se pondrá un pantalón de jean sin algo abajo, ya lo hizo en una ocasión y el resultado fue realmente incómodo. Así que sólo le queda el sostén, pero sólo llevar esa prenda no es muy diferente de estar desnuda.
Está en medio de su dilema cuando Owen se acerca por detrás y la abraza.
-Al parecer te has quedado sin ropa- dice tratando de disimular su diversión.
-Me has dejado sin ropa- responde ella aclarando la situación.
-Soy culpable, lo acepto, pero espero que todo conmigo sea satisfactorio y reste importancia a unos cuantos trapos
Martina lo voltea a ver y se cruza de brazos, incluso hace un puchero.
-Eres preciosa y más cuando estás completamente desnuda, incluso cuando estás goteando algo mío entre tus piernas- dice él muy observador con una de sus comisuras elevándose sin poder evitarlo.
-No es justo, tú te vestiste- lo señala
-Tienes razón, es injusto y ya lo solucionaré- Toca el bóxer que es lo único que lleva encima, estira el elástico de la cintura y lo desliza hasta que cae a sus pies –Ahora estamos iguales.
-Tú no chorreas nada mío entre tus piernas- se queja
-Es verdad, pero eso también puede remediarse- la abraza y empieza a besar en el cuello, tomándola con una mano de su nuca y con la otra deslizándola por la espalda hasta tocar su glúteo derecho y apretándolo en el acto.
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Martina en busca del O
ChickLitMartina Risso, años atrás su vida no fue sencilla después de quedar embarazada y ser obligada a casarse como consecuencia, para convivir con alguien que nunca la satisfizo sexualmente ni la amó. Pero ahora, como adulta y alejada de su familia es una...