Capítulo 51: silla ardiente

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-¿Nadie va a romper el silencio?- Preguntó la presentadora, mirando hacía el bando de las pretendientas. Instantáneamente, deslicé mi mirada a mis tacones. Ahora sí que no quería hablar.

-A mí me gustaría saber de qué quería hablar conmigo Axel.- Dijo Erika con una voz de niña buena después de esa cita caliente que acabábamos de ver.- ¿Es algo de la cita?

-No.- Escuché la voz de mi tronista, pero no sabía si estaba sonriendo o seguía tan serio como lo había estado toda la mañana. Tampoco quería saberlo.- Después de haber hablado contigo en nuestra cita, he tomado la decisión de que quiero seguir conociéndote.

Erika se levantó de la silla y se acercó a mi tronista. Alcé mi vista y los observé cómo se abrazaban mientras el público aplaudía. Por un momento me pareció que Erika iba a plantarle otro beso a Erika y que Axel iba a permitírselo, pero ella le dio un beso en la mejilla a mi tronista y luego ocupó una silla de pretendienta normal, mientras que yo seguía notando como mi culo ardía por la silla caliente en que estaba sentada.

-Por favor, Axel, vuelve a repetir la parte en que dices que has hablado con Erika en la cita.- Le pidió Melisa.- Es que creo que me he perdido esa parte de la cita.- La gente comenzó a reírse y Axel negó con su cabeza.

-En la cita hablamos, pero sabía que la gente se quedaría con la otra parte de la cita.

-¡Hombre, chico! ¿Y tú qué te crees?- Maya saltó ante la replica de Axel.- ¿Qué nos vamos a quedar en la parte en qué le echas la bronca por décima vez o cuando Erika sale medio en pelotas del jacuzzi después de estar quince minutos a sola contigo?- Y más aplausos por parte del público.

-Creo que lo estáis exagerando todo un poco.

-A ver, cariño.- Ahora quién hablaba era Melisa.- Nosotras no estamos exagerando nada, solo estamos diciendo lo que acabamos de ver. ¿Es cierto que Erika ha salido medio desnuda del jacuzzi, sí o no?

-Sí, pero…

-¡Pero nada!- Soltó de nuevo de Maya.- A ver si te crees que aquí nos chupamos el dedo y no vemos que os lo habéis pasado estupendamente esos quince minutos sin cámaras.

Axel iba a reprochar de nuevo, pero los aplausos tan fuertes que provenían de las gradas no

dejaron hablar al chico. Me percaté que varios de los ganchos de las gradas querían dar su opinión y para mi sorpresa, uno de ellos eran Leo. Que no diga nada que pueda fastidiar todo un poco más, por favor. Anna le dio permiso para que hablase.

-Efectivamente, chicas, tenéis toda la razón. Está claro que en esa cita ardiente los dos habéis salido más quemados y liberados de todo tipo de tensión reprimida durante este tiempo. Lo que me extraña es que no sé qué reacciones esperabas de la gente, sobretodo de tus pretendientas, cuando viéramos esta cita. ¿Qué nos creyéramos que de verdad no habéis hecho nada?

-¿Y por qué no?

-Eso cuéntaselo a alguien con mucha imaginación y que no haya estado en un jacuzzi con alguien que le atraiga.

-Entonces supongo que no podría contártelo a ti. Estoy seguro que a ti cualquiera te sirve para estar en un jacuzzi.- En ese instante miré a Axel, sorprendida. ¿Qué narices estaba intentando?

-Me reitero: me parece gracioso que digas eso después de la cita que acabamos de ver todos.- Leo se estaba riendo, pero después se puso serio.- Y respecto a lo que yo haga en un jacuzzi te tiene que importar muy poco.

-Me importaría poco si esa imaginación que tienes te la lavases con jabón.

La mayoría de los espectadores se habían perdido en esa conversación, por no mencionar que se había perdido todo el mundo menos yo. Axel estaba intentando dejarnos bien claro a Leo y a mí que sospechaba algo. Al mismo tiempo, me percaté que él cuando mencionó que cualquiera le iría bien a él para pasar un rato en el jacuzzi, intentó recordarme que Leo había tenido un pasado lleno de noches locas con diferentes chicas.

El diario de una pretendientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora