Capítulo 48: esa maldita nube

360 25 0
                                    

-Sigo sin entender por qué tengo que llevarte yo a tu cita con Axel.- Max frenó en un semáforo rojo y pude percibir su impaciencia.

-Ya te lo he dicho. Leo ha tenido que hacerse pasar por ti porque los dos no podemos vernos fuera del programa y ha dicho que él me llevaría, o sea tú.- Dejé de hablar para retocarme el pintalabios de color rosa.- No te preocupes, seguro que Marco te estará esperando impaciente para terminar lo que habéis dejado a medias.

El semáforo se puso en verde, pero antes de que Max acelerase me observó con los ojos entrecerrados y alzando una de sus cejas. Intenté ocultar mi diversión y empecé a trenzarme el pelo de forma que una trenza dorada se deslizase por encima de mi hombro izquierdo.

A Leo solo le dijeron la dirección de la calle que se encontraba ese lugar donde transcurriría la cita. Así que obtuve por ponerme un pantalón corto y bastante ajustado con una camiseta negra que dejaba a la vista mis hombros, pero que las mangas llegaban por lo mitad de mi antebrazo. De calzado decidí seguir con mis bambas blancas de siempre. Prefería ir cómoda y no arriesgarme en ir con tacones y vestido.

-Sigo sin entender que narices hacías tú con Leo. Pensaba que vuestra relación estaba atascada y enterrada.

-Nunca he tenido ninguna relación con Leo.

-Pero no por qué él no haya querido.

-Max…

-Pienso que Leo está preparando su terreno para cuando te canses de Axel y dejes el programa. Entonces él será quien te conquistara y tú caerás en sus redes.

-Tengo que reconocer que esto último te ha quedado muy dramático.

-No me lo estás negando.

-¿El qué?

-¡Qué te vas a cansar de Axel y vas a terminar con Leo y esas estúpidas pizzas!- Puse mis ojos en blanco. Ante estas conversaciones con mi mejor amigo lo mejor era quedarse callada.- Por cierto, tengo que ver el programa de mañana para creerme que Erika y sobre todo tú, hayáis puesto de los nervios a Axel y las dos estéis en una silla ardiente. No te pega nada.

-Y otro con que no me pega nada… ¿Sabes? La gente siempre se queja que no tengo carácter, que soy demasiado santa y que nunca digo lo que me molesta. Y ahora que he decidido abrir la boca todo el mundo se queja.- Me crucé de brazos, como si fuera una niña pequeña.- Ya me he cansado de los juegos de Erika.

-Ese es el problema: Erika. No dejas de mencionarla todo el rato. ¿No te has

planteado que Leo puede tener algo de razón respecto a que ella te está utilizando para hacerse un lavado de imagen?

-Que lo intente. No lo va a conseguir.

-Y tú con esa actitud no vas a conseguir a Axel.

-Eso no me preocupa. Sé que Axel se va a venir conmigo.- Cuando dije esas palabras no me di cuenta de la metedura de pata que había hecho. Por un momento había olvidado por completo la promesa que le había hecho a Axel sobre no decirle a nadie el chantaje que le estaba haciendo Erika a él y que por ese motivo, mi tronista la había aceptado como pretendienta. Y de esto mi amigo Max no sabía absolutamente nada, por muchas ganas que tuviera de contárselo.

-¿Y puedo saber cómo estas tan segura? No es por fastidiarte el cuento, pero Axel ha preferido tener una cita caliente con Erika que contigo.

-Gracias por meter el dedo en la yaga.

-Lo que quiero decir, Carol, es que tu actitud solo va a perjudicarte. Ahora tienes una cita con Axel y puedes o bien aprovecharla y conquistarle, o seguir peleándote con él y sacándole de quicio hablando sobre tus diferencias con Erika.

El diario de una pretendientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora