Es mi sexta cita con Axel y mi estilista personal había decidido que llevase un atuendo juvenil y sencillo, tal y como soy yo. Escogimos una camiseta de manga corta con un estampado de girasoles y un peto tejano de un color clarito. El peto era ceñido y solo cubría un cuarto de mis muslos, dejando demasiada pierna al descubierto para mi gusto. Pero Max no dejó de repetirme que hay que sacarle partido a mis piernas que estaban musculadas por salir a correr por las mañanas.
De calzado unas victorias blancas y me había trenzado el pelo en una sencilla trenza que caía por encima de mi hombro izquierdo. De maquillaje solo me había hecho la ralla del ojo para realzar mi mirada azul. Max me ofreció que esa noche me quedase en su casa también a dormir, pero me negué porque mi madre me había llamado por teléfono, recordándome que en casa me estaba esperando uno de sus pasteles que tanto me gustaban. Le prometí a Max que le guardaría un trozo, aunque ambos sabíamos que caería en la tentación y me lo comería yo solita.
Recogí mis cosas y las guardé en mi bolsa para subirme al taxi que me llevaría a mi cita con Axel. Había pensado en pedirle a Lucía que alguien del equipo guardase mis pertenencias mientras grababa la cita y así, cuando terminase mi cita con Axel ir directamente a la estación de tren. Durante el trayecto recibí la llamada de Erika y ojala la hubiera ignorado.
-Tía, no sabes a quién he visto en el hotel donde grababa mi cita con Jairo…
-Sorpréndeme.- Dije sin muchas ganas de saber la respuesta.
-Estaban Axel y Carla grabando su cita. Estaban subiendo a una de las plantas de arriba con un cámara detrás de ellos, pero el equipo no ha subido arriba.
-¿Crees que habrán tenido su cita sin testigos en una de las habitaciones del hotel?- Le pregunté mientras me mordía una de mis uñas. En cuanto me di cuenta, coloqué mi mano entre mis rodillas.
-Estoy segurísima. Cuando he terminado mi cita con Jairo ellos todavía no habían bajado.
-¿Todavía están allí?
-No, no. Han salido hace diez minutos. Axel la han hecho los totales en cinco minutos y se ha marchado, pero Carla todavía está por aquí.
-¿Y te has enterado sobre lo que han hecho en la habitación?
-No.- Dijo Erika.- Por desgracia Carla no es la típica pretendienta que va contando lo que hace en sus citas con su tronista. Aunque tampoco hay que tener mucha imaginación para saber que han estado haciendo esos dos en la habitación.
-Tengo que dejarte, Erika.- Dije mientras el taxi se detenía. Había llegado a mi destino.- Gracias por la información.
-De nada, Lina. Para eso están las amigas, y por cierto ¿dónde estás ahora?
-En mi sexta cita con Axel.
-¿Qué dices? Joder, lo siento. Si lo llego a saber te hubiera llamado después. Pensaba que ya habías tenido la cita y que estabas de camino a tu casa.
-No importa, de verdad. Gracias de todas formas.
-Intenta disfrutar de la cita.
-Vale.
Erika volvió a disculparse y finalizamos la llamada. Bajé del taxi y me dirigí a un parque donde habían puesto varias cintas, indicando que estaba prohibido el paso. En realidad, ese parque no tenía mucho: un par de columpios, una rueda que giraba, un tobogán y varios bancos. También había un sendero que se desviaba del parque a mano derecha y que llevaba hasta el campo de futbol artificial. Al fondo del parque divisé un muro de cemento donde había varias personas con cámaras y micrófonos esperándome.
