-¿Qué te dije?- Hice una pregunta retórica para Max mientras apagaba el televisor justo después de que Anna despidiera el programa que grabamos ayer y que ha sido emitido hoy por la tarde. - ¿Es para tanto o no?
-¡Vale, lo reconozco!- Max se llevó sus manos a la cabeza y estiró sus piernas para desperezarse.- Me dolía el dedo gordo a rabiar, pero ¿qué te iba a decir?
-¿Qué te dolía?- Mi sarcasmo volvía a estar en el aire.
-Los problemas siempre son menores si se afrontan con optimismo, pero dejemos mi dedo gordo tranquilo. ¿Tan mal te sentó lo qué te dijo?
-Max.- Dije su nombre de forma cortante, como si fuera un especie de insulto.- Dijo que me besaba a mí por el MISMO motivo que besaba a Oriana. ¡A Oriana! Solo la conoce de dos días y a mí de un mes, y nos está poniendo al mismo nivel. ¿Es o no es para ponerse así?
-Entiendo que te moleste e incluso que te enfades, pero...- Mi amigo se silenció, temeroso a meter la pata y que su vida corriera peligro.
-Dilo. Prometo no hacerte daño.
-Perder una cita sin testigos en un jacuzzi por esa estúpida discusión es de ser idiota.- Max se cubrió con sus manos su cabeza, supongo que para protegerla de mis puños que estaban apretados en mis costados.- ¿Y sabes a quién se la dio?
-No lo quiso decir. Dio cita a Andrea, a Oriana y a Lena. Así que imagino que ayer por la tarde, antes de empezar las grabaciones, decidiría con quién querría tener el jacuzzi.
-¿Tienes alguna hipótesis?
-Con Lena seguro que no. Es demasiado fina, además, ellos dos no han tenido ninguna cita y dudo mucho que su primera cita vaya a ser sin testigos. No creo que el programa se lo permita.
-La teoría es buena. Continua.
Me encogí de hombros.
-No tengo ni idea. Quizá se la dé a Andrea por qué es la más veterana de las tres chicas de las que les ha dado cita. Eso sería lo más justo, pero...
-Pero luego está Oriana.
-Han congeniado mucho y solo tienen una cita. Se ríen, se dan la mano y para rematar se han besado...
-¿Cuando os besasteis por primera vez Axel y tú?
-En mi cuarta cita, el día que llovía en el puente.
-¿Cuántas citas has tenido con él?
-Mmm...- Me quedé callada, pensativa.- Creo que seis o siete... no estoy segura.
-Que desastre de pretendienta eres.
-Y luego está mi segunda confidencia.- Solté súbitamente.- ¿Quién ha podido decirle a Axel que Leo me dio su número de teléfono y que yo tiré el papel?
-¿Pero no lo tiraste, cierto?
-No...
-¿Todavía lo tienes?- No moví ni un centímetro mis labios y Max liberó un suspiro exasperado.- Dame ese papelito. Yo lo guardaré.
Ambos nos levantamos del sofá y nos dirigimos a su habitación donde los dos dormíamos en su cama doble. Cogí mi bolso y busqué el papelito con el número de Leo. Cuando lo encontré se lo entregué a Max y el cogió su móvil para grabarse el número y seguidamente, lanzar ese trozo de papel a la basura de la cocina.
-Listo. Ahora sí que no tienes el número de Leo.- Max se sentó en una de las sillas del la cocina mientras yo me sentaba en el mármol de la encimera.- Hay cosas que no me cuadran.