Capítulo 25

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Al día siguiente, luego de las prácticas, Ben me pidió que lo acompañase por su hermana a la academia de Baile de Boston, cuando llegamos ya la pequeña nos esperaba, llevaba un enterizo de licra negro, un moño en lo alto de la cabeza y su mochila, en cuanto nos diviso corrió hacía nosotros.

—¡Cassy! —saludo con un abrazo.

—¿Y para mí? —pregunto Ben como niño pequeño.

—A ti te veo todos los días Ben —dijo y yo reí, ella me tomo de la mano y subimos al auto.

—¿Qué tal si vamos por un helado? —pregunto Ben.

—Y una hamburguesa muero de hambre —dijo la niña, sobándose el estomago. Ambos reímos, Ben asintió y se puso en marcha. Melanie hablaba sin parar y apenas nos estacionamos en un restaurante, la niña bajo corriendo sin esperarnos. Ben me tomo de la mano y juro pude ver sus mejillas enrojecer, cuando llegamos junto a Melanie, esta, ya había ordenado. Nos sentamos frente a ella, en el colorido restaurante.

—¿Que tal las clases de Ballet? —pregunte.

—Excelente, mi profesora dice que aprendo muy rápido y que voy muy avanzada —dijo e hizo una mueca

—Pero... —Ben la incito a continuar.

—Las demás chicas se burlan de mi —dijo cruzándose de brazos y haciendo pucheros.

—¿Y eso por qué? —pregunte comiendo una papa frita.

—Porque mis bailarinas están muy desgastada —dijo y yo mire a Ben quien miraba atentamente a su hermanita— y porque soy becada, ellos se burlan es odioso Ben. Si por lo menos tuviese a Dinah conmigo —ella hizo puchero, Ben cerró sus manos en puño, yo le puse una mano en el hombro para que se calmara, podía palpar la tensión a través de la tela. Y algo tenía muy claro en esa academia muchas cosas debían cambiar y pronto.

—¿Sabes algo? —le pregunte.

—¿Qué? —pregunto curiosa.

—Yo también practique ballet, solo son chicas que están celosas de que tú tienes mucho más talento que ellas —me miro unos segundos y asintió comprendiendo mis palabras— con respecto a tus bailarinas ya lo resolveremos no te preocupes. Haz oídos sordos con esas chicas y con respecto a Dinah... debes esperar a que termine su recuperación

—Sí, pero las audiciones...

—Si no puede este año, las hará el siguiente. Lo más importante ahora es su salud y tú como su mejor amiga debes recordárselo y apoyarla —ella asintió solemnemente.

—Lo hare, Dinah me necesita.

—Correcto —le guiñe el ojo ella sonrió y comenzó a degustar su comida. Ben me miro y también le guiñe el ojo y el rio, me dio un beso en la mejilla y se concentro en su hermana nuevamente. Comimos entre risas dado que Melanie no se callaba. siempre tenía algo gracioso que decir.

Cuando ya estuvimos satisfechos, pasamos por una heladería para la "depresión" de Melanie como ella la llamo, cuando Ben iba a pasarla de largo. Los hermanos me dejaron en mi apartamento y antes de bajar Ben me dio un tiernísimo beso.

Oh Dios, que bien besaba ese chico.

—Qué asco —dijo Mel. Y nosotros reímos.

—Espero que siempre piense lo mismo —murmuro Ben mientras pasaba el dorso de la mano por mi mejilla y yo me encogí ante su toque y aun así lo escuche.

—Claro abuelo —le dije y lo escuche reír y baje del auto.

Apenas llegue a casa corrí al salón de baile, que estaba en la tercera planta de la casa, este estaba cerrado con llave, tal cual yo siempre lo dejaba. Saque las llaves de la mochila y lo abrí.

Los Colores de una Mentira ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora