Capítulo 28.

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Llegamos a Connecticut tres horas después, bajamos del bus y entramos al hotel, una vez registrados nos esperaba una mujer en la recepción.

—Hola chicos —saludo. Era menuda, pelirroja y llevaba un traje de lo más impecable a pesar de las horas que debe llevar esperando a un montón de adolescentes— soy la Coordinadora del evento, este es el itinerario, la primera competencia será mañana, si ven en la hoja seis del itinerario allí sale a qué hora será y el orden de los grupos —ella paso un grupo de hojas a Tyler y el no los paso a los demás— las habitaciones son dos, una para chicos y otra para chicas— asentimos —bien pueden ir a descansar, deben estar mañana a primera hora en el salón de eventos —ella sonrió y se fue, nosotros caminamos como sonámbulos por la recepción hasta el ascensor, nuestras habitaciones sestaba en cuarto piso del hotel.

Nos despedimos de los chicos y entramos a nuestras habitaciones. No era nada del otro mundo, una habitación sencilla, en colores crema, las cortinas ondeaban al viento por una corredera dejada abierta habían cuatro camas pequeñas, enfrentadas, una mesa de noche a cada lado y un closet generoso, había una puerta extra y supuse era el baño.

Sophie y Sara fueron las primeras en lanzarse a las camas y a Hannah y a mí no nos quedo de donde escoger. Ella tomo la derecha junto a la ventana y yo la izquierda. Tire mis cosas y me recosté, debía quitarme las lentillas, pero con las chicas allí se me haría difícil. Debía esperar a que las chicas se durmiesen, no paso media hora hasta que ya no parloteaban, corrí al baño e hice mi trabajo.

(...)

Por suerte me levante primero que las chicas y corrí al baño sin pensarlo dos veces, me asee y me coloque las lentillas y media hora después estaba lista, me puse unas mallas negras y la sudadera del equipo, cuando salí del baño, las chicas hacían fila para entrar, yo sonreí apenada.

—¿Tienen mucho esperando? —Hannah bostezo y negó con la cabeza. asentí, por la corredera se filtraba la luz del albar

—¿A dónde vas? —pregunto Hannah.

—A observar la competencia —sonreí y le guiñe un ojo. Había muchísimo movimiento en el pasillo para ser tan temprano, me acerque a la maquina y tome unas chocolatinas para calmar mis nervios.

¿Dulces empezando la mañana? vamos progresando, Cassidy.

—¿Sabes cuantas carbohidratos son esos? —dijo una voz a mis espaldas, me gire hacía ella.

Una rubia, que llevaba un moño apretado en lo alto de la cabeza, una falda que moldeaba sus largas piernas y un top, que dejaba a la vista mucha piel, junto a unas deportivas rosa chillón, me miraba con una ceja arqueada. Me encogí de hombros. Di unos pasos adelante y ella imito mi acción quedando de espaldas a la maquina. Ella miro por encima de mi hombro y toda su expresión corporal cambio rápidamente, su sonrisa malvada paso a ser una coqueta. Arquee una ceja.

—¿Donde te metes? te estuve buscando —dijo Ben a mis espaldas, no lo mire, seguía observando a la tarada que no paraba de batirles las pestañas a Ben— Hola —saludo cuando coloco una mano en mi cadera.

—Hola —saludo ella con voz sumamente chillona— Lara —so descarada. El asintió justo cuando me gire hacía él.

—¿Estás bien? —pregunto al ver mi ceño fruncido. asentí— entonces vamos los chicos nos esperan —el me tomo de la mano y yo aproveche para besarlo y dejar claras algunas cosas. La mire por encima del hombro y sonreí.

—Por cierto al él le gustan las gordas —dije y le guiñe un ojo como guinda del pastel, Ben me arrastro por el pasillo.

—¿Que fue eso? —quiso saber.

Los Colores de una Mentira ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora