Los Colores de una Mentira ©®

Capítulo 34.

Estaba sumergida en la bruma de la inconsciencia debatiéndome entre despertarme o quedarme en la calma que me embriagaba. Al final ganó la razón y abrí mis ojos poco a poco para que se adaptasen a la luz blanquecina que casi me dejó ciega, el olor a lejía era insoportable, tenía la boca reseca, sentía la lengua se me haría polvo en cualquier momento, me queje.

—Oh Cassy, gracias a quien sea estás despierta.

—Mmm ¿Que paso? —pregunté apenas se puso en mi campo de visión.

—¿No lo recuerdas? —pregunto Lilly detrás de papá.

Flashes llegaron a mi memoria, imágenes de lo sucedido, el secuestro, los golpes de Jake, el intento de Elías de..., las palabras de Jake, Brandon malherido, Jake disparándole a Elías, Jake disparando el arma, mis ojos se cristalizaron, el marcapasos comenzó a sonar

—Debes mantenerte tranquila.

—Jake, el... Él le disparó a Elías y.. y Elías intento... —un sollozo escapó de mis labios, papá apretó los labios en una fina línea.

—Ellos ya no te harán daño.

—¿Y eso como lo sabes?

—El está detenido.

—¿Y Brandon? ¿Qué sucedió con él? Estaba muy mal herido.

—A él también lo trasladaron —dijo Lilly.

—¿Y está bien? ¿Está aquí? —papá negó con la cabeza.

—Estaba muy lastimado, una contusión, costillas rotas... Esta en terapia intensiva, en este momento —el me tomo de la mano— entro en coma —intenté moverme, pero me dolía hasta la forma de respirar, todos mis huesos protestaron— Cassy, cálmate —advirtió papá.

—¿Que sucedió? ¿Porque siento como si un camión me hubiese pasado por encima? —me queje.

—Te dispararon —dijo y lo mire como si se hubiese vuelto loco— perdiste muchísima sangre —en algún lugar recóndito de mi, esperaba con toda mi fuerza que Jake no fuese capaz de causarme más daño del que ya me había causado, pero estaba tan equivocada.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Tres días.

—¿Y cuándo podré volver a casa?

—Tendremos que esperar lo que diga el doctor, tú herida ha estado muy reciente, necesitaste varias transfusiones.

—Quiero volver a casa papá. No me gusta este lugar.

—Cassy aún es muy pronto.

—Por favor —suplique. El suspiro y me miró como si yo lo puse en una situación comprometedora. Miró a Lilly y esta asintió.

—Hare lo que pueda —papá abandono la habitación y entonces note todos los arreglos florales que había en la habitación.

—¿De quiénes son?

—Casi todos son de tu tío cómo disculpa por no estar, que apenas pueda, tomará el primer avión —asentí.

—¿Ninguno es de...?

Deje la pregunta al aire. Ella negó con la cabeza.

—No, aunque tu teléfono no ha parado de sonar, tú papá lo encontró cuando fue por algunas de tus cosas. Lo siento, Cass.

—No importa —dije tomando mi teléfono y restándole importancia. Estaba apagado por lo que tuve que espera a que encendiera.

—Quería agradecerte —dijo de pronto.