Capítulo 27.

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Me habían permitido subir a mi habitación por algunas cosas, pero apenas llegue al inicio del pasillo quise dar media vuelta y enviar a alguien más. Papá había hecho limpiar toda la sangre después de que se llevaran el cuerpo de Dan y los del CSI hicieran todas las pesquicias necesarias, pero el fuerte olor a lejía, no ocultaba el olor metálico de la sangre. Solo la empeoraba.

Cerré los ojos, inspire hondo y continúe mi camino. Se supone no debía venir aquí, era una escena del crimen, pero luego de que los CSI se fueran, un agente me dio permiso de subir. Entre a mi habitación y tome mi mochila, encontré mi Mac en la gaveta de mi cama, con el cobertor no se nota, por lo que, no se lo habían llevado. En mi habitación no había nada que revelase mi identidad, ni siquiera una fotografía. Solo era el cuarto indómito de Cassidy Vanderwall quien estaba en un centro de rehabilitación, pero aun así estaban muy cerca y si no supiesen algo no hubiesen venido y con Elías pisándome los talones... no quise seguir pesando en ello.

Guarde algunas mudas de ropa, con las ganas de tomar unas maletas y salir huyendo de allí y olvidarme de todo, pero sabia no debía hacerlo. Cuando ya tuve todo salí de la habitación. Mi teléfono sonó.

—¿Estás bien? Dime que estas bien —pregunto.

—Estoy bien —dije en voz baja, me senté en uno de los escalones de las escaleras, de la casa aun entraba y salían oficiales y aun había agentes que pululaban de aquí para allá.

—¿Cómo puedes decirlo tan calmada? —pregunto indignado.

—Ya tuve mi dosis de histeria y... y... —mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente. —Necesito permanecer serena

—Ojala hubiese estado allí —dijo— ¿sabes qué? Tomare el primer avión que salga para Boston no creo que papá se oponga.

—No hace falta, Chase. Mientras menos personas exponga al peligro será mejor para mí. Para todos.

—Cassy...

—¿Cómo te enteraste?

—Papá me aviso, ha estado muy preocupado por ti, creo que Josh hablo con el — asentí aunque él no pudiese verme.

—¿Como esta todo por allá? —pregunte para cambiar de tema. Lo oí suspirar.

—Vale, ya entendí y si te soy sincero me están volviendo loco —exclamo.

—¿Me contaras? Me hace falta una buena historia ahora.

—¿Quieres divertiste a mi costa?

—Yo nunca dije eso.

—Mamá conoció a la familia de Bethany, casi me saca la cabeza, Cass. Toda su familia está loca, incluyéndola. Todos están muy emocionados, menos mi familia y quieren adelantar la fecha de la boda.

—Estas en un aprieto, amigo ¿Cuantos meses tiene?.

—Apenas tres.

—¿Y la prueba de ADN?

—Cada vez que la menciono, Llora. ¿Puedes creerlo? Y su familia me mira como si quisiese matarme y luego como si fuesen a besar el piso por donde camino.

—Cuando hablas de su familia ¿a qué te refieres exactamente?

—Sus padres, bueno su madre y un padrastro.

—Vale, vale y ¿qué harás?

—No lo sé, pero tengo que comprobar que ese niño sea mío.

—¿Y si es tuyo?

—Asumiré la responsabilidad, pero no me casare.

—Pero tal vez con el tiempo puedas quererla y tu padres la acepten, debes darle una oportunidad.

Los Colores de una Mentira ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora