No pude concentrarme, nada haría calmar mis ansias ni mucho menos después de que Ben me diese un beso en la mejilla y se fuera a clases, un simple beso y me había dejado en las nubes.
Maldita sea, sacudí mi cabeza, para despejarla.
Cuando salimos del colegio Ben me esperaba junto a Hannah y Tyler
Cuando llegamos a mi edificio antes de bajar del auto el me detuvo.
—Tengo algo para ti —dijo bajando del auto, yo lo seguí. Abrió el porta maletas y saco de él lo que parecía un cuadro. Era el mismo de mi casillero— para que no solo lo veas en ese feo casillero —lo tomé, él parecía inseguro, metió sus manos en sus bolsillos y se mecía de un lado a otro.— no es la gran cosa, pero... —me acerqué a él y lo bese, cortando la frase.
Si, lo bese.
Esta vez fui yo quien dio el paso adelante.
No sé si era, porque era estúpida.
Pero en ese momento no importo.
No importo que me hiciese daño.
O que nos metiésemos en una encrucijada.
Este era un juego peligroso, porque al igual que yo; Ben escondía algo.
Pero en ese momento, no importo, solo importábamos el y yo. Y lo que yo quería creer; sentíamos.
—Sera mejor que entre —dije en un susurro cuando nos separamos, nos miramos a los ojos y el asintió anonadado, sin decir nada. Le di la espalda y entre corriendo al edificio.
¿Que estábamos haciendo?- me pregunte cuando me lance sobre el sofá. Esto era una locura, porque yo, me estaba enamorando y Ben... no sabía lo que sentía.
El me había dicho que yo le gustaba, pero ¿de qué forma? ¿Sentía lo mismo que sentía yo? Tenía ganas de gritar.
No quería enamorarme, no podía.
Porque cuando ellos descubriesen la verdad me odiarían, por haberles mentido. no quería que ellos creyeran que me burle de ellos. Simplemente me gustaba más esta versión de la vida... cuando estaba cavilando en mis pensamientos llamarón a la puerta.
—¿Estás sola aquí? —preguntó.
—Sabes bien, que esto es solo una fachada —dije mientras nos dirigíamos al ascensor y el asintió— ¿a dónde vamos? —Él me abrió la puerta de su deportivo y yo me puse el cinturón.
Me llevo a una cafetería, en los lindes de la ciudad, donde los departamentos, las casas y el barullo del tráfico quedaban atrás. Nos sentamos en una mesa al final del local, donde nadie nos viese.
—Bien ¿Por dónde comienzo? —preguntó, él se veía realmente nervioso, hasta llegué a pensar que se había tragado un vaso de cloro y no un vaso de agua que una mesera dejó en nuestra mesa.
—Por el principio ¿tal vez?
—Cassy no sabes cuánto lamento lo ocurrido aquella noche.
—Eso no va a cambiar nada, perdí más de seis meses de mi vida —reproché— me dejaron sola a mi suerte, tú eras mi amigo y no miraste atrás.
—Te juro por lo más sagrado que regrese por ti, cuando me percate de lo que ocurría, regrese por ti, pero cuando llegue ya te habían llevado, cuando llegue a la comisaria ya te habían procesado —él negó— intenté preguntar por ti y tu papá no me dejo. Me dio una paliza y me saco a rastras del lugar —lo mire sin comprender— y me fui. Me fui porque no quería empeorar las cosas para ti. Fui un cobarde, debí insistir más.
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Los Colores de una Mentira ©®
Teen FictionUna Mentira iniciara la vida de Cassy. Se sumergerá en una burbuja que se inflara cada vez mas. Una nueva identidad. Nuevo color de cabello. Nuevo color de ojos y el mundo debe seguir girando. Amigos, risas, aventuras, competencias y un sin fin de e...