Capítulo 29.

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Les resumiré todo el fin de semana.

Ya estábamos de vuelta en la ciudad o íbamos a mitad de camino. Los chicos cantaban y reían sin cesar. Después del intercambio de palabras con aquella idiota y de algunas otras presentaciones, pasamos entre los quinces para la siguiente ronda en lo que saltamos de emoción.

La siguiente ronda que sería el día siguiente en el mismo salón, al igual que el grupo de idiotas y aun así, eso no frustro nuestra emoción. Como la competencia había terminado muy tarde fuimos a cenar y luego a descansar pues debíamos reponer fuerzas y la competencia iniciaría muy temprano.

A la mañana siguiente nos preparamos y a la hora de nuestra presentación, el juego de luces de Seth junto con la pintura fluorescente volvió a tener su punto a nuestro favor y dimos el todo por el todo en aquella presentación y para nuestra satisfacción y orgullo pasamos a la final en la que nos permitimos soltar unas lágrimas. Esa misma noche recogimos nuestras cosas, con el corazón retumbante de emoción y nerviosos por lo que nos esperaba la semana próxima, nos pusimos en marcha y aquí nos encontrábamos embriagados de emoción cantando una canción cualquiera de One Diretion.

—No puedo creer que hayamos clasificado —dijo Sara como niña.

—Pues créetelo —respondí con una sonrisa.

—La final será en una semana, nuestra presentación debe ser genial, debemos comenzar a practicar— dijo Hannah, todos la abuchearon.

Fueron dejando uno a uno en su casa y los únicos que quedábamos éramos Ben y yo, el me dio un larguísimo beso, me separe de él y baje del bus, subí a mi apartamento y llame a Lilly para que fuese por mí.

Mayor fue mi sorpresa cuando el chofer me dejo en la entrada de mi casa. Baje corriendo y subí de dos en dos los escalones del pórtico. Los federales habían terminado por ahora con su trabajo por lo que nos dejaron volver ese mismo día, fue lo que me conto Lilly.

Subí corriendo las escaleras a mi habitación y me detuve en el pasillo.

El pasillo parecía encogerse ante mí, casi pude ver el cadáver de Dan evaporando toda emoción de un solo plumazo. Tuve que tomar varias respiraciones profundas antes de atreverme a dar un paso, pero no pude, di media vuelta y me senté en las escaleras. Papá y Lilly venían entrando cuando me vieron con bolso y toda tirada en las escaleras.

—Cassy ¿qué sucede? —pregunto Lilly con cautela.

—¿Creen que pueda mudarme de habitación? —Pregunte mirando el suelo— una donde no esté el cadáver de Dan

—¿El cadáver de...?

—Cassy, cariño ¿qué sucede?

—Es ese cadáver, que... que... —negué con la cabeza— olvídenlo me estoy volviendo loca.

—No, cariño no estás loca —dijo papá cuando estuvo a mi altura— solo estas asustada. Viviste una experiencia traumática y aun estas por asimilarlo —dijo cuando tomo asiento a mi lado. El me atrajo hacía él, Lilly se quedo unos escalones más abajo— si quieres una habitación nueva, Lilly se encargara —ella asintió.

—No está bien, solo estoy un poco paranoica.

—Cassy, Lilly y yo estuvimos hablando y creemos que sería bueno que volvieras a ver al psicólogo —los mire a ambos.

—Se que están preocupados, pero no quiero volver al psicólogo.

—Cariño...

—Estoy bien, papá de verdad. Solo un poco nerviosa.

Los Colores de una Mentira ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora