El pasillo estaba a rebosar de estudiantes que se detenían en sus casilleros, o simplemente se reunían en grupos para cotillear, sobre la vida de algún otro estudiante, su artista favorito o como el crush de alguno de ellos conseguía conquistas nuevas. Fueron algunas de las murmuraciones que escuche mientras avanzaba, otros simplemente se detenían o paraban su charla para mirarme. Que incomodo.
Los casilleros, eran una prueba de lo poco convencional de este colegio, puesto que, debo mencionar, la mayoría expresaban una explosión de color, muchos estaban pintados de distintos tonos, otros con diseños originales y otros simplemente mantenían el color original, me hacían recordar a una mala versión de, Victorius. Sólo esperaba que no apareciera Roby con Rex, porque qué miedo. Me estremecí.
Camine despacio, esquivando cuerpos. Había demasiados jóvenes y muy poco espacio. Se suponía que debía dirigirme a la dirección, pero no tenía ni idea de donde estaba, no había ninguna indicación de cómo podía llegar y los chicos iban tan deprisa, que no notaban a la chica que no sabía a dónde ir. O quizás sí, pero simplemente me ignoraban, tanto como pudiesen.
Ojala hubiese venido con mapita y todo a lo muy Boy scout.
¿O esta es la parte dónde me tropiezo con el amor de mi vida? Sacudí la cabeza ante mis absurdos pensamientos.
A medida que avanzaba comenzaba a creer que mi ropa llamaba mucha la atención, pero no lo entendía. Solo eran unos tejanos ajustados, una camisa con el sello de 1975 y una chaqueta de mezclilla, con unas lindas converse.
Nada del otro mundo.
Los chicos no me quitaban los ojos de encima haciéndome sentir mucho más incómoda. El timbre que anunciaba el inicio de las clases sonó, los chicos y chicas se apuraban y empujaban, aún más, por el estrecho pasillo. Eran tantos los chicos, que un empujón, me hizo tropezar contra un chico robusto haciendo caer mi mochila en el proceso, la cual estaba abierta, desperdigando todo su contenido. Todas mis cosas rodaron por el suelo, incluso mi celular.
Él simplemente me dirigió una mirada mordaz y avanzó, como si yo me hubiese interpuesto en su camino. Bufe.
—¿En qué se diferencia esto de mi antiguo colegio? —pregunté en voz alta a nadie en particular.
—Algunos marcamos la diferencia —dijo un chico frente a mí, pasándome mi celular, le agradecí el gesto.
—Tú lo has dicho, algunos —remarqué lo que él había dicho.
—Eres nueva —señaló.
—¿Es tan obvio?
—Pues si —ambos reímos.
—¿Puedes decirme donde está la dirección? —pregunté.
—Claro, por aquí —dijo dándome la espalda, lo seguí.— Por cierto, soy Seth —dijo girándose hacía a mi tendiéndome la mano. La tome.
—Cassy.
—¿Así? ¿A secas?
—¿Piensas buscarme en Facebook? —el sonrió. Tenía una bonita sonrisa.
—Tal vez —yo reí.
—Cassy Hudson.
—Lindo —dijo pasando su mano por su castaño cabello, revolviéndolo. Sus ojos eran de un color verde muy bonito, eso sumado a una linda sonrisa y una piel bronceada que podría ser la envidia de cualquiera, lo hacían un chico apuesto, y eso, el lo sabía.— ¿Qué te trae por nuestro colegio, Cassy? —No esperaba esa pregunta, mordí el interior de mi mejilla y eso era inequívoca señal de que me sentía nerviosa, sus ojos me inspeccionaban de arriba a abajo— no pareces del tipo de chica que pertenece a este colegio —miro al frente nuevamente.
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Los Colores de una Mentira ©®
Teen FictionUna Mentira iniciara la vida de Cassy. Se sumergerá en una burbuja que se inflara cada vez mas. Una nueva identidad. Nuevo color de cabello. Nuevo color de ojos y el mundo debe seguir girando. Amigos, risas, aventuras, competencias y un sin fin de e...