Baje las escaleras corriendo de dos en dos. Se me estaba haciendo tarde para el colegio. Las pastillas no habían servido para calmarme por lo que cuando comenzaron a asomar las luces del alba, fue un inmenso alivio.
La noche es oscura y alberga cosas aterradoras.
Ya hasta presagiaba cosas.
En la ducha había durado más de lo necesario, tanto que, los dedos de las manos y pies comenzaron a arrugarse. Me asome en la cocina por si me daba tiempo a un desayuno rápido. Papá y Lilly estaban reunidos en la sala, por lo que me detuve en mi camino.
—¿Qué pasa? —pregunte, ambos tenían un semblante serio.
—Ven, siéntate —oh, oh. Mi corazón comenzó su marcha nuevamente.
—Se me hace tarde para el colegio —dije tratando de huir.
—No tomara mucho tiempo —suspire, pero obedecí y me senté en el sofá frente a ellos— pediste que se te mantuviera informada de todo —asentí— nos llegaron informes de que hoy llegara un cargamento para Jake —asentí lentamente asímilando la información— ya se está preparando todo para su captura.
—Eso es bueno ¿no? —pregunte nerviosa.
—Solo queremos que entiendas lo que vendrá después de esto —los mire atentamente.
—Sí, entiendo lo que conlleva.
—¿Estarás bien? —pregunto papá.
—No — se me escapo, antes de que pudiese procesarlo. Ellos se miraron y luego a mi— creo que... creo que debo irme —dije y salí antes de que alguno de ellos intentase detenerme o dijesen algo que empeorase la situación.
Claro que sabía lo que conllevaba, poner fin a este juego del gato y el ratón. Al salir esto a la luz, más que limpiar mi nombre, solo acarrearía más problemas. Los chicos se enteraran de la verdad y me odiaran, Ben me odiara ¿y podría culparlos?.
De Brandon no sabía nada e intente llamarlo, pero no sabía si empeoraría aun más la situación, hace días que no sabía nada de él. Para cuando llegue al colegio mis nervios estaban a flor de piel.
—¿Estás bien? —pregunto Ben, asentí sin apartar la mirada de su rostro— ¿segura? Pareces nerviosa ¿paso algo en casa?
—Segura —dije y lo bese
—¿Y eso? Aunque no me quejo.
—Para que no olvides que te quiero.
—Hey ¿Segura estas bien?
—Si, tranquilo —y sonreí, el asintió— será mejor que vayamos a clases — la primera hora había transcurrido sin contratiempos y en completa clama, pero ya estas altura debería saber que eso no era nada bueno.
Llegue a mi casillero y cambie mis libros, pero cuando cerré mi taquilla, alguien estaba allí mirándome fijamente, haciendo que se me cayesen los libros, me agache a recogerlos rápidamente. Cuando me levante apretando los libros contra mi pecho, Elías sonreía mansamente.
—¿Te asuste pequeña Cassy? —pregunto con sorna, las manos me temblaban y trate de ocultarlas— ¿o debería llamarte Cassidy? —intente mantenerme serena. Él detallaba cada uno de mis movimientos, mi corazón comenzó nuevamente su marcha rápida y sinceramente esperaba que salíese corriendo en cualquier momento, las manos me sudaban y en el pasillo solo estábamos el y yo.
—No se dé que hablas —me escuche decir a media voz. El sonrió aun más.
—¿Ah no? Déjame y te refresco la memoria —él se acerco aun más a mi— eres Cassidy Vanderwall, la única chica Vanderwall —dijo santurrón— la heredera del imperio Vanderwall —se burlo— una niña mimada a la que su padre sobreprotege —escupió— pero ¿sabes Cassidy? Aun no entiendo cómo es que una chica de tu clase, de alta alcurnia termino envuelta en todo este lio, aunque creo recordar —sonrió aun más— te gustaba Jake ¿no es así? Te gustaba el peligro al igual que él, pero todo se salió de madre ¿no?
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Los Colores de una Mentira ©®
Teen FictionUna Mentira iniciara la vida de Cassy. Se sumergerá en una burbuja que se inflara cada vez mas. Una nueva identidad. Nuevo color de cabello. Nuevo color de ojos y el mundo debe seguir girando. Amigos, risas, aventuras, competencias y un sin fin de e...