Bueno... se los resumiré. Como sabrán y entenderán; jamás en mi vida había pelado siquiera una papa. Lo cual era una completa mierda. Stop, quiero decir una completa vergüenza.
¡Pero venga!
Yo nunca había tenido que hacer algo por mí misma, nunca había tenido que hacer algo, en realidad. Así que no me quedo de otra, más que poner la mesa, la cual sabia como poner, por mis clases de etiqueta.
Y mayor fue la sorpresa de las chicas Monroe, al encontrar los cubiertos perfectamente alineados y con una sonrisa tímida, no les quedo más que encogerse de hombros ante la nueva amiga rara de Hannah. Ahora estábamos comiendo entre risas, pues las historias de la señora Monroe, eran de lo mejor.
—¿Tu, serás la mejor amiga por siempre de mi hermana? —preguntó la pequeña de pronto y hacía que mi corazón latiese de pura dulzura.
Esa niña era un completo ángel.
Hannah esperaba mi respuesta al igual que la impaciente Dinah.
—Claro, siempre y cuando tu hermana quiera ser la mía —Hannah rio.
—De lujo, ¿también quieres ser la mía? En el colegio, nadie quiere ser mi amiga.
—¿Y eso por qué? —pregunté
—Porque dicen que soy pelona. Excepto Mel, pero ella siempre se mete en problemas por mi culpa, pero es mi mejor amiga mundial, estoy segura no se molesta si tu también lo eres ¿quieres serlo? —ella hizo puchero. Me sentí mal por ella.
—Pues déjame decirte, que son unas tontas. Por supuesto que quiero ser tu amiga y esa Mel ya me cae muy bien —ella aplaudió emocionada.
—¿Viste Hannah? Tenemos una mejor amiga de lujo a Mel le encantara —la aludida sonrió.
—Y tus padres ¿a que se dedican? —pregunto la señora Monroe. Trague en seco, la sonrisa se me borro de golpe.
—Mamá, es enfermera —dije sin mirarla— Y papá, hace mucho que se fue —era una mentira a medias, pero mentira al fin.
—Oh, igual que nosotras. ¿Viste mamá? —Pregunto la niña— pero cuando sea grande, lo buscare y le preguntarte por que se fue. ¿También quieres que busque al tuyo? —me pregunto y se me hizo un nudo en la garganta. La señora Monroe se levanto de la mesa y se fue sin decir nada. Mire a Hannah, esta miraba fijamente su plato, entonces note las lágrimas resbalando por sus mejillas.
Mi corazón se comprimió a tal punto, que recordé aquella vez, aquel día, el principio de todo. El día en el que murió mi madre y eso era un recuerdo realmente doloroso para mí. Nadie debería pasar por eso.
—No creo que sea necesario —dije, con un nudo en la garganta.
—Aunque mi enfermedad me deje agotada. Lo hare —dijo decidida. Mis ojos se cristalizaron. Tenía muchísimos sentimientos encontrados.
—Ya veraz, que con un poco de fe y confianza, conseguirás lo que quieras —dije y ella rio, pero hasta yo sabía que la fe y la confianza no eran suficientes. Le guiñe el ojo a Hannah cuando me miro— es hora de irme —dije levantándome.
—No te vayas —dijo la pequeña.
—Tengo que irme. Mi mamá ha de estar muy preocupada —la pequeña hizo pucheros.
—Ya déjala, Dinah —sonrió dulcemente Hannah.
—Pero...
—Pero nada, ya es hora de dormir —dijo su madre apareciendo por el arco de la puerta.
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Los Colores de una Mentira ©®
Teen FictionUna Mentira iniciara la vida de Cassy. Se sumergerá en una burbuja que se inflara cada vez mas. Una nueva identidad. Nuevo color de cabello. Nuevo color de ojos y el mundo debe seguir girando. Amigos, risas, aventuras, competencias y un sin fin de e...