—¡Ahí viene el avioncito, Tate!
La pequeña niña de cinco años abrió la boca tanto como la sonrisa en sus labios se lo permitió, enseñándole a Liam sus dientitos pequeños.
Tomo la comida de la cuchara y gimio gustosa por el sabor.
Al otro lado, el gemelo de Tate; Tine infló las mejillas al verse ignorado por el castaño mayor.
—Oh, Tine. No, cariño—suplico Liam, acariciando la mejilla rojita del pequeño.
—Mami le pesta más tención a tei que a mi.
Liam rio por la rabieta que su pequeño hacia, y pico la sonrojada mejilla.
—Tine, no te pongas celoso—pidió Liam, acerco el tenedor con un pedazo de pollo a los fruncidos labios del pequeño—A ti también te doy mi atención.
Pero el pequeño pareció no gustarle eso, porque sus tiernos puñitos golpearon la mesa con furia.
—¡Quelo más amo que Tei!
Así era la vida de Liam, todos los días, todas las noches, en todas las comidas y en todas las horas de descanso.
—{💞}—
Ese día había saludo tranquilamente de sus clases en la universidad, se había despedido de sus amigos y habia seguido su camino a casa.
Era normal que siempre pasara por el parque por un helado, y luego seguir a casa. Pero ese día, cuando estaba a nada de llegar al puesto de helados, vio a una niña de nomas de seis años, consolando a otro niño de la misma edad. Con los ojos llorosos y rojos, ambos pequeños sentados en el césped sucio.
A Liam se le encogió el corazón, viendo cómo la pequeña miraba a cada mayor que pasaba a sus lados, con esperanza en sus ojitos grandes y verdes.
Pero nadie les ayudaba.
Así que, no pudo evitarlo, no podía y no quería. Se acercó a los pequeños.
—Hola, pequeños—saludo amable y con una gran sonrisa al arrodillarse frente los pequeños.
La niña fue la primera en verlo, esos ojos verdes intenso se posaron sobre él, dejando de sollozar.
—Mami—dijo la pequeña al verlo.
—Oh, no, cariño—rápidamente nego, riendo nerviosamente—Yo no soy...
—¡Mami!—está vez fue el niño, que al mirarla a través del abrazo con su hermana, entorno enormemente sus ojos avellana y se lanzo hacia Liam como pulga.
El castaño cayó de trasero al césped cuando ambos pequeños le abrazaron. Ambos llorando sobre su pecho.
—Tranquilos, no lloren—suplico el mayor, entrando en pánico cuando en vez de dejar de llorar, ellos lloraron aún más. Entre más y más se subían sobre Liam—Debemos buscar a sus papis, deben estar muy preocupados.
—Mami, quelo lado—pidió el niño, dándole a Liam una mirada de cachorro a la que no resistirse.
Y quizas, habia sido su gran corazón y debilidad por los niños lo que le habia llevado a meterse en problemas.
Llevo a ambos niños, prendados de sus piernas, a comprar helados.
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TALLER DE OS
RandomNueva sección de Os @liameyewrinkles gracias por esta preciosa porta. ¡gracias, corazón!