TALLER DE OS

Paraíso personal

Por que puedo y porque quiero, ¿Adivinen de que es la continuación?
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-Noches largas de insomnio y tu en mi mente, dulce señor. Mira que no he pecado.
Por favor, salva mi alma, Oh señor, déjame volver al paraiso.

-Siempre he amado esa canción que cantas-murmuro Liam contra el pecho del demonio-Me hace sentir en paz, aunque el mensaje es triste.

Zayn acariciaba el brazo del castaño tratando de darle consuelo-La letra cambia, alma.

Liam murmuro algo incomprensible, la piel fría en el rostro del chico traspasaba la playera del demonio, Zayn había visto un cambio grande en el chico los últimos tres meses. Más bien en ambos.

Liam habia perdido mucho peso y la piel de Zayn volvió a ser la tersa y dulce de antes, el rostro de Liam estaba demacrado y con unas pronunciadas ojeras, sus ojos se volvieron opacos; de un miel gris emfermizo, mientras uno de los ojos de Zayn se volvía azul y sus garras desaparecían.

El proceso estaba culminando y Zayn sabía en que terminaría aquello. Liam moriría para que Zayn pudiera nacer nuevamente.

Su corazón dolia con el sólo pensamiento, porque sabía que esa alma pura sería tomada pronto. Quedaba poco tiempo y Zayn podría volver al paraíso.

-Tengo frío, Zayn-la voz del castaño era débil y rota, Zayn no podía darle calor y decidió levantarse por una cobija más para cubrir el cuerpo helado del chico. Liam se froto entre las tres cobijas con Zayn a su lado, abrazandole, sus ojos opacos vieron los del demonio-No me siento bien.

-Todo va estar bien, mi alma-susurro este sobre los castaños cabellos, para dejar un beso en la pálida frente del humano.

-Creo que te amo, Zayn-susurro el humano, acariciando las mejillas del demonio.

-Haces mal, mi pobre alma inocente-pero no alejaba las manos cálidas que acariciaban su piel fría.

Liam era lo único que le había saber que seguía vivo. Su alma pura y jovial interesaba al demonio, quien buscaba el beneficio de esta.

-Se que...solo deseas mi alma-recordó cabizbajo-Y lo acepto, es tuya porque yo soy tuyo. Siempre fui tuyo.

Zayn recordaba tanto aquello, justo después Liam había comenzado a tener esos cambios extremos. Ya ni siquiera podía salir de la cama por lo débil de su cuerpo.

Los padres del joven estaban preocupados, pero sólo uno de aquellos sabía lo que estaba matando a su dulce hijo. Y lloro.

John lloro desgarrado en dolor, culpandose de ello. Sabiendo que era aquel deminio quien estaba cumpliendo su promesa de hacerle pagar. Y sólo pudo rezar para que su hijo dejará de sufrir.

Los siguientes días a esos, Liam empeoró, sus párpados no podían permanecer por mucho tiempo abiertos, apenas y podía tomar agua. El brillo en si persona se opaco y sólo podían saber que vivía por el suave y débil latir de su corazón.

El ángel, ahora puro, vio la obra que su nacimiento había creado. Y eso no le hacia sentir feliz como creyó serlo. El ver a su dulce alma morir sólo lo había echo miaerable.