Me voy a quedar contigo {2/2}

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Cuando Zayn piso tierras americanas por primera vez, su primer instinto fue querer dar la vuelta y pedir un vuelo se regreso a casa.

Los señores Payne fueron a recibirle, dándole un pequeño tour, incluso la señora había tomado un curso para hablar un poco de rumano, agradecía el intento, ella parecía muy entusiasmada. Incluso, confeso haber estado frente al espejo ensayando frases solo para Zayn.

-Espero que te sientas en confianza con nosotros-le regaló una amplia sonrisa, con hoyuelos y arruguitas.
Zayn también le sonrió.

No estaba muy familiarizado con el afecto, su propia familia no eran muy afectivos. Se amaban, pero no estaban todo el tiempo demostrándoselo.
Así que, el trato Orien Payne era muy cálido para el extranjero.

El señor Angel Payne le sonrió también, al frente del volante y tomando la primer salida que vio para abandonar el aeropuerto.

-Liam estará muy feliz por tener a un amigo de su edad en casa.

-¡Es cierto! Espera a conocer a nuestro Liam, Zaynie-siguió Orien-Es un chico encantador, es muy amable y seguro que te ayudara a que te adaptes en la escuela. Liam es un amor.

Y Malik no pensaba negar la curiosidad que le daba el conocer al hijo del que tanto hablaban. Zayn no estaba muy seguro de querer hacer amigos, pero no pensaba hacer la grosería a los señores.

Cuando por fin llegaron a la casa Payne, Angel se ofreció a bajar las dos grandes maletas que Zayn había llevado, incluso cuando el azabache le pidió hacerlo él mismo.

-Ven, debes estar hambriento-Orien le empujo al interior, siendo recibido por un agradable aroma a durazno y crema. Dulce y su boca se hizo agua.

-Liam debe estar en su cuarto-menciono el señor Payne, una vez entero a casa-¡Liam, baja!

Zayn se sorprendió por el grito, pero fingió no haberse asustado.

El sonido de una puerta abriéndose le siguió a un par de pisadas acercándose, de las escaleras descendió un castaño. Y Zayn estaba seguro que no quería saber porque su respiración se dificultó.

¿Qué demonios?

La mirada adormilada del chico era tierna, su puchero formado y la forma en que su puño frotaba uno de sus ojos.

Zayn endureció su rostro, porque lo que en ese momento estaba viendo, no tenía porque gustarle.

Fue la primera de tantas veces que le tocó ver a Liam, y era muy difícil ignorarle puesto que vivían juntos. Intento lo más que pudo para no tener que tratar con él.

Las primeras dos semanas fueron una tortura, tenia que tomar pastillas para el dolor de cabeza que le provocaban las noches de insomnio. Tenia pequeñas crisis, pero ninguna lágrima abandonaba sus ojos, no lo permitia y no lo haría.

Poco a poco, la imagen que tenía de si mismo, la forma en que se describía y se creía ser, todo eso se había borrando. Formándose algo nuevo.

Jamás le habían gustado los hombres, nunca pensó si quiera en otro. Y ahora, estaba a nada de un tumor estomacal por un americano que solo había tenido que aparecer frente a él, medio dormido y diciendo un pequeño "Hola".

TALLER DE OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora