A Punta de Espada//Ralicia

[3]

[Raquel]

ayer había sido duro, recibí unas disculpas a cambio de parte de Mónica, las acepté y todo el día siguió normal.

al día siguiente. Desperté, pero sin la alarma, mire por la ventana, ya era de día. me levanté rápido y vi la hora: 8:17. mierda, la clase había empezado, me di una ducha rapida y me vestí lo más casual posible, salí prácticamente volando de mi casa hacia la parada del autobús. mientras veía los mensajes de Mónica preguntando dónde estaba.

al llegar a la academia fui rápidamente hacia la sala de tiros donde sería la clase, me di cuenta que llegué a tiempo porque la clase recién estaba empezando.

-Bien, hoy les voy a enseñar a cada uno cómo cargar una pistola, cómo apuntar y disparar- Dijo la maestra sacando de una maleta tres armas -Estás son las tres más simples de usar, por ahora ocuparemos estas- Dijo Alicia recargando cada una - Cada uno tendrá dos oportunidades, venga, hagan tres filas - Dijo por ultimo y las filas se empezaron a organizar, Monica quedó en la segunda fila y yo en la tercera fila, la verdad es que no estábamos tan lejos pero aún así no hablamos casi nada. sentí que alguien tocaba mi hombro para llamar mi atención, me di la vuelta, era el mismo chico que se estaba riendo ayer. - Hola guapa - dijo el chico con una sonrisa y su grupo de amigos detrás de el viendo todo - Soy Alberto, tu eres Raquel - Asentí levemente. - ¿Me das tu número? - dijo, sonreí leve - Puedo darte mi Instagram, si quieres - Dije incómoda pero que más da, el asintió y me dio su celular con el buscador abierto, puse mi user y me seguí. - Ahí está - dije dándole su celular y me di la vuelta con una sonrisa. pasaron los minutos y ahí estaba la maestra, estaba indicando a un compañero desde lejos, hoy en especial se veía muy bien, el estilo de vestir que tiene es hermoso, colores claros, aveces oscuros pero siempre sabía combinar, no me habia dado cuenta y estaba ahí sin despegar mi mirada de ella, hasta que chocamos miradas por un segundo, baje la mirada volviendo a la realidad algo avergonzada, ¿se habrá dado cuenta de eso?, ¿alguien se habrá dado cuenta?.

pasaron unos minutos y ya era mi turno, me puse los lentes y tomé la pistola, dispuesta a disparar, hasta que sentí unos brazos rodeando los míos y luego sus manos pegándose a las mías, un escalofrío se hizo presente en mi cuerpo cuando un suspiro salió de su boca. - Así no se toma la pistola - Dijo Alicia al lado de mi oreja, moviendo delicadamente mis dedos hacía el gatillo - ¿Eres diestra o zurda? - dijo aún en la misma posición. - Diestra - dije entrecortada - Bien, entonces, tu mano derecha siempre tiene que estar en el gatillo - Dijo la maestra, asentí y trague saliva - Dispara, anda - dijo saliendo de esa cómoda posición, apunte y dispare, casi le doy por muy poco, hice una mueca y volví a disparar. -¡Bien!- dije en voz baja con una sonrisa, le di en la cabeza, dejé el arma en la mesa y miré a mi maestra, sólo obtuve su mirada cómo respuesta, fui al final del salón a tomar de mi botella de agua

¿Que había sido eso?, ¿ella hizo lo mismo con otro estudiante?. aparentemente no porque mire toda la clase desde atrás y en ningún momento había algún acercamiento. ya era hora de irme, espere que Mónica dejará de hablar con un chico, cuando se dignó a salir. -Tía, que le di a la segunda, en la cabeza- dije entusiasmada -La segunda es la vencida- dijo Mónica mientras caminábamos hacía la cafetería a comprar el almuerzo. el hambre que tenía era voraz, pedí una ensalada, Mónica pidió una hamburguesa. nos sentamos a comer mientras que ella me hablaba de su chico. le estaba prestando atención hasta que vi caminando apresurada a Alicia. la seguí con la mirada hasta que la perdí. - Raquel, ¿Me estás escuchando? - Dijo Mónica, la miré y asentí. aunque quede con la intriga.

[Alicia]

Estaba apunto de ir a la cafetería a pedir un café cuando recibo un llamado, número desconocido. contesté estaba preparada para decir que no quería cambiarme de compañía cuando una voz familiar empieza hablar. - Buenas tardes, ¿Alicia Sierra?, Madre de Anais, ¿No? - Dijo la directora del instituto de mi hija - Habla con ella, si, ¿pasó algo? - en la otro línea se escuchó un suspiro - Su hija se cayó en medio de clases de educación física y se dobló la pierna, dice que le duele la rodilla - dijo la señora - Bien, estaré ahí en quince minutos - dije y la llamada terminó, tomé mi bolso y salí lo más rápido posible de aquella academia.

para mi suerte el tráfico no existía en camino a la escuela, al entrar, Anais estaba en enfermería con algunas lagrimas en sus mejillas y su pierna en alto. - Cariño, ¿qué te ha pasado? - dije acercándome a ella. - Me he caído mamá, me duele mucho - Dijo Anais - Bien, te sacaré de aquí y vamos al hospital a ver qué le pasó a tu piernita, ¿Vale?- Anais sólo asintió. firme un permiso para poder retirarla, la cargue en brazos hasta el auto y rápidamente la lleve al hospital, era una lesión y tenía que estar dos semanas en reposo. Llegamos a casa y se fue a la cama, para ella iba a ser de lo mejor pero para mi iba a ser una discusión más con Germán. le preparé su comida favorita, papas fritas con hamburguesa. cuando llegó Germán me separé de ella y fui al salón a hablar con el. -Germán, no me jodas, no voy a dejar de trabajar por esto, deja de buscar excusas para que lo haga - dije y bufé. -Alguien tendrá que pedir días libres - dije por último - Tú - dijo Germán cómo si de un niño se tratase - Soy maestra, no puedo simplemente dejar a mis alumnos así cómo así, tu puedes hacerlo desde aquí - literalmente Germán tenía una oficina en la casa sólo para el. Después de una discusión cedió. - ¡Esta bien!, pero no quiero que llegues tarde ningún día - dijo Germán aún enojado por su decisión. - Ya veremos - Dije por último y me levanté de aquel sofá para ir a mi habitación. saque las prendas que traía puestas y me metí a la ducha, había tenido un día durísimo y lo único que quería era dormir, no duré más de dos minutos despierta en cuanto me acosté.

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