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[Raquel]

Desperté por el sonido de la alarma, me duche con agua fría, hoy día tenía dos exámenes bastante importantes y para mi mala suerte no estaba tan preparada cómo desearía. Baje a la cocina para hacer mi desayuno, no tenía tanto tiempo así que me lo comería en el camino, dos tostadas con mermelada, el té lo compraría en la cafetería, salí de mi casa en dirección hacía la parada de autobús, simplemente amaba ver el amanecer de Madrid, aunque hiciera un frío hipotérmico este se veía lindo, estaba totalmente arrepentida de no haberme preparado ese té en casa. Al llegar a la academia fui directamente hacía la cafetería, cuando ya tenía el té en mis manos vi a mi alrededor, pude ver un grupo de personas mirándome de manera despectiva, traté de ignorar aquello mirando hacía otro lugar pero cualquier persona que veía tenía la misma mirada, algunos reían o simplemente me miraban con pena, ¿Que había pasado?. Me retiré de la cafetería y fui al baño, por un momento traté de darle sentido diciendo que podría tener algo en el rostro pero no era así, me extrañe aún más por aquello.

Fui hacía el salón, no había rastro de nadie aún para mi suerte. Me senté en mi lugar mientras tomaba de mi té, eso había sido tan raro que simplemente quería mermar esa situación y olvidarla. Algunas personas iban llegando, con las mismas actitudes que los otros, quería que llegara Mónica y me dijera que estaba pasando, a los pocos minutos aquella chica que esperaba se hizo presente en el salón, con un rostro serio vino hacia mi, miró hacía todos lados antes de sentarse y dirigió su mirada en mi. - Moni, ¿Que pasa? - Pregunte completamente confundida, un suspiro se hizo presente en Mónica. - Raquel - Hizo una pequeña pausa para sacar su celular de su bolsillo, estuvo unos segundos en este buscando no sé que. - ¿Eres tú? - Mónica extendió su celular mostrándome fotos mías en prendas menores. - ¿Que? - Pregunte bajo, estaba completamente avergonzada, no era algo malo mostrar aquello, pero estaba dormida y literalmente en mis peores condiciones. - Le llegó a todos - Dijo Mónica guardando su celular. - Pero - Me detuve recobrando mi aliento - ¿Quien las sacó? - Pregunte - Créeme que si lo supiera, no estaría vivo - Dijo Mónica, mi vista se nubló por un segundo y mis sentidos se apagaron, no sabía en qué momento o contexto había pasado aquello y quien había sido. Me levanté con las pocas fuerzas que me quedaban y salí de aquel lugar lo más rápido que pude, ¿Mi parada?, mi lugar seguro, el baño. Entre y cerré la puerta de este, no quería a nadie en ese momento, abrí el agua y moje mi rostro, de alguna manera tenía que despertar de ese sentimiento de shock en el que estaba, me detuve cuando una voz en mi cerebro me dijo el posible culpable. Alberto. Me miré al espejo y traté de recordar aquella noche, después de lo que pasó con Alberto simplemente me fui acostar en el sofá junto a Mónica, pensaba que estaba segura ahí pero aparentemente no, tenía que mirar esas fotos de nuevo, aunque doliera, tome mi celular y fui hacía los mensajes no leídos, esa cuenta falsa que tenía de nombre de usuario: .raquel.puta.zorra. Bufé sin gracia al ver el nombre, ni siquiera había sido original ese nombre, las fotos estaban ahí, no tenía dudas de aquello y nuevamente no sabía que hacer, tenía tantas cosas en mente y tanta rabia en mi cuerpo que simplemente quería sacarlo todo, guarde mi celular y me mire nuevamente al espejo, no era yo la que controlaba ese llanto, eran las emociones que tenía reprimidas hace un tiempo.

[Alicia]

Tomé de mi café mientras me dirigía hacía el primer año, tan pronto cómo entré me di cuenta del ambiente, todos hablaban y se reían, pareciera cómo si mi presencia no hubiese sido notada, miré hacía el asiento de Raquel, sólo estaba Mónica y Ángel pero su bolso estaba ahí. - La clase empezó, si no se han dado cuenta - Dije en voz alta llamando la atención de todos, comencé la clase esperando que Raquel llegará lo antes posible.

Dos toques en la puerta fueron suficientes para darme cuenta que era ella, fui rápidamente hacía la puerta y seguidamente la abrí, Raquel estaba con la mirada baja. - ¿Pasa algo, señorita Murillo? - Pregunte. - No, maestra - Dijo en voz baja. - Raquel - Dije y salí del salón cerrando la puerta, toqué su hombro. - ¿Estás bien? - Pregunte nuevamente, no hubo respuesta. - No te dejaré entrar si no me dices - Dije, era obvio que no era cierto. - No paso nada, maestra, ¿puede dejarme entrar? - Dijo Raquel completamente distante, abrí la puerta y antes que entrara tome su mano deteniendo su paso, me miró esquiva, soltando rápidamente mi agarre y entrando finalmente al salón, seguidamente entré con ella, algunos silbidos se hicieron presentes del fondo, algo había pasado. - Las voy a ocupar para mis cosillas - Se escuchó a lo lejos, seguí escribiendo en el pizarrón. - Vicuña, ¿Pasa algo? - Dije en voz alta al escuchar su distintiva voz. - No, maestra - Respondio rápido Alberto y el silencio en el salón se hizo presente al fin, mire de soslayo a Raquel, pude ver en su rostro que nada bueno había pasado.

[Raquel]

Había tratado horrible a Alicia y ella no tenía la culpa de nada, al final de esa clase simplemente me fui sin darle ninguna mirada, no me atrevía a mirarla después de aquello. - ¿Alberto? - Pregunto Mónica cuando le dije que el pudo haber sido. - Tocate la polla - Dijo Ángel sorprendido. - ¿Tienes pruebas? - Agrego Ángel, negué con la cabeza y suspire. - Pero las tendremos - Dijo Mónica tratando de apoyarme, simplemente me derrumbe, tenía un sentimiento inexplicable de aquello, no quería saber nada de nadie y menos de lo que había pasado. - Raquel, ese hijo de puta las va a pagar - Dijo Ángel - Tarde o temprano pero las va a pagar - Agrego Ángel. - Gracias, no saben lo mucho que me apoyan pero creo que yo tengo que hablar con Alberto - Dije y Mónica negó con la cabeza. - ¿No recuerdas lo que te hizo la última vez? - Preguntó Mónica, era cierto, cada vez que el estaba cerca mío un miedo se apoderaba de mi.

El primer examen, si antes no me sentía preparada menos ahora, mis manos sudaban y mi corazón latía rápido tan rápido que podía llegar a ser preocupante, tome agua, con el pensamiento que eso me traería un poco de calma, no fue así. Estaba segura que me había ido mal, mi mente estaba en otro lugar, muy lejano a la academia. El segundo examen era en la biblioteca, llegué de la primeras, para poder repasar alguna que otra cosa, alguien me empujó, no pude ver su rostro hasta que me di la vuelta, era Alberto, con sólo verlo mis ganas de llorar se hacían presentes. - ¿Te gustaron tus fotos? - Pregunto empujandome nuevamente hacía la estantería. - Te morirás de ganas de saber quién fue el fotógrafo - Dijo Alberto con una sonrisa. - Puedo sospechar quien es - Dije en un tono normal, no quería verme débil menos ante el, una risa salió de Alberto. - Te dije que no te metieras conmigo, Raquel, ¿Que tanto te costaba aceptar? - Dijo Alberto acercándose a mi oído. - Yo dije que te ibas arrepentir - Dijo y beso sutilmente mi mejilla, no dije nada, sabía perfectamente que no merecía esto. - ¿No dirás nada? - Pregunto sarcástico. - No entiendo que tienes en la cabeza - Dije sincera, otra risa se hizo presente en Alberto, murmuró cortamente y se acercó a mi rostro, sujeto mi cuello un par de segundos y antes de irse beso cortamente mis labios, limpié estos con mi manga y suspire prácticamente derrotada.

- Puedo acompañarte a tu casa si quieres - Dijo Mónica. - Moni, quiero descansar - Dije sincera. - Entiendo, pero sabes que cualquier cosa estoy contigo - Dijo Mónica abriendo sus brazos, era lo único que necesitaba, la abracé rápidamente y dejé caer un suspiro.

Al llegar a casa, asegure que mis padres no estuvieran, era obvio que no, pero tenía que tenerlo claro. Fui a mi habitación y me metí a la ducha, agua caliente, quemaba mis piernas y eso no me importaba para nada, sólo pensaba en una cosa.

[Alicia]

- ¿Que mierda te importa a ti? - ya estaba harta de aquellas palabras. - Te estoy preguntando a dónde mierda llevas a mi hija, no a donde vas a pasar la noche - Dije totalmente seria. - A casa de su abuela - Respondió Germán mirándome despectivo. - ¿Tanto te costaba responder eso? - Pregunte aliviada. - No es algo que te tenga que importar, también es mi hija - Dijo Germán, no respondí, no quería armar una pelea. - Di algo, joder - Dijo Germán, suspire mirándolo, entré cerré mis ojos y desvíe mi mirada. - Que te vaya bien - Dije, Germán se había convertido en una persona conflictiva, Germán bufo. - De verdad no me creo cómo puedes ser así - Dijo Germán, lo miré confundida, cosas innecesarias que salían de su boca otra vez, no iba a ser la última vez tampoco que dijera algo cómo eso, mi celular vibró un par de veces. - Contesta - Dijo Germán. - Eso haré - Dije saliendo de aquel lugar. - Adiós, mami - Dijo Anais corriendo abrazarme. - Adiós, cariño, pásala bien, recuerda dormirte temprano - Dije y toqué cortamente su nariz antes que saliera por la puerta, le di una última mirada a Germán antes que cerrará la puerta.

Me senté en el sofá, prendí el televisor, pocas veces veía este, armé un par de cigarros en ese tiempo, prendí uno viendo la televisión, cambiaba y cambiaba, nada llamaba mi atención, mi celular comenzó a sonar, me levanté para ir a buscarlo, respondí sin ver quién era, aquella voz, sabía que no estaba bien y eso me apretó el pecho. - Ali -

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora