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[Alicia]

Tome un sorbo de aquel café y de soslayo vi la hora, aún era temprano para despertar a Anais, unos pasos se dieron a escuchar en medio de aquel silencio que había en el lugar, su silueta me hizo soltar un suspiro, Germán sirvió café en una taza y pronto le dio un sorbo, se sentó cerca mío y me miró fijamente, sentía su mirada en mi junto con los sorbos que le daba al café, levanté la mirada hacía el, entrecerró los ojos y sonrió dejándome ganar. - ¿Recuerdas que todos los años hay una fiesta de aniversario? - Pregunto Germán, asentí imaginando a lo que se refería. - Bueno, el viernes es la fiesta de este año - Dio una pausa esperando alguna respuesta, le di un sorbo al café para pensar seriamente si asistir. - ¿Irás? - Se limitó a preguntar, el silencio dominó la situación. - Iré - Dije rompiendo el silencio - ¿A que hora es? - Pregunte y Germán puso los ojos en blanco por un segundo. - Es a las siete - Respondió y se levantó de su asiento. - Esta bien - Dije antes que aquella presencia saliera por la puerta, un suspiro corto salió de mi boca cuando me quedé sola en la cocina.

[Raquel]

- Y le dije que si - Dijo Mónica, contando que ayer su chico al fin le había pedido ser algo más, sonreí sorprendida y acaricie su hombro. - Moni, eso es genial - Dije y Ángel asintió dándome la razón. - Te lo voy a presentar en persona y le diré que traiga a su amigo, que de verdad - Hizo una pausa y hizo una seña con la mano, juntando su pulgar y índice mientras dejaba los otros dedos rectos - Te encantaría - Dijo por último Mónica, Ángel se levantó del asiento y río. - Bueno chicas, las dejo para que hablen de sus cosas - Dijo risueño - Nos vemos en el salón - Dijo antes de irse por la puerta de la cafetería. - No creo, Moni - dije tomando de mi té, Mónica bufo con gracia. - Ni siquiera lo has visto, tontilla - Dijo Mónica con una sonrisa, era totalmente cierto pero aún así no quería conocerlo, baje la mirada jugando con aquel vaso térmico de plastico que adentro de este aún quedaba un poco de mi té. - ¿Que pasa, Raquel? - Pregunto Mónica acercándose, levanté la mirada y di sonrisa una pequeña que salió a la fuerza. - No pasa nada - Respondí rápido. - Hace días que estás así - Dijo Mónica en tono preocupado. - ¿Cómo así? - Pregunte curiosa. - Rara - Respondió, suspire cortamente y la miré esquiva. - ¿Será que te gusta alguien? - Dijo burlonamente y río, sonreí con mis mejillas empezando a arder y asentí cortamente, ni siquiera pensé que se daría cuenta, fue tan involuntario, Mónica inhalo aire sorprendida. - ¡Dime quién es!, ¿Estudia acá? - Dijo Mónica, la había cagado completamente. - No te diré - Sonreí intentando controlar aquella situación con algún tipo de juego. - Adivina - Solté, Mónica entrecerró sus ojos pensando. - ¿Andrés? - No - y así estuvimos cómo quince minutos. - Venga ya - Dijo Mónica frustrada y nos levantamos camino al salón. - ¿Quien mierda te gusta?, ¿La maestra Sierra? - Pregunto burlándose y soltó una risita, sonreí y no respondí, Mónica me miró detenidamente y detuvo su caminar en frente de baño empujandome hacia este. - Raquel - Dijo cerrando la puerta del baño sin importarle sin alguien estuviera ahí. - Dime que no es cierto - Dijo Mónica. - Moni, puedo explicarlo - Dije relamiendo mis labios nerviosa. - Venga, explica - Dijo Mónica, pensé un poco la situación. - Bueno, la verdad no tengo nada que explicar, simplemente ocurrió - Dije jugando con mis manos. - Raquel, esto está mal, ¿Leiste las reglas de la academia? - Pregunto Mónica dando vueltas por el baño. "No se permiten; relaciones afectivas hacía cualquier docente o trabajador. En caso de lo contrario será motivo de sanción y o expulsión permanente para ambos". Sacudí la cabeza sacando esos pensamientos, había leído tantas veces ese pequeño párrafo que ya no quería recordarlo. - Soy consciente que esta mal - Dije con la mirada baja al igual que mi tono de voz al decir aquellas palabras, Mónica se detuvo y se acercó a mi. - ¿Esto era lo que llevabas guardando todo este tiempo? - Pregunto acariciando mis hombros, asentí levemente y recibí un abrazo a cambio de Mónica. - No le diré a nadie, puedes confiar en eso - Dijo Mónica, sentí un alivio en el pecho y apreté levemente el abrazo. - Gracias - Dije separándome del abrazo y Mónica me dio una pequeña sonrisa luego bajo la mirada a su celular y abrió los ojos cómo platos. - Dios, tenemos que entrar a clases - Dijo Mónica, me había olvidado completamente de aquello, salimos tan rápido cómo pudimos del baño y entramos al salón, algunas miradas seguían en mi a pesar que aquello ya había pasado, creo. Un silbido más cerca de lo que pensaba se escuchó, mire aquel amigo de Alberto, el tenía una tonta sonrisa en su rostro, mirándome de arriba abajo tal cual cómo lo hacía su amigo. - ¿Que? - Dije y el río. - ¿Nunca habías visto unos pechos? - Pregunte con una sarcástica expresión de apenada, su rostro cambió completamente, seguí mi camino hacía mi lugar hasta que conseguí sentarme.

- Parece que el maestro llegará tarde - Dijo Ángel con una sonrisa, asentí levemente. - Pero llegara un reemplazo seguro - Dijo Mónica, toque mis muñecas suavemente y miré hacia la puerta esperando que llegara el misterioso reemplazo. - Hey Raquel, ¿el viernes cenamos juntos? - Pregunto Mónica mientras me miraba. - Claro, claro - Respondí. - Me estaba hartando de las fiestas - Dijo Ángel, se escuchó la puerta cerrarse y el silencio en el salón abundó. - El profesor Sergio no pudo llegar, así que yo seré el reemplazo - Dijo Alicia con una sonrisa, un corto abucheo se escuchó en la parte de atrás lo que provocó una risilla de Alicia. - Venga, ¿Quien me pone al día con lo que están viendo? - Pregunto Alicia y la clase se dio por empezada. Al final de la clase, lo único que quería era largarme, estaba cansada por aquella confesión que había hecho, no sabía si hice bien en contar aquello, le di una corta mirada a Alicia y un pequeño guiño de parte de ella despertó nuevamente mi felicidad.

No podría amar a un hombre tan puramente
Hasta los profetas perdonan su
retorcido camino
He aprendido que el amor es cómo un ladrillo en el que puedes
Construir un hogar o esconder un cadáver
Haré que se arrodille

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora