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[Raquel]

Nada estaba bien, menos yo al no estar haciendo absolutamente nada, tan rápido cómo vi ese mensaje me fui de aquel cálido lugar, sin importar que, cómo, tenía que ir donde Alicia y detener cualquier cargo del cual no tenía la culpa, ni siquiera veía claramente, caminaba hacia la parada de autobús y para mi suerte no pasó mucho tiempo para que aquel bus llegara, con el chófer del cual ya me había hecho prácticamente amiga. El miedo lo sentía a flor de piel, mi móvil estaba lleno de mensajes de Mónica pidiendo disculpas y aunque dolía aquella traición, podía sentir ese miedo hacia Alberto, era indescriptible. Aquel tráfico estaba desesperando todo mi sistema poco a poco, pensé incluso en bajarme y llegar corriendo pensando que llegaría antes pero cuando estaba apunto de tomar esa decisión, el tráfico comenzó avanzar, dejando el espacio libre al autobús pero de pronto una desesperante escena apagó mis sentidos.

Uno. Dos. Tres.

El sonido del claxon lo sentí en mi tímpano resonando al igual que el ruido de un freno inesperado, que fue en vano, estaba hecho.

Después de eso dormí, cómo si de mi cama se tratase, en una sedosa nube que decía que aún no era mi hora, debía despertar pero no podía por más que intentaba, lo raro fue sentirme angustiada hasta en el otro lado. No podía simplemente dejarme ir.

Sólo podía escuchar cómo las ruedas de la camilla corrían, junto a los enfermos que manejaban esta. – Raquel, no te duermas – Se escuchó mi inconsciente, no lo haría.

– ¡Diez miligramos de epinefrina! – Gritó la chica que iba al lado mío corriendo, no podía mover el cuerpo, lo sentía completamente dormido. – ¡Acetaminofén, ya! – Grito nuevamente manteniéndome despierta, la camilla se detuvo. – Tiene que ser trauma torácico severo – Se escuchó una voz diferente. – No tengo ni idea, lo que si sé es que estamos apunto de perderla así que pide la radiografía y si es necesario un pabellón, el primero que encuentres – Le ordenó la chica.

[Alicia]

– ¡Adelante! – Y la secretaria abrió la puerta, quitando mi ilusión, en su rostro se veía preocupación, llamo a Magdalena y mientras ellas hablaban yo me comía la cabeza pensando en que era "Muy tarde". – Bien, yo le diré – Se escuchó y la puerta se cerró. – Alicia... – Dijo Magdalena, me di la vuelta para poder verla, su rostro estaba devastado por completo. – Tienes que irte – Dijo. – Lo haré pero Magdalena, no le hagas nada a ella porque ella no tiene la– Y fui detenida por las palabras menos esperadas en ese momento. – Tuvo un accidente – Y mi mundo se detuvo, al igual que mi respiración. – Tomaré las medidas pero creo que deberías... – Dijo saliendo de la puerta y me extendió un papel que tome de inmediato, la dirección del hospital, la miré y una leve sonrisa, tan pequeña que pudo haber sido hasta una ilusión mía. Me levanté saliendo de ahí, tratando de tener la compostura adecuada pero era imposible.

¿Que había pasado?.

En mi mente no había nada más que la dirección y Raquel, me estaba muriendo por saber que había ocurrido y cómo estaba, mi vista se nublaba al simple hecho de pensar en esa mínima posibilidad. Al llegar pase directo hacía su habitación en aquel pequeño papel estaba todo, lo único que fue totalmente desesperante fue la recepción pero después de una hoja entera de datos completamente innecesarios pude pasar, caminaba rápido buscando en cualquier habitación que tuviera el número dos, hasta que la encontré.
"Traumas". Aquello había sido grave y bastante, abrí esa gran puerta y pasé nuevamente por un enorme pasillo que parecía interminable "228". Su habitación, la puerta estaba semi abierta, la abrí por completo dándome la peor imagen que pude presenciar, la tipa que estaba monitoreando su suero me miró de inmediato. – ¿Pariente de Raquel Murillo? – Pregunto agarrando su ficha médica, negué con la cabeza, me miró confundida. – Soy su pareja – Dije con la poca voz que tenía, una mueca se formó en la enferma. – Raquel, esta inconsciente por la cantidad de medicamentos a la que fue sometida en su reanimación, pero pronto despertará – Comenzó a hablar – Su diagnóstico ya fue dado, contusión pulmonar – Mi expresión cayó, cómo si eso fuera posible. – Pero todo está siendo vigilado y por el momento se está adecuando – Dijo con la intención de calmarme. – ¿Podría dejarme a solas con ella? – Pregunte entrecortada en la primer sílaba, la enferma asintió, saliendo del lugar, la puerta se cerró y a mis espaldas tenía a la persona por la que dejaría absolutamente todo, en una camilla, inconsciente y con una máquina para poder respirar correctamente. Me di la vuelta y acerqué una silla hacia la cama, agarre su mano con cuidado y la sostuve entre las mías, sin ningún esfuerzo unas traviesas lágrimas salieron, liberando cualquier sentimiento. – Por favor.. – Solté – No te vayas – Dije intentando controlar los sollozos pero al hacerlo se hacían más notorios – Te necesito aquí... – Trague saliva. – Conmigo –.

Y sus latidos se aceleraron por unos segundos, al principio me preocupé pero cuando sus ojos se abrieron, pude sentir alivio corriendo por mi columna, apretó mi mano levemente, una risita salió de mi, quite aquellas lágrimas que corrían por mis mejillas y sentí otro apretón. – No intentes hablar, puede que duela aún – Dije aclarando mi garganta, acaricie su mano con delicadeza, cerro sus ojos con unas lágrimas cayendo de estos, no podía imaginar el dolor que estaba pasando. Tome el control de la televisión y prendí esta.

"Accidente vehicular, deja a dos heridos y tres muertos, aún las autoridades trabajan en el lugar"

Cambié de canal rápidamente.

"Se dice que la camioneta venía a toda velocidad para así chocar de lado hacia el autobús, el conductor que está en estado grave, los pasajeros que venían en la parte trasera del autobús fueron los que recibieron el mayor impacto"

Apague el televisor y volví mi mirada a Raquel, su mano intentaba dar caricias a la mía pero le costaba. – Me quedaré aquí lo que sea necesario – Dije acercándome un poco más, asintió frágil.

Aguantando el dolor y nunca las ganas
Defiendo nuestro amor.

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora