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[Raquel]

Saque mis prendas a medida que iba entrando al baño para seguido entrar a la ducha y prender esta, suspire pensando y analizando todo lo que había pasado hoy, sinceramente nunca había llegado a enamorarme de alguien, no sabía el significado de amar a alguien o ser amada. Pude sentir cómo la agua fría golpeaba mi cuerpo y se iba tornando caliente de a poco. ¿Que era sentirse enamorada?, nunca había querido meterme en ese tema, pero ahora necesitaba saber que se sentía, pensaba en Alberto, no sentía nada por el, ni siquiera era un amigo, simplemente me hacía sentir incómoda. Pensaba en cualquier persona por la que pude sentir alguna especie de "amor". Pero la mente se me nubló de imágenes, de cómo hablaba, cómo movía sus manos, sus pecas, sus ojos, las muecas que ponía siempre después de terminar una oración, mi mente era un caos después de aquello, no sabía si era una respuesta de mi subconsciente o era algo para intentar tranquilizarme cómo solía hacerlo cada vez que veía a mi maestra, cómo sea no quería seguir pensando en aquello, ya lo iba a resolver en algún momento.

[Alicia] Martes, 7:39AM

Bebía de mi taza de café, los últimos sorbos y me iría a la primera clase, hoy día tenía una cena con Marsella que había pospuesto tanto tiempo que simplemente tuve que ceder la semana pasada, llegar tarde a casa iba a hacer una locura y lo más probable que una discusión. Salí de la sala de profesores dejando atrás esos pensamientos, el primer año, nunca me cansaría de decir que era una clase muy tranquila, todos los primeros años eran así pero este en general era especial.

Estaba apunto de cerrar la puerta cuando un chico se me acercó, todos los años la misma fiesta para celebrar el día del Policía, tenía sentido pero estar todos los años la misma fiesta para además recibir a los primeros años, era cansador, colgué el folleto en la pizarra y no dije nada, pero vi a los alumnos tan intrigados que terminé explicando todo. -Así que pueden traer un invitado si quieren, ya sea pareja, familiar o amigo- Dije por último para comenzar la clase, el ambiente se sintió tan limpio cuando termine de explicar que simplemente deje una pequeña actividad y un trabajo para la próxima semana.

Levante la mirada después de dar aquella actividad y me di cuenta que algo faltaba, Raquel, ella no estaba aquí y lo más probable es que llegaría tarde y así fue, pasaron unos minutos y se escuchó cómo tocaron la puerta, me levanté y caminé hacía la puerta abriendo lentamente esta. -Señorita Murillo- Dije mirándola, pude notar sus ojeras y un rostro de preocupación -¿Me explica el porque llego a esta hora?- Pregunte intentando no sonar tan ruda y me crucé de brazos. -Había mucho tráfico, perdón- Respondió Raquel con la mirada baja. -Mireme, señorita Murillo- ordené, simplemente quería ver si decía la verdad, levantó lentamente su mirada y hizo una mueca. -Esta bien- Dije y me hice a un lado para que pudiera pasar.

[Raquel]

-¿Irás?- Preguntó Mónica después de explicarme lo de aquella celebración, asentí levemente mientras tomaba de mi té. -Viernes a las ocho- Repetí aquellas palabras que dijo Mónica hace un rato. -Será divertido, ya verás- Dijo por último Mónica antes de entrar nuevamente al salón.

[Alicia]

Las clases ya habían terminado, estaba entrando al restaurante en el cual Marsella ya me estaba esperando, me senté y sonreí amable. -Es un bonito lugar- Dije rompiendo el hielo. -Sabía que te iba a gustar- Dijo el contrario con una sonrisa, pedimos la cena y todo fue muy bien, éramos buenos amigos y nunca había tenido ninguna otra intención con el, todo estaba demasiado bien hasta que comencé a recibir mensajes de Germán preguntando dónde estaba, suspire agobiada y queriendo salir rápido de este lugar, el tiempo paso y Marsella pago dejándome ir sin ninguna culpa.

No conteste ningún mensaje o llamada, quería llegar a la casa. Al llegar vi cómo Germán estaba en la puerta junto a Anais, ella siempre estaba feliz de verme, al contrario de el. Un fuerte abrazo fue lo recibí de Anais diciendo lo mucho que me extrañó. -Ve a tu cuarto, cariño, iré enseguida- Dije y Anais obedeció, dejándome a solas con Germán. -¿Dónde estabas?- Preguntó Germán siguiéndome hasta la cocina. -Con Marsella, fuimos a cenar- Dije sin más mientras sacaba una botella de agua del refrigerador, una risa irónica se pudo escuchar de Germán. -Me parece perfecto que tengas esa facilidad de decírmelo, ahora voy a ir a cenar con mis secretarias- Dijo Germán elevando la voz. -¿Cuando no lo haz hecho?- Dije en un tono serio pero a la vez sarcástico, un silencio se hizo presente en el lugar y me fui lo más rápido posible. -¡Mami!- Dijo Anais cuando entré a su cuarto. -Haceme un espacio, cariño- Dije para acostarme junto a ella, estuvimos conversando de su día, de los amigos que había hecho y de lo mal que le caía aquella maestra de matemáticas. Después de hacer dormir a Anais, caí rendida a la cama, no tenía ganas de nada que de dormir y mi deseo se cumplió apenas apagué la luz que estaba al lado mío.



Perdón por hacerlo tan cortito, los próximos van hacer más largos jiji

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora